Cuento:"Ni que el destino del mundo dependiera de nosotros"

"Ni que el destino del mundo dependiera de nosotros"

Y ensima de que eso no lo escribo, tengo que cuidarme de no decirlo porque hay mucho demonio con la orjea atenta. Ya no está pasando nada en la ciudad, los pájaros ya no cantan al amanecer, no se prenden más los faroles cuando anochece, nadie habla, nadie rie, todos callan. Estamos transformandonos en un pueblo fantasma. Ya no llegan más turistas, todos los negocios fueron saqueados y la comida se nos está acabando. Para peor, no tenemos fronteras ni agua al rededor, estamos solos flotando en la nada. Cuando pasaba alguien prolijamente vestido, de esos locos que quedan pocos, todos slataban a matar. Los insectos ya no zurcan las tierras y hay pocos corazones con alma de vida. Yo lo noto entre la tiniebla, quedamos ella y yo solos en el universo, nunca nos dijimos nada solo nos miramos. Ninguno sabe más que cómo es el otro por fuera. Van dos noches de pesadilla, de no saber que hacer en horas inútiles. No funcionan telefonos, electrodomésticos, celulares ni mucho menos la internet. Estamos en medio de un mundo reducido en el que los colores son cada vez más tenues, cada vez más blanco y negro, gris y negro. Cierro los ojos, estamos cerca, se siente la única brisa de dos respiraciones acompasadas. Y yo me imagino un mundo lleno de colores, de cielos azules y rojisos, de pastos verdes y praderas amarillas, de plantas y árboles floreciendo, todo ahí. Todos los sentimientos buenos dentro de mí, todo ahí y, por eso se, que entre tanto gris no va a haber tormenta que desruya nuestros corazones. Pero se que eso no va a pasar, porque ella ya me lo dijo.