domingo, 8 de noviembre de 2009

Hay que quererse más

Una rápida recorrida por las canchas uruguayas, en especial el Estadio Centenario o el Parque Central (únicos escenarios en los que juegan Peñarol y Nacional), nos hará captar la inusitada violencia que se ha apoderado de los cánticos de las barras. Del “que allá del Parque sale un nuevo campeón” se pasó al “vamo’a mandar a un manya para el cajón”, situación ante la cual no podemos ser inmunes. Lo que sigue es una pequeña contribución, en pos del retorno de la familia.

En un noble intento por recobrar los valores que hicieron de nuestro balompié un caso digno de estudio en las universidades más acreditadas, nos vemos abocados a la tarea de recuperar al hincha. No tanto porque nos preocupe alejar a los jóvenes de los diversos flagelos que los azotan, sino porque sin gente en las tribunas es imposible vender las imágenes de nuestro fútbol. Y si le va bien a Tenfield, nos va bien a todos.

Para empezar, debemos optar por melodías fácilmente reconocidas por el ama de casa entrada en años, o por la joven ejecutiva que llega a su hogar tras una cansadora jornada y prende la tele. El tema central de la telenovela Valientes, del gran Ricardo Montaner, puede ser un buen comienzo:

Bolso:
Quiero ganar este Apertura,
sin receso.
Quiero que a Lembo no lo echen,
como al Hueso.
Pobre Varela, cómo le cuesta,
jugar de dos.
Pensando en Badell.
¡Qué malo era Badell!
Derlis Florentín
Ya no puede ni ver.
Que bien el Tito Ferro,
aunque es medio ido,
me recuerda a Bertolo.


Otra opción es tomar fragmentos de viejos hits tribuneros y remixarlos con letras más amigables. Por ejemplo, la violenta frase:

Es mi ilusión, volver a verte,
y a los balazos correrte;

puede ser cambiada por esta otra, mucho más funcional a los intereses de nuestro deporte:

Es mi ilusión, volver a verte,
y al Pipi Bajter cederte.
.
Por último, conviene echar mano a canciones pertenecientes a nuestro más genuino acervo cultural e identitario. Dejemos de lado el himno (cuya reinterpretación nos podría llevar a arder en los infiernos) y centrémonos en la pegadiza Marcha Mi Bandera:
.
Cual rechazo de Darío, de Darío.
Do jamás piensa Sonsol, piensa Sonsol.
Es la enseña de mi patria,
la bandera e’Peñarol.

Si Pacheco la acaricia, la acaricia,
y lo elude a Maristán, Maristán.
Dime que no juega el Pollo.
Y se lesionó Ortemann.

Es muy bella mi bandera, mi bandera.
Nada igual a su lucir, su lucir.
Y lo baboseé al vecino,
cuando hizo el gol Walkir.
-
De más está decir que cedemos –sin cargo– la autoría de estas profundas letras. Por el bien de nuestros pibes.

(Publicado en Guambia, 07-11-09).

9 comentarios:

Carles dijo...

Es mi ilusión, volver a verte,
y al Pipi Bajter cederte.

Casi me atoro con la torta de frutilla. Desopilante, al igual que el resto de la columna.

Muy bueno el banner, el gesto triunfal de deta es conmovedor.

Andrés Reyes dijo...

Gracias, Carles. Me impulsás a seguir adelante.

Internauta Rebelde dijo...

Tremenda columna. De las mejorcitas, sin desmerecer a las demás.

Carles dijo...

Aguante el Cerri!!!

En lo que refiere al particular en mi temprana juventud disfruté el quinquenio desde la asterdan. No sé como será la barra brava pero cuando iba (al medio de la barra) era muy tranquila la cosa, tanto que al cantar estas cuestiones de correr, matar y algunas otras estupideces no las vivía con violencia. Mas bien lo vivía como un cacareo telúrico, una válvula de escape emocional. Si sirve para algo me parece bárbaro que prohíban que se canten esas canciones pero yo creo que también ese clima de "violencia cantada" sirve para descargar estados de ánimo negativos que de no descargarse ahí podrían descargarse de manera mas pior.

Alvaro Fagalde dijo...

Si, por ejemplo se descargan en los avisos de los blancos sobre el arsenal de la guerrilla...

Andrés Reyes dijo...

Carles: yo no estoy tan de acuerdo. Eso que decís supongo que es válido en tu caso, que parecés una persona medianamente civilizada. Pero para ciertos individuos puede ser un aliciente para ir y matar a uno. Tanto al que canta como el que escucha lo que cantan. Creo que la gente que ni en pedo mataría a uno del otro cuadro, hace mal en cantar esas estupideces.

Gracias, Inter. Sos una persona de bien.

Carles dijo...

Si fuera Penadés diría que se desprende de tu discurso que quien va a matar a uno hace bien en cantar esas estupideces.

Yo creo que sin duda no suma que se canten esas cosas pero no sé que tan importante son, o sea, si realmente se logra algo impidiendo que se dejen de cantar. Obviamente la solución real al problema es mucho más profunda que lo que se cante en las tribunas. Pero si suma que no se canten me parece bien que las prohíban, no tengo idea si esto se ha hecho en otros países y como, alguien sabe?

El Nacho dijo...

Es muy buena la de

"Es mi ilusión, volver a verte,
y al Pipi Bajter cederte"

Ahora bien, ido no rima con Bertolo!

Santiago dijo...

Voy a hacer lo imposible para impulsar la canción del Pipi Bajter en la barrabrava. Lamentablemente no tengo los contactos adecuados.
Por lo demás, la columna es excelente. De las mejores.