¡Viva el PIT CNT!

Regresé, amigos y amigas. Les pido disculpas por haber estado todos estos días sin dar señales. Es que... ¡conseguí trabajo! ¡Yupy! Por primera vez me siento útil en serio, no saben cómo se siente esto de llegar al primero de mayo con algo de culpa, como que en una infinitésima parte, este día está dedicado a mí.

Como habrán adivinado viendo la foto, desde el martes estoy trabajando en un Mc Donald's. No voy a decirles en cuál, porque me muero de la vergüenza si me van a visitar. Bueno, si me presionan un poco capaz que después les digo, pero solo si prometen no hacer bardo. Sobre todo porque la anfitriona (así le dicen a la gorda que nos manda a los que recién entramos) no nos deja hablar con nadie de nada que no tenga que ver con los menús... ¿menús o menúes, se dice? No lo sé. Gorda resentida la anfitriona esa. Mal atendida debe estar. Tanto curso de marketing y relaciones personales para terminar agrandando los combos por 15.

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Dicen que arrancó de abajo, primero que nada, en la cabinita de los conos en el de 18 y Río Negro. Es como un filtro. Te ponen ahí a darle heladitos a las viejas pedorras que salen a mirar vidrieras un viernes de diciembre, y si aguantás ya te agregan dos o tres pins en la corbata. Al poco tiempo la pusieron a preparar hamburguesas, y un año más tarde ya tiene más poder del que yo jamás soñé tener.

Qué gorda de mierda resultó... como recién entré, me hace ir a controlar a los guachos en el pelotero, que son verdaderos mafiosos en frasco chico. ¡Qué ganas de aplastarlos de un pisotón en la cabeza! Encima, si alguno de estos guachos pelotudos tira la coca o el sundae, ahí voy yo a trapear con la mary... a maryar sería, ahora que lo pienso. Bueno, marear, lo que se dice marear, se mareó un guachito con cara de chino, que vomitó la cajita feliz completa adentro del pelotero. ¡Una baranda que ni el Canario Luna en febrero y con corte de agua!

Les digo la verdad: no sé cuánto voy a aguantar así. No hay derecho. Encima dicen mis compañeros, con los que no me dejan sindicalizarme, que del sueldo de 7.000 pesos, te quedan 5.200 en la mano. Marina le debe estar dando bastante más a los pichis para que se compren droga y celulares, por lo que le escuché decir al Cuqui. Aunque acá te podés comer una hamburguesa con papas por día, cosa de quedar bien llenito de colesterol y espichar antes de que nos tengan que pagar el despido.

Pero no, yo minga voy a espichar. Es más, creo que antes de terminar el mes le pego una patada en las bolas al payaso Ronald, que bien que tiene cara de degenerado, y renuncio. Pero antes voy a aprender a preparar una Big Mac, que después de todo, son enseñanzas que te quedan para toda la vida.