¡¡¡Nos fuimos al Cine!!! Exhibición de “Conejo de Cristal”

Los pasados días Cinemateca exhibió, con el apoyo de la embajada nipona y la Japan Foundation, un Ciclo de Anime. Entre el 8 y el 14 se proyectaron Doremon y el Pequeño Dinosaurio (de Watanabe, 2006),  Grito Desde el Mar Lejano (Imazawa, 1993), ChibiMaruko-Chan (Shibayama, 1990), Miyori en el Bosque Sagrado (Yamamoto, 2007) y la animación que nos ocupa hoy: Conejo de Cristal, película que, al igual que Mario Uberti en cuanto mundial sub 17 haya, cubrimos como único medio en exclusiva para TPLMP…

Una niña recibe de parte de su abuela una caja que contiene un derretido conejo de cristal. Al preguntar a la madre por el origen de ese extraño adorno, ésta le responde que se trata de un recuerdo muy importante de su abuela, que data de la guerra.  “Porque tú tal vez no lo sepas, pero hace muchos años Japón estuvo en guerra…” Este será el punto de partida para retroceder más  de 60 años y contar la historia  de Toshiko.

Toshiko, de 12 años, es la tercera de los 5 hijos (dos varones mayores y dos niñas menores) de la familia.  Su madre se encarga del hogar y el padre es  dueño de un pequeño taller de vidrio y cristal, que en época de pre-guerra se dedica a hacer tubos de medicinas para el ejército, pero que en ratos libres hace artesanías, como ese conejo de cristal tallado que obsequiara a su hija, y que a la larga será uno de los pocos “sobrevivientes” del conflicto.

La película mostrará de fondo un Japón donde la guerra es justificada a toda costa, con el total apoyo de la población (niños, adultos, mayores), para luego centrarse en la tragedia Toshiko, que ve cómo de a poco se separa su familia, cómo tiene que hacerse cargo de los más chicos, para luego directamente ver el lado más oscuro de la guerra, cuando se convierte en la única sobreviente.  En medio del dolor y arrebatada de su niñez, tendrá que buscar las fuerzas pero también los motivos para seguir con vida.

 

“Conejo de Cristal”  fue hecha en conjunto por los estudios GoGo Visual Planning, Visual Film y Tokyo MX, este último, canal estatal de Tokio. Contó con el patrocinio de la Fundación por los 60 Años de Finalizado el Conflicto, y de ahí surge parte de su carácter: en un país que arrastra como mancha negra su participación en la Segunda Guerra, y que en materia oficial ha optado por “olvidar” el pasado, esta película recuerda de la forma más cruda el error que fue la guerra y la derrota sufrida.

Su directora, la también guionista Setsuko Shuibichi, se encarga de llevar el relato de forma lineal, sólo preocupada en contar lo más claramente posible la historia. 

La animación es básica, sin adornos: fondos fijos, colores opacos, personajes que se mueven sobre las imágenes con la menor cantidad posible de movimientos por cuadro. Apenas algún truco “de cámara”, como algún ángulo o acercamiento en algún plano.

La idea es dejar claro lo que pasó y que, efectivamente, pasó.  El mensaje anti bélico es notorio, pero también el de la esperanza y el perdón. Queda evidente cuando vemos a Toshiko, pese a todo, seguir adelante (porque “si no quien recordara a mi familia?”), o cómo un ex aviador y candidato a kamikaze japonés mira la foto de la hija de un soldado norteamericano (en plena ocupación de Japón) y se da cuenta que el tal vez puedo haber dejado a esa niña sin padre. 

Porque como dice Black Sabbath “Los políticos se ocultan lejos. Ellos sólo empezaron la guerra, ¿por qué deberían salir a luchar? Ese papel lo dejan para los pobres…”                                          

O mejor aún, como decía un poeta "Todas las guerras son guerras civiles, porque todos los hombres son hermanos."