Con la vista puesta en Brasil

En un partido friccionado y sin margen para el virtuosismo, Uruguay cayó 3 a 0 ante Costa Rica en el encuentro de ida del repechaje rumbo a la Copa del Mundo de Sudáfrica. Los celestes fueron superiores en el primer tiempo, pero fueron incapaces de concretar las chances generadas. En el complemento, las fallas defensivas fueron determinantes para que el equipo del brasileño René Simoes lograra una diferencia que le permitirá encarar la revancha con tranquilidad.

Por el Bachiller Patricio Mehma

Uruguay cayó 3 a 0 ante el combinado costarricense sobre el pasto artificial del Estadio Ricardo Saprissa, complicando definitivamente las chances de conseguir un cupo en la próxima justa mundialista.

El primer tiempo transcurrió sin grandes sobresaltos para el equipo de Tabárez, por lo que nada hacía prever el desenlace del juego. Tras unos primeros quince minutos de estudio mutuo, llegó la primera emoción del partido, cuando el hábil Luis Suárez quedó cara a cara con el arquero rival, al que eludió con gran soltura, para luego levantar el remate –ya con arco desguarnecido y sin rivales a la vista– unos 15 metros por encima del travesaño. Mala fortuna la del cotizado ariete.

A los 24 minutos de juego, el propio Suárez fue el encargado de desaprovechar la chance más clara, al dilapidar un penal sancionado tras mano del defensa Michael Umaña. El remate del futbolista, débil y anunciado, terminó en las manos del portero Keilor Navas. Errar un penal ya es triste. Pero que te lo ataje un tipo llamado “Keilor” es mucho peor. Aunque como Suárez es lo que no dudaríamos en llamar un pecho frío, seguramente poco le importó.

El primer tiempo se fue con alguna otra chance malograda por Forlán (otro muerto), y el propio Japo Rodríguez, que demostró no estar a la altura de las circunstancias. Los cronistas daban como un hecho la rápida inclusión del flogger tricolor Nicolás Lodeiro, que no tardó en concretarse. Muchos fantaseaban con que el ingreso del juvenil elemento dotaría al equipo uruguayo del volumen de juego necesario para vulnerar la extrema retaguardia tica. ¡Qué ilusos!

Pues a los dos minutos de haber ingresado, Lodeiro se enganchó en una “pelusita” de la alfombra que hace las veces de campo, para caer sobre su brazo derecho, fracturándolo. El inmediato ingreso del Flaco Fernández (que sigue currando con los dos partidos que jugó bien con Nacional hace ya casi un año) no logró mejorar el panorama.

Panorama que se terminó de complicar a 20 minutos del final, cuando el veterano Fonseca recogió un rebote dado por el incapaz de Muslera ante un débil remate (qué digo débil… ¡un pedo de vieja fue!) de Randall Azofeifa. Agregamos así otra perla al collar de muertos resucitados por la otrora gloriosa celeste durante esta Eliminatoria, yendo desde Salas a Maradona, pasando por el Chorri Palacios o Nolberto Solano.

Y como suele ocurrirnos, tras el primer gol se produjo el desconcierto general. Tabárez movió el banco y colocó al Loco Abreu. Mejor hubiera sido dejar el banco quieto, porque el muy demagogo volvió a fracasar. Le auguramos el mejor de las suertes haciendo esas bellas publicidades de autos diminutos.

Ya sobre el final llegaron el segundo y el tercer gol costarricense, obra también de Rolando Fonseca (compañero de generación del aurinegro Roy Myers, un poco para que le vaya calculando la edad). Es que lejos de cerrar el partido con el 0 – 1 en el placard, con esa ambición irracional que nos caracteriza, salimos alocadamente a buscar el empate, generando suculentos espacios para los movedizos delanteros ticos, bien asistidos por los sobrevalorados defensores charrúas.

El miércoles tenemos la revancha, y creo que aún estamos a tiempo de cambiar. Al técnico y a los jugadores, puntualmente. Fuera Tabárez. Nos cae bien, pero preferiríamos que nos cayera peor, como Juan Ramón o Acevedo, y que el equipo juegue a algo. Fuera Forlán. Fuera Suárez. Fuera Lembo, por si se le ocurre volver. Fuera el Gaby Álvarez de Durazno. Y fuera Bauzá, pues queremos un presidente al que podamos reconocer por la calle para putearlo y exigirle la renuncia.

(Publicado hoy mismo en Guambia - Espacio especial para tapar la falta de efemérides y para que no pierda vigencia).