domingo, 29 de noviembre de 2009

El deporte de los puños

Días atrás, trascendió que los ex futbolistas y hoy modelos publicitarios Enrique Peña y Obdulio Trasante se medirán en el ring del Palacio Peñarol en combate de exhibición, en beneficio de la célebre Teletón. Dejando de lado el chiste fácil (que hablaría de destinar parte de lo recaudado para asistir psicológicamente a los mencionados púgiles), le invitamos a compartir un breve resumen de las peleas futbolísticas más evocables de los últimos tiempos.


1990, Torneo Competencia, Nacional – Peñarol:
la mano se había puesto complicada durante la semana, con declaraciones cruzadas entre los capitanes de ambos conjuntos (Peña y Trasante, respectivamente). Por eso no llamó la atención que a poco del final, Peña le aplicara una feroz plancha al entonces juvenil Gabriel Cedrés, motivando la expulsión decretada por el grácil colegiado Eduardo Dluzniewski. “Vi que me echaban y me quise llevar a uno… ¡y me los terminé llevando a todos!” manifestó el calvo volante, que tras iniciar la contienda con el ágil Sergio Peluffo, acabó desatando la gresca generalizada con ayuda de su hoy amigo Trasante. Todos los jugadores, salvo los tricolores Venancio Ramos y Jorge Seré, fueron expulsados. Incluyendo algunos suplentes, entre quienes destacó Galileo Galilei Percovich, arquero tricolor que llegó con la pelea casi terminada, pero que puso lo mejor de sí para prolongarla. Los dos equipos perdieron los puntos, y pocos días después volvieron a enfrentarse, con triunfo mirasol por 1 a 0.

1991, amistoso, Nacional – Selección de Canelones: corría el verano de 1991, y Nacional se preparaba para afrontar un nuevo Torneo Uruguayo. El partido se venía picando, y se terminó de picar cuando Venancio Ramos –molesto por las constantes agresiones recibidas– le aplicó un certero “cortito” a la nuca de su marcador, para luego emprender un veloz sprint que lo puso a resguardo de cualquier respuesta. Allí mismo se produjo la hecatombe. Una sucesión de hechos bochornosos de la que participaron jugadores de ambos equipos, con protagonismo del ex barra brava y hoy Presidente de la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales, Enrique Saravia, quien literalmente le pateó la cabeza al arquero canario, que había tenido la infeliz idea de caer al suelo.

1999, Copa Mercosur, Peñarol – Flamengo: el equipo carioca acababa de eliminar a Peñarol, y todos sabemos que eso no se hace. Ya desde los últimos minutos del partido los futbolistas aurinegros, con Walter Pandiani y el otrora correcto Pablo Bengoechea a la cabeza, venían teniendo actitudes que avizoraban el final bochornoso. La escena terminó con los futbolistas uruguayos literalmente empujando a los brasileños escaleras abajo, ante la algarabía de la parcialidad carbonera y la felicidad interior de su entrenador Julio Ribas, que habría manifestado “estos sí que no usan pijamas con elefantitos”.

2000, Torneo Clausura, Nacional Peñarol: nada hacía presumir que aquel clásico acabaría violentamente, y con varios jugadores en la cárcel. Lo cierto es que una vez finalizado el encuentro (1 a 1) se produjo el habitual borbollón en medio del campo, con empujones, palabras subidas de tono, alguna invitación “a seguirla” después del partido. Nada fuera de lo común. Pero los ánimos fueron subiendo de tono, hasta que así como todos sabemos que la Primera Guerra Mundial se produjo porque mataron al archiduque, en este caso una piña “de garrón” de Julio César Ribas sobre la humanidad del corpulento Chengue Morales, fue la gota que rebalsó el vaso. Hubo más acción boxística que 10 años atrás, con un Chengue batiendo sus brazos con velocidad nunca antes vista (hay quienes afirman que lo vieron despegarse del suelo merced al “efecto succión” de sus brazos arremolinados), y un Mario Regueiro convertido en la verdadera revelación de la jornada, con una fina técnica seguramente adquirida en la universidad de la calle (no en la de Luis Alberto, sino en aquella donde se recibe la mayor parte de los periodistas deportivos).

No están por falta de espacio: Uruguay – Brasil en el Maracaná con Colacho Ramírez corriendo a Rivelino y aplicándole una patada en las nalgas que le valió un pase al Flamengo, Peñarol versus Gremio por la Supercopa 93, Uruguay versus Chile en sub 17, Uruguay ante Ecuador en el túnel previo al encuentro por Eliminatorias rumbo a Alemania, Uruguay – Argentina en el Mundial de fútbol playa, y esa que usted recuerda mejor que nosotros. Pero no faltará oportunidad.

(Publicado en Guambia, 28/11/09.)

8 comentarios:

El Nacho dijo...

Como siempre, espectacular columna!

Mejor que la que se llevó puesta Darío!

perezvila™ dijo...

Muy buena Columna!!!
Falto la de Uruguay Mexico en Basket en los amistosos de este año...

Carles dijo...

Sr. Director nuevamente nos demuestra que usted no tiene techo. Queremos segunda parte.

Rafa dijo...

una fuera de concurso pero digna también, la caricia de flavio zandoná sobre el ágil edmundo...

Anónimo dijo...

Excelente! memorable! excelsa!

Internauta Rebelde dijo...

Che, y la piñata de Nacional-Liverpool en Belvedere (creo que año 2003 si no me falla la memoria)? Esa sí que fue memorable. Recuerdo que el PF de Liverpool de aquél momento era profesor mío de Educación Física por aquéllas épocas. Al día siguiente teníamos clase y terminamos hablando durante todo ese tiempo sobre la piñata. SEN-SA-CIO-NAL. XD

Alvaro Fagalde dijo...

La de Colacho fue brillante.
Recuerdo una vez que los de Botafogo los cagaron a palos a los manyas..
Y también el clásico en que las mascotas de Peñarol corrieron a los bolsitos.
Y no sé si viene al caso, pero estuvo bueno cuando la final Flamengo-Cobreloa del 82 acá en el Estadio, que hicieron entrar a un chileno para que fajara a un brasuca que venía falluteando (cosa muy de ellos)

Andrés Reyes dijo...

Muchas gracias a todos y a todas, los y las quiero mucho.

La de Nacional - Liverpool la recuerdo perfectamente, con un Machado y un Julio Fuentes en el pináculo de sus rendimientos pugilísticos.