"Acá se me ve en lo que fue sin dudas, el día más importante de mi vida ya que marcó un antes y un después. En aquella oportunidad hubo quienes se burlaban de mi por el uso de los lentes negros y me gritaban cosas como "se te ve la chapa!" pero lejos de eso debí usarlos para esconder las lágrimas que bañaban mis mejillas por la incomparable emoción que me abrazaba. Recuerdo que luego de posar para la posteridad me hicieron una nota para Radio Colonia y sensiblemente conmovido lo expliqué, palabras más, palabras menos:
"Son incontables las veces que he tenido una pistola en la mano pero poder sentir el rigor de más de una a la vez, es algo con lo que había soñado desde niño y finalmente se dio. Estoy loco de contento".
Desde aquél día nunca me alcanza con una y siempre pido más y más. Por suerte se me sigue dando" (Zorro).
"¡Ah! Esta historia es un plato de a-que-llos. Resultase que estaba en mi noche de bodas bailando a todo cachengue como corresponde. La verdad sea dicha no tuve mejor idea que mitigar con alcohol, desde tempranas horas de la mañana, los nervios que desde hacía ya varios días me acompañaban por el mencionado acontecimiento. Lo cierto es que ya ni veía del estado etílico en el que me encontraba a esa altura de la noche pero me movía en la pista de baile como poseído por el mismísimo demonio. Tal es así que saqué a bailar a todos y cada uno de los presentes: familiares, amigos, colados, niños, viejas, mozos, al que pone la música, en fin, a todos. Y no solo eso, sino que también se hicieron presentes los clásicos numeritos musicales. Bailé Cleopatra al mejor estilo egipcio, hice el robot, YMCA, hubo algo de breakdance, Bicho Bicho y hasta me dió para hacer el Uka Shaka, completita la performance. Pero en determinado momento de la noche, y luego de horas de incansables movimientos mágicos, decidí ir a por un pebete de jamón y queso. Voy hasta la mesa, como uno, tomo otro y vuelvo a la pista totalmente enajenado. Es allí cuando saco a bailar por error a una prima (menor de edad ella) de mi flamante esposa que se le parecía mucho de cara. Tal es el parecido que comienzo a refregármele de formas poco apropiadas y a susurrarle al oído, mientras introducía el segundo pebete en mi boca, con un tonito de voz por demás lascivo lo que pensaba hacerle esa noche cuando estuviesemos por fin solos. La pobre muchacha comenzó a gritar despavorida llamando la atención de todos los presentes, incluida la de mi reluciente señora. Al llegar a la escena y encontrarse con tamaña situación, mi señora solo atinó a proferir un estruendoso grito lo que generó que automaticamente girara mi cabeza hacia su ubicación. La sorpresa de descubrir que no era mi señora con la que había estado bailando tan acaloradamente, fue tan grande que inspiré una gran bocanada de aire y con ella el pebete que se me quedó trancado en la garganta.
La foto es tomada segundos después cuando mi señora, insultos varios mediante, trata de que expulse aquel fatídico pebete. En la foto se pueden apreciar mis ojitos desorbitados, no recuerdo si producto de la ingesta de alcohol o de la asfixia.
Por mi parte no he vuelto a comer pebetes de jamón y queso desde entonces" (Dobleveo).
7 comentarios:
Puede venir por el lado de los pebetes, pero me parece que se quedaron cortos con el número...
pebete=pija!
Prorroga para mandar foto ???
Yo mandé la mia, sin un gran esfuerzo por falta de tiempo, pero compite, entró en plazo.
confirmado....Zorro pistolero!!!
si lencanta la pistola.
Linda la señora del Doble, nocierto?
Dicho esto con todo respeto, claro está.
Me pregunto: Con quién habrá bailado ella toda la noche?
Lo del zorro bue...
PUTO
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