domingo, 24 de mayo de 2009

Rosario clásico

Aún lejos de la grandilocuencia del gol de la valija, el de los 9 contra 11, el del 10 a 0 o el de la fuga, los últimos 30 años de historia clásica reúnen un considerable número de anécdotas que merece la pena reseñarse, escasas horas antes de que el temperamental Roberto Silvera pite el comienzo de un Nacional-Peñarol destinado al olvido. He aquí algunas.

El de la agachadita de Cerullo.

La noche del 25 de noviembre de 1981, por la segunda rueda del Uruguayo de aquel año y con casi 67 mil entradas vendidas, Peñarol batía 3 a 2 a Nacional con el retorno clásico del mítico Fernando Morena. En el primer tiempo y al borde del área de la Ámsterdam, hubo clara infracción sobre Ruben Paz, debidamente sancionada por el árbitro Roque (el) Tito Cerullo. La pelota salió rebotada hacia arriba, y Morena –lejos de tomarla con sus manos para apurar el tiro libre– remató de zurda y sin dejarla picar. El balón se introdujo en el arco del tricolor Rodolfo Rodríguez, que hizo lo que mejor sabía hacer toda vez que le tocaba enfrentar al goleador mirasol: verla pasar. Cerullo se hizo el sota y marcó gol, mientras Rodolfo miraba con cara de “¿por qué a mí?”, y el Nando salía disparado rumbo a la reja de la Platea América.

El de los 8 contra 11.
El 23 de abril de 1987, Peñarol y Nacional empataban 1 a 1 cuando a falta de 15 minutos para el final, el árbitro Juan Daniel Cardellino (gran bolso) expulsó al Zurdo Viera, al Chueco Perdomo y al Pepe Herrera. Ocho minutos después, el puntero Cabrera anotó el gol del triunfo para Peñarol, tras recorrer media cancha con el balón dominado, pared con Aguirre incluida. Elementos tales como la escasa concurrencia (8.600 boletos vendidos), el nulo abolengo del torneo en disputa (Copa Comunidad de Andalucía, que terminaría ganando el Betis), y el prestigio de aquel plantel tricolor (integrado entre otros por Gualberto Velichco, Julio Lancieri, Tomás Silva y Didí De Souza) le restan trascendencia a una hazaña que –al igual que otros hitos de nuestro fútbol, como el gol de Manga o la tarde en que Bajter jugó bien– muchos dicen haber presenciado. Muchos más que 8.600.

El de Peña y Trasante.
Por el Competencia de 1990 (el último de la historia), Peñarol y Nacional chocaron en fecha patria (19 de abril) y ante unas 60.000 personas. Partido ayuno de virtuosismos pero rico en brusquedades. Cerca del final, el recio Enrique (el) Pelado Peña le coloca una bella plancha al juvenil Néstor Gabriel Cedrés, que le vale la roja de manos del árbitro Eduardo Dluzniewski. Tras lo cual se produjo la hecatombe. Una situación de hechos bochornosos de la cual participaron Peña, Sergio Peluffo, Obdulio Trasante, Galileo Percovich, Willy Gutiérrez, Paolo Montero, Héctor Morán, El Pecho Sánchez, El Tío Sánchez, Hugo Sánchez, Martha Sánchez, Emilio Sánchez Vicario y Julio Sánchez Padilla. “Cuando vi la roja me quise llevar a uno… ¡y me los terminé llevando a todos!” confesaría el simpático calvo, años más tarde.

El de la cadenita.
Domingo 14 de junio de 1992, primera rueda del Uruguayo, nuevo arbitraje de Eduardo (el) Rafaella Carrá Dluzniewski. Partido aburrido, friccionado, con mucha tarjeta roja (especialidad del colegiado de turno) y escasas emociones. Promediando el segundo tiempo, centro al área mirasol. Saltan el panameño tricolor Dely Valdés y el criollo mirasol Carlos (el) Tío Sánchez. Este último, al parecer sin intención, en pleno forcejeo le arranca una cadena del cuello al moreno elemento, que se queda puchereando en el área, buscando su querida alhaja. El zaguero aurinegro se la guarda y sale jugando con elegancia. Finalizado el encuentro, los jugadores tricolores salen a buscar el botín, que finalmente aparece tras varias corridas. Dely ya no volvería a usarla, y su suerte clásica cambiaría radicalmente.

El del shot goal.
Tres de los ocho clásicos disputados en 1996 se jugaron en el interior. Destaca el del 25 de agosto en el Estadio Artigas de Paysandú. No tanto por lo futbolístico (amargo empate 1 a 1 con goles de Juan Morán y el Varilla González), sino por lo que vino después: definición por shot goal, consistente en avanzar con pelota dominada desde el círculo central, con 15 segundos para definir. Haciendo honor a la proverbial incapacidad oriental para aprovechar las ocasiones de gol, fallaron Nicolás Rotundo, Martín García, Danilo Baltierra, Gustavo Badell, Martín Parodi, Silvio Fernández, Luis Pertusatti (gran persona) y el mencionado Morán. ¿Alguien convirtió? Sí, el propio Pablo Javier Bengoechea, ya en aquel entonces 100% ganador y 0% caspa.

10 comentarios:

zorro d colonia dijo...

Muy buena reseña reyes,yo le agregaría el del tola Luzardo bailándole un malambo en el lomo al propio potrillo después de que el indio Olivera atropellara a Rodolfo;el de la botellita de agua del Seba Viera;el de los suplentes de peñarol haciendo expulsar a Viera también que terminó con un 2 a 2 muy festejado por la falange mirasol(?),y el del tito Goncálvez de arquero los últimos minutos sin siquiera un remate al arco,casi,por parte del bolso.Perdon,es cierto que sacó una al córner volando boca abajo como el propio Stallone en "escape a la victoria"

Anónimo dijo...

Jaja!! buenísimo!
que grande el profe bengoechea!

me queda la alegria que dentro de uons años podre decir "yo vi a bajter jugar bien" .. no es pa cualquiera, no!

Alvaro Fagalde dijo...

Podría agregarse también aquel clásico en que las mascotitas de ambos populares teams se agarraron a las piñas en una descomunal trifulca, demostrando que el futuro del futbol oriental estaba asegurado.

Alvaro Fagalde dijo...

Kings: digale al popular Santiaguito Díaz que diga como salio Racing bien de entrada. O que cambie el resultado del partido contra Cerro.

Para los que no escucharon la 810, el mencionado periodista dijo que en el último minuto Juventud le empató a Racing cuando el gol en realidad era el 2-0 para la gloriosa Escuelita

Carlos del Centro dijo...

Voy a hacer un confesión ya que de a poco me voy soltando frente a esta gran audiencia:

Vamos los peña!

andal13 dijo...

¡Qué lindos recuerdos...! En particular, el de Rafaella Carrá Dluznieski (o como se escriba).

Alvaro Fagalde dijo...

Mejores recuerdos me trae la hija del popular arbitro

El Nacho dijo...

Alguien que me confirme que la frase citada del raspador E. Peña: “Cuando vi la roja me quise llevar a uno… ¡y me los terminé llevando a todos!”
Es Real? de ser así es mágica e inigualable!

Andrés Reyes dijo...

Zorro: excelente racconto. Se me pasó la del Tito.

Álvaro: ser periodista deportivo es muy difícil. La vorágine no te permite chequear las fuentes.

Carlos: ¡qué momento elegiste para esa confesión!

Nacho: la frase es real. El que no es real es el Pelado Peña. Se comenta que es un alien. Y que en su vientre está engendrando un casal.

Unknown dijo...

Del clásico de la agachadita, puedo agregar las palabras del propio Morena: "Cerullo se agachó, pero no pitó. Yo estaba al lado. La agachada pudo generar confusión. Quizás pensó en pitar, quizás quiso indicar que siguiera la jugada"

Del clásico de la cadenita, recuerdo claramente al presidente de nacional Ceferino recriminando a Dely con que un jugador profesional debería haber quedado concentrado en el juego, en vez de ponerse a buscar la cadena en pleno partido.