Menos tela y más volumen de juego (parte 2)

En nuestro último encuentro compartíamos la (mala) suerte corrida por las más emblemáticas banderas gigantes de nuestro fútbol. Culminaremos hoy el repaso con otros tamaños y diseños que mantuvieron el trágico destino.

2003- Algo extraño: banderas para la selección

La primera se estrenó en las Eliminatorias rumbo a Corea y Japón, medía un anillo del Centenario de ancho por dos de largo, era absolutamente celeste con bordes blancos, y tenía la inscripción “1950”en negro justo en el centro. Seguramente se estrenó en el partido que Uruguay le ganó a Brasil con gol de penal del Pelusa Magallanes (la única vez que Recoba se fue aplaudido con la celeste en el pecho), buscando amedrentar a los parciales y jugadores norteños con el recuerdo de la gesta de Maracaná. Apuesto a que la mayoría de los hinchas brasileños habrá pensado que ese 1950 era un sponsor, acaso de una casa de apuestas o una colonia para hombres.

Hasta ahí bien, porque mal o bien clasificamos al Mundial. Pero el problema vino después. Los dueños de la bandera le agregaron un rectángulo blanco con un indio (presumiblemente charrúa, aunque bien pudo haber sido cualquier otro, incluso Líber Vespa con taparrabos). Para multiplicar el poder chauvinista de la bandera, el indio tenía bajo sus pies dos banderas: bajo su pie derecho la de Brasil, y bajo el pie izquierdo la del rival ocasional.

No sabemos si cuando se jugaba ante Brasil, el indio pisaba dos banderas iguales, o le dejaban una sola. Lo cierto es que sobre el final de la Eliminatoria, los muchachos se cansaron y dejaron de cambiar la banderita, acaso porque se veían venir la eliminación.

Paralelamente a la introducción del indio surgió otra bandera, apostada también en la Tribuna Olímpica y de dimensiones similares, aunque levemente más corta. Estéticamente superior, tenía fondo negro con borde celeste, cuatro estrellas celestes (que suponemos aludían a los títulos Olímpicos y Mundiales de la selección, aunque bien podrían aludir a las veces que clasificamos al repechaje), una estrella más grande con los colores de la bandera de Alemania (en clara alusión a que en el Mundial de 1974 comenzó nuestro declive), y la inscripción “Uruguay – La historia debe continuar”.

Continuar continuó, pero no precisamente en el Mundial del 2006.

2010- Chinito sabe

Como forma de festejar la ampliación de la Tribuna Atilio García del Gran Parque Central, la empresa Umbro mandó hacer a China otra bandera de Nacional de dimensiones más que respetables (exactamente 80 metros de largo por 24 de ancho). A cambio, Umbro le agregó su logo (dos veces) a la bandera, que vino desde las tierras de Yao Ming con algunos inconvenientes: tenía un punto rojo después del “de” (es decir, decía C. N. de. F.), y la frase “nunca te abandona” presentaba problemas de espacios (decía “nunc ate ab andona”).

Antes de estrenarla, la muchachada linda de la Banda del Parque le tapó el círculo rojo con liquid paper y le modificó la frase, que pasó a ser “La Banda del Parque – La que nunca abandona”, lo que se parece un poco menos al slogan de Rexona.

Increíblemente, la bandera debutó con triunfo (2 a 0 a Morelia por la Libertadores en el Parque), e incluso también tuvo un debut clásico auspicioso (2 a 0 con 2 del Morro, por la segunda final del Uruguayo 2010). Pero como ese Uruguayo terminó en manos carboneras, la historia de este trapo no parece estar marcada por la gloria (más que nada porque no se había cumplido medio año de su estreno, cuando los hinchas de Nacional ya estaban juntando plata para hacer otro).

2011- La vandera más grande del mundo

¿Qué decir que no se haya dicho ya sobre el obscenamente grande trapo mirasol estrenado recientemente? Es realmente inmenso, tanto que la gente de CAFO tuvo que retirar un alambrado que se ubicaba en la unión de las tribunas Ámsterdam y Olímpica para permitir su correcto despliegue, y a habilitar el ingreso de los apuestos jovenzuelos de la Barra cinco horas antes de comenzar el match.

Según el Tony Pacheco, la bandera la hizo la gente de Peñarol. Según datos recabados por la gente de Nacional, la hinchada de Peñarol logró recaudar apenas 3.602 dólares, siendo que la bandera costó más de 30.000. Pero más allá de saber quiénes la pagaron, nos interesaría saber quiénes la diseñaron.

Tras un sesudo análisis semiótico, hemos llegado a la conclusión de que la bandera tiene: a- once estrellas (cada una con un número, que alude a las Libertadores, las Intercontinentales, los Quinquenios, y las Copas Parmalat); b- un tren de AFE, que alude a la velocidad de Darío Rodríguez; c- el número “1891”, que alude al récord de arco invicto conquistado en su momento por Mazurkiewicz; d- la frase “serás eterno como el tiempo y florecerás en cada primavera”, en clara alusión al Tony Pacheco; e- la frase “Barra Ámsterdam”; f- un escudo; g- unos trofeos; h- franjas aurinegras al principio, en el medio, y al final.

Claro está que agudizando un poco la vista, se puede ver que: i- manejando la locomotora, aparece el haitiano Jean Jacques Pierre; j- sobre el escudo, en letras pequeñas, puede leerse “Club Atl%C3%A9tico Pe%C3%B1arol” (pues al parecer la letra gótica escogida no tiene tildes ni eñes); k- en el ángulo inferior derecho, figura la frase “Manya Capo” junto a un rostro que bien podría ser el de Diego Alonso o el de Diego Wainsrub (*)

Claro está que la bandera no debutó de la mejor forma (derrota ante los suplentes de un equipo de la B de Argentina), pero seguramente tendrá chances de redimirse

(*) ¿Le descubrió usted más detalles a la bandera mirasol? Comuníquese con nosotros a través de andresreyes76@gmail.com y háganoslo saber.

(Publicado en Guambia, 23/4/11.)