Diálogo de oficina

- Uruguay nomá! Qué grande Uruguay, bo… apretando los dientes, metiendo como caballos, como le gustaba a Obdulio.

- Sí, claro… a Obdulio… A Obdulio Trasante cuando le pega al macaquito de la moto… ¡dejate de joder! Terminamos pidiéndole la hora al suizo incontinente ése con pinta de parodista. ¡Si cuando el 9 picó por izquierda y pateó nos quedaron los huevos en la garganta!

- Bueno, sí… pero en el trámite fuimos más que el elenco tico.

- ¿Pero qué decís? ¿Te tragaste un periodista deportivo? Dejate de joder, ganamos con un gol de un tipo que en 2 años tocó 10 pelotas y metió 6 goles.

- ¡Un diferente! Un tipo tocado con la varita mágica…

- ¡Flor de culón! Si es espantoso, suerte que ahora agarró el curro de la camarita porque acordate lo que te digo, éste en dos años deja el fútbol y arranca para las ocho horas.

- No seas así, bo… ¿Y Lodeiro? ¿Qué me decís del pibe?

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- Que es un gran proyecto de jugador. Por suerte ahora lo venden a Italia, juega tres minutos en cuatro años, y se olvida.

- Pero mirá que sos negativo, loco… no te sirve nada.

- No, no… no es tan así. Hubo dos momentos en los que disfruté mucho. El primero, cuando terminó el himno. Nunca tuve tantas ganas de que algo terminara como ayer, loco. Los ticos se miraban y pensaban que los estaban jodiendo, que era una treta para enfriarlos.

- ¡No seas amargo! Si estuvo buenísimo…

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- Claro, para cerrar un couplé de Momolandia, impecable. Pero el Francisco Acuña de Figueroa se retorcía en la tumba, loco. Y después, con lo que disfruté mucho, eso sí, fue con la trifulca. Menos mal que esta no es la selección de Fossati, si no terminaban todos los jugadores metiendo guante y perdíamos por inferioridad numérica.

- Bueno, son cosas del fútbol…

- ¿Pero de qué fútbol me hablás si el que más pegó fue el Pelado Pastorino? Me hablan de Chris Namús, de Caril Herrera, de Noé nosecuanto, ¿y tienen a Pastorino ahí delante de los ojos y nadie se aviva? Por favor… Igual hay algo que no entiendo.

- ¿Qué? ¿Por qué el Maestro no puso Seba Fernández?

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- No, no… no entiendo cómo nadie le pegó a Gorzy. Lo tenían ahí, a tiro de cañón. Era ir y darle una, una sola, bien dada, y listo. Decir que la Cámara Celeste no llega a Costa Rica, que si no todavía le están pegando.

- No seas así, loco… ¡Decime si después de la clasificación no te empezó a caer más simpático!

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- Mirá… te tengo que decir que sí. En el momento que pitó el árbitro, me abracé con un tipo que tenía al lado en la tribuna, que si hoy lo veo en la calle cruzo porque me da miedo que me afane. Pero ayer terminé abrazado con el lumpen, gritando “Uruguay nomá”, gritando “que viva Tenfield y el Pato Celeste”, gritando “te la seguimos chupando, Paco”. Y si lo hubiera tenido a Gorzy adelante le daba un beso, te garanto. Y ahí arranqué para 18 en el Fiat, meta tocar bocina como un enajenado. Pero a los cinco minutos, razoné, y me volví a casa. ¿De qué sirve festejar si no podés babosear a tu adversario? ¿De qué me sirve festejar el triunfo del Pepe si no sé que al mismo tiempo hay miles de oligarcas bien calentitos? ¿Para qué va uno a un clásico, si no es para disfrutar con la desgracia de la tribuna de enfrente? ¿De qué me sirve ganar si vos no perdés? Pero ayer estaban todos contentos, y eso no tiene gracia.

(Publicado en Guambia, 21/11/09.)