Perdidos

Montevideo, 13 de agosto de 2025, ó 17 de mayo de 2009.

Estimado/a señor(a):

Vengo de un avión que cayó en las montañas. Pero no, no soy el Nando Parrado buscando venderle publicidad para “Vértigo”. Tampoco hubo un error de imprenta en la fecha de esta misiva. Pertenezco a su futuro. O lo que es casi lo mismo: usted pertenece a mi pasado.

Hace 5 días, tomé un vuelo de la compañía norteamericana Oceanic. Todo iba desarrollándose normalmente, hasta que entramos en zona de turbulencia, las luces se apagaron, el avión dio un par de vueltas, y mientras yo intentaba vanamente acordarme de las oraciones aprendidas en mi infancia, se produjo una suerte de fogonazo, y luego un silencio sepulcral.

“Palmé”, pensé. Pero no. Comprendí que estaba ileso, solo, y en Montevideo, puntualmente en un basural cercano a Millán y Luis Alberto de Herrera. Cosa rara, porque el vuelo que tomé iba de Miami al Estado Bolivariano Asociado (que es como llamamos a Venezuela desde la salida del poder de Chávez y el ingreso de Catherine Fulop, en 2023).

Más me preocupé cuando empecé a caminar. Tomé por Millán y llegué al Miguelete, y ni rastros había de los cisnes de plástico que había mandado poner la primera Intendencia del Partido Independiente, allá por el 2016, cumpliendo el viejo anhelo del finado Arana.

Por las dudas, aclaro: la Montevideo de mi época se parece muy poco a la versión futurista de Volver al Futuro II. No hay publicidades holográficas, ni autos que vuelan, ni skates que flotan sobre el piso mas no sobre el agua. No. De hecho los niños siguen jugando con pelotas Cubilla (solo que ahora se llaman pelotas “Hueso Romero”), y el mayor cambio en nuestro paisaje urbano ha sido la introducción de contenedores rosados, destinados a los desperdicios sólidos de la comunidad gay (aunque el Intendente Ope Pasquet ya advirtió que en caso de que la alternativa no prospere, se les dará el mismo uso que a los verdes, los naranjas, los rojos, los azules y los amarillos patito).

Decidí buscar un quiosco para ver la fecha de los diarios. Decía 14 de mayo de 2009. Traía unas fotos de unos adolescentes presuntamente infractores, y otras de Gaglianone y Riquelme ¡La mierda! Decir que no me acordaba de cómo salió Defensor ante Boca, que si no me forraba con el Supermatch.

Estoy acá para hablarles del futuro, y ver si son capaces de torcerlo. Porque les aseguro que la mano viene dura. Para que vayan sabiendo: Nacional será campeón de la Libertadores del 2009, pero sin jugar un solo partido. La semana que viene se hablará de casos de gripe porcina en el estado de Sao Paulo que obligará al Palmeiras a dar un paso al costado. Lo mismo pasará en semifinales y finales. La Conmebol declarará campeón a Nacional, pero posteriormente una investigación demostrará que la dupla Balbi – Navascués tuvo que ver en el contagio de los futbolistas rivales, utilizando a una famosa vedette como “mula” del peligroso virus. Nacional será privado de participar de torneos internacionales oficiales hasta el 2019, justo un año antes de que el Club Atlético Carbonero (nueva denominación de Peñarol tras el famoso “José Carlos gate”) logre clasificar a una Sudamericana.

Pero eso no es lo peor: Tenfield dará quiebra en 2018, y ya no habrá K-Pos ni RR.gol. En mi época apenas si televisan un partido por la mañana, en el que el bisnieto de Sánchez Padilla le da un jamón a la figura de la cancha, que casi siempre es el árbitro. Uruguay quedará afuera de todos los Mundiales, aunque supuestamente organizará el del 2030. Sin embargo, las obras vienen un poco lentas, de los 14 estadios proyectados apenas si se puso una fila más de asientos en el Campomar de Juan Lacaze, y se podó la palmera en Jardines del Hipódromo.

Por esto, y por muchas cosas más, quería invitarlos a disfrutar de este presente. Porque les garanto que lo peor está por venir.

Hugo R.

(Publicado en Guambia, 16/05/09.)