jueves, 21 de junio de 2018

Oscar Washington, el infiel

Jugamos contra dos países que son tan parecidos para el conocimiento medio de un uruguayo que muchos relatores televisivos vivían confundiéndolos en las transmisiones de nuestra selección. Ganamos por la mínima y clasificamos para la segunda ronda, donde nos esperan otros nenes.

Es cierto que el grupo nuestro no sólo es el más flojo por lejos de esta fase, sino que es casi el que eligiría uno para nuestro país si pudiera digitarse: un cabeza de serie que está ahí por ser local y no una de las mejores según el polémico ranking FIFA y dos países que no joden a nadie. Mejor, imposible.
Ese insólito entusiasmo desmedido que ha ganado a publicistas y periodistas, pero también a la gente común, haciéndoles creer que Uruguay es uno de los grandes candidatos a campeón los llevó a imaginar goleadas históricas que nunca llegaron ante seleccionados tan limitados como Egipto (con el excelente centrodelantero Salah físicamente disminuído) y Arabia Saudita.  El local sí los goleó a ambos pero tampoco ha demostrado un rendimiento de la masita.

Ahora la resignación ha llevado a plantearnos algo así como que "jugamos mal pero ganamos y eso es lo que cuenta". Yo digo que ni jugamos tan mal ni es lo único que cuenta. Es muy cierto que Uruguay no ha sido una máquinita de generar fútbol bien jugado, definiciones exquisitas ni un toque de moñas y gambetas fantasioso. Pero es que nunca lo fue.

La celeste sufrió de enfrentarse a dos equipos que se sabían inferiores, que lo esperaron bien plantados -lo que no necesariamente debe ser sinónimo de meter la bañadera y reventar cuanta pelota se arrime- y esperaron los contragolpes que pudieran generar errores defensivos que pocas veces cometimos. Casi usurpándonos el libreto.

En el primer partido -dicen que los debuts siempre nos cuesta a los orientales, pero no sé por qué a los otros no, o sí, viendo los varios resultados sorpresivos que se vieron en la primera fecha- Egipto intentó presionar lo más arriba que se pudiera, siempre sin regalarse, claro,  pero estuvo muy lejos de generarle peligro a Muslera. Debimos definir antes el partido.

Contra Arabia no hubo muchas diferencias. Un equipo asiático -uno tiene que pensar un rato cuál de los dos es africano y cuál no- que priorizó defender pero que tampoco se tiró tan atrás, pero sabiendo que iba a tener pocas posibilidades de meterla. Acá tuvimos menos chances aún, aunque Suárez pareció menos peleado con la pelota. Nos pusimos en ventaja a la mitad del primer tiempo, pero nos quedamos en el molde, como si aunque nos empataran clasificarámos holgadamente.

Es que esta versión 2018 de la selección tabarezesca no presenta tantas diferencias con las de los anteriores Mundiales: muy buena defensa, tanto en nombres como en funcionamiento colectivo y los dos salteños, probadamente solventes en la culminación y generosos en el esfuerzo, superando en la cancha sus diferencias personales.

Pero tiene el gran problema que característicamente ha tenido nuestro seleccionado a lo largo de la historia: no hay un solo gaucho que sepa transportarla desde la zona de destrucción hasta la de ataque. Tabárez insiste con el 4-4-2 donde Bentancur y Vecino son una versión bastante más prolija que el "Ruso" Pérez y Egidio y alternando en la función de subir por las bandas a De Arrascaeta -titular indiscutido en el Cruzeiro, pero como enganche-, Laxalt, el "Cebolla", Nandez y el "Pato" Sánchez, que además aporta el imprescindible toque de negritud que debe tener un seleccionado celeste que aspire a un título.

Jugamos con pelota al piso y tratamos -muchas veces sin éxito- de cuidarla, desterrando el
tradicional pelotazo a la que te criaste para ver si  los cuatro defensas rivales fallecen de muerte súbita dejando solo a nuestro único delantero, pero seguimos perdiendo demasiado fácilmente el balón. Hay un terreno baldío entre la línea de volantes -que no está todavía suficientemente madura- y los dos atacantes. La esperanza que me queda es que a partir de octavos nos enfrentemos a equipos más ofensivos y ahí nos sintamos más cómodos, no teniendo que ser los que tengamos que proponer todo el tiempo. Igual, para derrotar a ambas selecciones musulmanas, le alcanzó al Maestro (*).

Esta semana le tocó a Samantha. Kim Catrall nació en Liverpool unos años después que unos músicos que tuvieron lo suyo pero se crió en Canadá, mirá vos. Nunca hizo grandes películas ("Porkys"; "Rescate en el Barrio Chino"; "Mannequin"; alguna "Locademia de policía") y no tuvo demasiada fama que digamos, hasta que la embocó en una serie tan existosa como "Sex and the city" donde hacía con mucha naturalidad de la más pispireta de las cuatro mujeres protagonistas. Tiene con qué.

El rojo y el granate son dos colores distintos y eso lo tienen claro equipos como Independiente, Rentistas, Lanús y Torino, por nombrar a cuatro que tienen a uno u otro como color dominante de sus camisetas. Algo más complicada parece ser la cosa cuando el diseño de la casaca es a rayas. Equipos como San Lorenzo y Barcelona son conocidos como "azulgranas" pero muchas veces han utilizado indumentarias ROJAS y azules a rayas. El otro día pasaron un San Pablo contra el glorioso Fluminense, en donde éste jugaba indiscutiblemente de rojo, verde y blanco -más allá de que yo no estaba viendo la camiseta misma, sino su imagen difundida a través del televisor- pero la camiseta que yo tengo, y que he llevado a alguna comida del blog (¿se acuerdan cuando todos nos reuníamos?), es claramente con granate. Ta, hay cosas peores, pero póngase de acuerdo.    

Me hicieron creer que había sido durante el partido Alemania contra México en este mismo Mundial, pero en realidad el hecho ocurrió en la final de la Copa de las Confederaciones que ganaron los germanos frente a los chilenos, para beneplácito de toda América Latina. La teutona -que ya no es una pendex- habría perdido una apuesta, se equivocó y pagó. Aunque tiene una cara de que le gusta pagar con prendas, que no puede ser...
 

(*) Hablaron en Del Sol del pete mediático que le hizo Rómulo F. Chenlo al Maestro en la conferencia de prensa posterior al partido contra Arabia. No vieron la nota en Ovación de ayer miércoles, comentando la anterior conferencia. La mema llegó a niveles wandanarescos. Que era la política habitual de "El país" hasta el 2005, por otra parte.

9 comentarios:

Diego Floyd dijo...

Hermosa colurna don Fagalde. Si le habré dedicado sueños húmedos a la (vieja? y) querida Kim.
Yo para mi debe volver De Arrascaeta pero mas adelantado como juega en Cruzeiro y por la derecha el agil Nahitan correteando gente. Ahora (se supone) que vamos a tener partidos con mas espacios asi que si quiere cambiar de banda al pelado y poner a Laxalt por izquierda para tener un poco mas de velocidad en las salidas se la llevo

Alvaro Fagalde dijo...

Coincido enormemente con el señor Floyd. Incluyendo lo de la selección.

dollo dijo...

Gracias Faga.
No sabemos salir a proponer un partido, no nos sale.
Solo espero que cuando empiecen las dificiles hagamos lo de siempre, es decir, mediocampo de Torreira,Vecino,Bentacur, el Pato Sanchez o Nandez, y a reventarla bien fuerte para que los dos de arriba se manejen...

dollo dijo...

Por las dudas, no es que sea lo que mas me guste, sino que es lo que temo termine pasando

Alvaro Fagalde dijo...

...te faltó el Cebolla retrasado.

Facundo dijo...

Tampoco es para que le digas así al Cebolla. Se dice "con capacidades diferentes".

Alvaro Fagalde dijo...

En este caso me refiero a su posición y no a su cara de nabo.

LaSordaDeMierda dijo...

Quiero aportar que Giorgian está deveee. Y que no sé que le ven las féminas al pelado Caceres (supongo que la billetera capaz)

Alvaro Fagalde dijo...

debe ser la forma de vestirse, Sordi. O de manejar.

Es lo que tenemos los guachos de Sayago, q nos partimos.