Salada la canchita: Con los pies en la tierra

Los avances tecnológicos que permitieron ir agregándole "chiches" a las películas a exhibir (sean éstos sonido, color, sonido Dolby, FX por computadoras o 3D) siempre fueron mirados con escepticismo por unos cuantos y no faltó algún Jaume que dijeran que eran el fin del cine por siempre jamás. Como todo hay que decirlo, cada vez que aparecía alguna novedad de ésas, la enorme mayoría de los filmes eran meras excusas para hacer lucir el chiche nuevo de cualquier manera.

Las primeras películas sonoras eran casi exclusivamente gente parada -los micrófonos al comienzo eran muy pesados y ruidosos- hablando o cantando sin parar. Las primeras en colores sólo mostraban decorados y vestuarios lujosos y brillantes y aún hoy -20 años después que "Jurassic Park" instaló definitivamente los efectos especiales digitales- la mayoría de las veces los FX sirven para ilustrar aburrrídisimas aventuras con monstruos, vampiros y todo tipo de bichos que siempre se mueven igual.

Por eso uno celebra el estreno de una película como "Gravedad", dirigida por el mexicano Alfonso Cuarón, que tiene a George Clooney y Sandra Bullock como astronautas que sufren un accidente y corren el riesgo de quedarla allá arriba, sin poder ir más al Roberto, esquivando asteriscos por la eternidad.

La anécdota es mínima y no es la originalidad escrita en celuloide pero, como siempre decimos, es sólo una excusa para lo que puede venir después. Y lo que vemos -hay que gastarse unos mangos e ir a una sala 3D- es deslumbrante desde el punto de vista técnico. Pero también, desde el narrativo.

Entre los avances previos -o trailers, si vosotros queréis- estaba Thor 2, que es una de las boludeces de las que hablé más arriba. El 3D ahí es un mero juguetito, que apenas me hace acordar a aquellos pesebres de cartón donde  unos personajes estaban adelante y los otros en el fondo. Rutina por donde se la mire.

"Gravedad", sin dejar de ser una película comercial -y debe serlo, porque costó más de 100 palos verdes- es algo diferente. La primera escena nos pone a los dos protagonistas (los dos únicos actores, bah) en el espacio pelado, sin gravedad, sin un piso firme ni nada que se le parezca. Uno pisa fuerte en la sala, no sea cosa que se vaya de cabeza. Al poco rato -y por primera vez en mi vida- me olvidé que estaba con los lentes puestos. Uno queda inmerso en la inmensidad del Universo o algo así y descubre que el 3D puede servir para hacer buen cine. Que no está ahí para cobrar más cara la entrada sino para intensificar las sensaciones que nos transmite la narración.   

Trailer de "Gravedad" (no voy a poner Harry Potter)

 

Acá este otro, que más que trailer es un compilado más largo de las escenas iniciales.

Si usted quiere ver la película sin enterarse de cómo termina y todo eso, no lea más abajo de acá (a menos que usted sea el protagonista de Memento).

Las fotos -como habrán adivinado los lectores menos jóvenes- pertenecen a "2001, odisea del espacio", película con la cual se ha comparado frecuentemente a esta "Gravedad". La semejanza sería el tema astronaútico y el eficaz uso de los efectos especiales. Y nada más.

Porque el filme de Cuarón no deja de ser una película comercial. Muy buena, pero como suelen hacer las películas comerciales adopta el punto de vista del personaje más inexperiente (la Bullock, en este caso) porque así nos identificamos con ella. Por decreto de los libretistas termina "bien", de una forma bastante poco probable. Pero, como se ha dicho, la inversión es mucha y en pleno siglo XXI, si una peli termina "mal", la recaudación es la mitad o menos.

A diferencia de "2001" la narración no es alegórica sino realista. Salvo, claro está, la escena en que "reaparece" Clooney, aconsejando a la Sandra lo que tiene que hacer. Ésta (*), como no tenía maruja legal a mano, se la da con CO2 y es lo que pasa. Pero por una vez en esta puta vida, los -repito, impresionantes- efectos especiales están no sólo para quedar lindos sino también para que nos siéntamos inmersos en el espacio mismo, esquivemos en la butaca los cachos de satélite que se nos vienen (lo hicimos todos en la sala) y dudemos si podremos volver a nuestro planeta así como nos hizo mamá y no en forma de meteorito.

El final, en que la Sandra se salva vaya uno a saber por qué, teniendo la suerte de caer en la orilla del mar cuando podría haber terminado en el medio del Océano Pacífico o adentro de una chimenea de UPM, es lo peor de "Gravedad", pero bueno, todo no se puede.    

Se dice que está todo exacto como los cohetes de verdad, pero no puedo comprobarlo porque lo más parecido a eso que hice fue andar por Aviación Civil, allá en Lezica.