jueves, 28 de junio de 2018

La venganza de Argelia

En este mundo en que vivimos, en que el grito y la histeria vende mucho más que la lucidez y la sinceridad, parece que se derrumban civilizaciones enteras cuando su seleccionado profesional de fútbol masculino queda eliminado en primera ronda. Para ser exactos, se derribarían para siempre los motivos de existencia de 16 de las 32 naciones que conseguimos clasificar a este Mundial 2018.

viernes, 22 de junio de 2018

Salada la cancha de fútbol

Rudo y Cursi
Hace unos 25 años aquí en Uruguay alguno tuvo la idea de hacer los mismos alfajores de siempre pero ponerles en el envoltorios motivos de Peñarol o de Nacional, confiado en que la popularidad de ambos equipos grandes multiplicaría sus ventas. Fue un fracaso, principalmente porque el producto era berreta, pero también porque la gente consideró una terrajada el comerse ese masacote, simplemente porque tuvieran el escudo de su club.

jueves, 21 de junio de 2018

Oscar Washington, el infiel

Jugamos contra dos países que son tan parecidos para el conocimiento medio de un uruguayo que muchos relatores televisivos vivían confundiéndolos en las transmisiones de nuestra selección. Ganamos por la mínima y clasificamos para la segunda ronda, donde nos esperan otros nenes.

Es cierto que el grupo nuestro no sólo es el más flojo por lejos de esta fase, sino que es casi el que eligiría uno para nuestro país si pudiera digitarse: un cabeza de serie que está ahí por ser local y no una de las mejores según el polémico ranking FIFA y dos países que no joden a nadie. Mejor, imposible.

jueves, 14 de junio de 2018

Volshebnaya noch...

Simpsons yoruguas
Estando a un día de que comience el Mundial de Rusia y considerando que ningún medio periodístico decente -y tampoco "Ovación"- nos ha contratado para cubrirlo, es que, tristemente resignado, vuelvo a intervenir en este tugurio informático gay friendly, decadente y trasnochado.

miércoles, 13 de junio de 2018

La ceremonia de apertura del Mundial

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Nuestro periodista no exclusivo Lubo Adusto Freire nos presenta, en exclusiva, eso sí, cómo será la ceremonia de inauguración de la máxima fiesta del deporte mundial.


11:30 Empieza a sonar la canción de la Oreiro. 

11:31 Cambio repentino: entra el himno de la URSS. La gente aplaude.

11:32 Vemos cómo desde el centro del palco oficial empieza a subir una plataforma roja con el aspecto del Sputnik. Trepa 17 metros, por la revolución, se abre la compuerta de la nave, y salen dos astronautas. Llegan a un micrófono, y se sacan el casco. Uno es Putin, el otro es Ronaldo.

11:35 Putin dice algo que nadie entiende. En tanto Ronaldo dice:

"nosotros no hacemos futbol. Hacemos futbol".

Es que estaba todo dado para que estuviera Edson Ayrton Correa Do Nascimento Arruda Pelé, pero no, al final va el gordo porque el pobre Edson no pasa su mejor momento vital. No hay tiempo de cambiarle el speech al gordo ludópata.

11:38 Acto seguido, entra Robbie Williams a cantar con una rusa. Ahí Martín Kesman dice: “lo que es la ciencia, ¿verdad? Pensar que Robin Williams falleció hace tiempo ya y sin embargo acá lo tenemos cantando, como si estuviera aún entre nosotros”. Sus compañeros no le dicen nada, por miedo a una represalia sindical.

11:42 Termina la canción y del Sputnik sale una cápsula que cae con paracaídas en el centro de la cancha. Se abre y aparece el presidente de la FIFA, Alejandro Fantino, que establece una comparación risueña de esas a las que nos tiene acostumbrado el muy sorete. ¡Qué tipo gracioso pese a todo, eh!

11:45 Y ahí la gente aplaude (porque la hinchada de los mundiales aplauden cualquier cosa) y entra un oso. A todo esto Putin ya habrá bajado a la cancha. Putin agarra el oso, le hace una llave de judo y el oso cae, aparentemente sin signos vitales. Vladimir le introduce una mano en sus fauces y de allí extrae la mascota del Mundial, que saluda al público ante el estupor general. 

11:47 Hay una explosión y de adentro de la mascota sale Laika, una perra clon de la famosa perra astronauta. La perra intenta atacar a Putin, que le tira una patada que llega a destino. La perra vuela por el aire y se transforma en la pelota Telstar, que cae en las manos del árbitro. 

Balón en mano, el colegiado de turno ingresa al campo secundado por el resto de la cuarteta y por los primeros equipos de Rusia y Arabia para dar por comenzada la brega.