lunes, 26 de mayo de 2014

Un par más, y no jodemos más

"Ta' lindo esto de las finales sin Peñarol y Nacional! Sería una pena que solo fuera un partido" habrá pensado la gente de Danubio. Y fue así que, gracias a un gran planteamiento táctico de Leonardo Ramos, y al aprovechamiento del juego aéreo, el equipo de la Curva de Maroñas goleó por 3-0 a Wanderers, y generó que el campeón se defina en dos partidos. 

El candidato a ganar el partido era Wanderers. Venía con viento en la camiseta: llegaba con un invicto de siete partidos, le había ganado el clausura a Peñarol y había conseguido la tabla anual. Mientras que Danubio llegaba de un irregular clausura que le costó la tabla anual, y con la baja más que importante de su goleador, Jonathan Alvez. Parecía que eran 90 minutos, y la copa se iba para el Prado. Pero Danubio se acordó de lo que había sido en el apertura, y con un gran partido forzó que la definición se alargue. 

El primer objetivo del planteamiento de Leo Ramos fue anular a los generadores de fútbol de Wanderers: Gastón Rodríguez, Sergio Blanco y Rodrigo Pastorini. Y lo logró en base a una buena marca en defensa y, en el primer tiempo sobre todo, recurriendo a las faltas para cortar el circuito de juego bohemio. Antes de los 20 minutos de partido Danubio hizo el primer gol. Centro desde la derecha de Ignacio González a la cabeza de Federico Ricca, que cabeceó al segundo palo. Cristóforo solo pudo verla pasar. 1-0 se ponía arriba Danubio. Wanderers tuvo pocas chances de gol, se puede destacar un tiro libre de Rodríguez que pasó cerca del palo izquierdo de Ichazo. Wanderers no generaba peligro, y Danubio cortaba con todo intento bohemio de ataque. A veces, recurriendo a las faltas, lo que generaba molestias en los jugadores de Wanderers, que tuvieron varios encontronazos con los jugadores danubianos. Y antes del final del primero tiempo, una corrida por derecha de González que contó con la ayuda de la lesión en la corrida de Guzmán Pereira, centro al área que tapa Cristóforo pero la pelota queda boyando en el área. Y Leandro Sosa llegó solo por el segundo palo, y definió con el arco casi solo. 2-0 se ponía el partido para Danubio, y así se iba el primer tiempo.

Para el segundo tiempo, Arias mandaba a la cancha al cangrejo Cabrera en lugar de Riolfo: ponía un hombre de ataque en lugar de un hombre de marca. El cambio le generaba réditos en el arranque del segundo tiempo, ya que alguna jugada de peligro pudo generar. Pero antes que el descuento bohemio llegara, llegó el tercero de Danubio. Centro desde la izquierda de Sosa, Cristóforo quiere despejar con los puños pero lo hace mal, y la pelota queda en el área chica. Formiliano aprovecha y la manda a guardar. 3-0 a los 10 del segundo tiempo, partido liquidado. En los 35 minutos que restaban, Wanderers se fue arriba tratando de descontar pero sin poder generar chances de gran peligro, mientras que Danubio se dedicó a marcar como lo había hecho en el primer tiempo, y además aprovechó los vacíos en el fondo bohemio para de contragolpe marcar el cuarto gol, que no llegó. Al final el triunfo fue para Danubio, que forzó dos nuevas finales a jugarse vaya a saber dónde y cuándo. 

Lo positivo: el arbitraje. No porque haya sido bueno (que lo fue), sino que, en lo personal, hacía mucho tiempo que yo no veía que una cuarteta arbitral actuara como un verdadero equipo. Los líneas marcaron faltas que el juez no veía, e inclusive hicieron sacar alguna amarilla. Ojala todos los árbitros actuaran de la misma forma. Además, daba gusto ver el Franzini lleno de hinchas bohemios y franjeados.
Lo negativo: la camiseta de Wanderers. No hubiera sido mejor que jugara con la oficial, que es más negra que blanca, y con el short y las medias que usó, que jugar con esa camiseta cuasi blanca que usó en la tarde de ayer? En el clausura que terminó, recuerdo que los árbitros obligaron a Juan Castillo a jugar con un chaleco, debido a que su camiseta se parecía no a la de los rivales de turno, sino a la de los árbitros. Y las camisetas de Danubio y Wanderers ayer, para los que lo miramos por TV, led o plasma (un saludo para Julius) resultaban más que parecidas.

Esto fue la semifinal, que pudo haber sido final pero no fue, amigas y amigos

6 comentarios:

Diego Floyd dijo...

qué flagelo el color de las camisetas

Anónimo dijo...

dejense de joder el fútbol uruguayo cada vez es más lamentable!

Alvaro Fagalde dijo...

Lo de las camisetas lo tiene que resolver el juez. ¿Para que joraca las cambió Wanderers?.

Alvaro Fagalde dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Lucho dijo...

Discrepo, Danubio se cansó de pegar mientras fedorchuk le sacaba amarilla a los de Wanderers nomás...Formiliano debió irse echado
Aunque no tuvo un buen partido, qué jugador Riolfo, me hace acordar al gran Cristian Bassedas, version uruguaya no? bastante mas lento

Alvaro Fagalde dijo...

O sea, uruguayo.