Ojo con Marenales, Jack.

"24", O LA ACCIÓN EN TIEMPO REAL NO DA PARA MÁS.

Creada muy poco antes del atentado terrorista más famoso de la historia -perdonen la disgresión política, pero si mañana hay otro atentado con la misma cantidad de víctimas en Botswana, Sri Lanka o Uruguay, ¿le van a dar tanto esférico los medios?- "24" protagonizada (como tantas otras) por una estrella hollywoodense alejándose cada vez más del estrellato -Kiefer Sutherland, el hijo del gran Donald, en este caso- anuncia su octava temporada. Ha sido bastante exitosa en su país de origen, aunque no tanto por estas tierras.

La acción transcurre -en las primeras temporadas, al menos- en una ¿ficticia? Unidad de Control Terrorista donde Jack Bauer -Sutherland- es uno de los jefes de esa dependencia gubernamental medio independiente (nunca se sabe bien quién la controla desde el gobierno) encargada de combatir las amenazas de terroristas que intentan atacarlos. Bombas nucleares, virus letales (varios), algún secuestro o atentado contra el presidente. Para la octava -ojo, mini spoiler- anuncian que van a tratar de matar al presidente de la O.N.U. Supongo que van a tener que viajar porque la CTU está en Los Angeles y las Naciones Unidas en Nueva York.

Todos saben la novedad de la serie: cada temporada está compuesta de 24 episodios y completan un día. Teóricamente, transcurre en tiempo real -una hora por capítulo, obvio- pero por suerte los terroristas se boludean un rato cada tanto para que haya tandas. Un reloj digital como en las trasmisiones de basquet nos anuncia la hora permitiéndonos seguir lo del tiempo real y saber cuánto falta para que termine el capítulo. Es muy útil, creanme.

¿Es una serie conservadora o liberal?. ¿Está a favor del imbécil de George W. o le da por la cabeza?. No hay una respuesta contundente, ni tiene que haberla. Es una serie de acción, sencillamente, que elige un escenario que permite la polémica o las guiñadas a la realidad, lo que no viene nada mal para la taquilla. Por un lado, se defiende a los agentes especiales pero por otro lado, se critica al racismo y a la intolerancia de los yanquis a los árabes. En la séptima temporada, Bauer es acusado de torturador -no sin razón- por un senador evidentemente demócrata de los de antes pero finalmente, terminan ambos comprendiéndose y colaborando. El gobierno también tiene sus cositas sucias, por cierto.

En este enlace de Wikipedia -que me ayudó mucho porque me he visto todas las temporadas pero mi memoria tiene sus límites- se puede leer en profundo las relaciones bastante frecuentes de la serie con la realidad americana:

http://es.wikipedia.org/wiki/24_(serie_de_TV)

También hay gente que se ha fijado cosas como las marcas de celulares que usan los buenos y los malos. Por no hablar de los que ven un número de teléfono en la pantalla y llaman. O sea, hay tipos que están más locos que uno. -Hacete una vida propia- diría Clint Eastwood, un saludo para él.

A mí me parece mucho más interesante otra particularidad relacionada con el chiste del tiempo real: nunca Jack -ni nadie- durante ese día completo tiene hambre o sed, va al baño o se lava la cara. Si bien puedo aceptar que uno en un día complicado y excepcional pierde el sueño o el cansancio y además, no sería aceptable mostrar a Sutherland sentado en la pelela, podrían por lo menos mostrarlo comiéndose un emparedado o bajándose un Gatorade mientras va en auto, ¿no?. Por no decir de un episodio en la tercera temporada en que lo torturan hasta darlo por muerto y a los 15 minutos se libera y anda corriendo más que el ruso Pérez. ¡Ah, macho!.

Cámara en mano, montaje nervioso, pantalla dividida para mostrar acciones simultáneas, libretos funcionales, no más tiempos muertos que los necesarios para bajar un poco la pelota al piso, la realización es muy profesional, no cabe duda. El problema está en otra parte.

¿Da para más "24", después de siete años?. En mi caso, sin estar meditando específicamente sobre el tema -les puedo asegurar que en gran parte de mi vida no medito sobre nada- viendo los capítulos de esta última temporada, me asaltó un sofocante embole, propio de estar cansado de estar viendo siempre lo mismo. Creo que el tema está largamente agotado y ya no hay padre, hermano, novia, hija, yerno ni amigo que vuelve de la muerte que le pueda agregar interés al asunto. Esa temporada terminó con la "incógnita" de si Jack va a salvar su vida después de haber estado en contacto con un virus mortal pero al anunciar la filmación del octavo año, todo el suspenso se fue por el caño.

Antes del final, si hay dos personajes que no pueden faltar por ser unos diferentes, son la programadora Cloe y su marido -no me acuerdo cómo se llama- una con su cara de nena mal enseñada y alunada y el otro con sus sarcasmos y su cara eterna de: -no me rompas las bolas. Esos son personajes que quiero en mi serie.

Así está el mundo, amistá.

TANDA (bastante tupida, como en un canal de aire)

* Un viejo chiste visualizado en una publicidad. Y se ven tantos culos como en Verano del 2010.



* Otro chiste, esta vez relacionado con los celos pero con todos los actores vestidos. No está mal. Vale más que nada por la cara del gordo.



* Seguramente los libretistas se inspiraron en mis tiempos de socio en el Olimpia para hacer este comercial. Al igual que el anterior, no tengo ni idea qué es lo que promocionan.



* La propaganda de Coca Cola Zero es una mezcla de Shreck sin humor con robots, que pasan de la noche al día después de tomar ese beberaje con gusto a jarabe para la tos vencido, un gigante que se pone a tararear un tema propio del repertorio de Miranda y una doncella que se saca casi totalmente los lienzos y pone cara de insaciable, por si fuera necesario. Muy raro.
-Mozo, para mí una caña con pitanga.