jueves, 8 de diciembre de 2011

Algo está cambiando en la ciudad


Nacional ganó uno de los torneos peor jugados de los últimos tiempos, tras una remontada nunca antes vista que lo llevó del séptimo al primer puesto en apenas siete fechas, en las que le sacó nueve puntos de ventaja a su eterno rival, que hasta ese entonces se venía comiendo los niños crudos. Eso lo sabe cualquier hijo de vecino. Lo que no todos saben es que esta nueva consagración tricoparquense se basó en cinco pilares que a continuación detallamos.

Los atuendos del Muñeco
Fecha a fecha, el estratega albo se preocupó por renovar su indumentaria, siempre en esa línea de “pendeviejo metrosexual” que tan bien le queda. Desfilaron un sinfín de camisas brillantes con vaqueros ceñidos que molestaban la visual de los rivales poco acostumbrados a tamañas exhibiciones estéticas. Para muestra un botón: note la diferencia entre la apariencia de Gallardo y la del Tola Antúnez. Aplaudimos de pie al Muñeco que se la bancó estoicamente, sin recibir las críticas que supieron dispensarle a un Jotaerre en su momento.

Los incentivos
Sabido es que en nuestro fútbol siempre ha habido “atenciones económicas” para con rivales, árbitros y periodistas. El enorme superávit económico dejado por el último ejercicio de su presidente Oveja Alarcón, dejó a los albos la posibilidad de incidir sobre el rendimiento de propios y extraños. El documento infalseable (diría Popper) muestra cómo el Perro Silvera reparte a partes iguales con el ariete negriazul, el botín entregado por el Pichón Núñez, aprovechando una lesión inventada por el arquero Castro (que también se llevó la suya).

El Chino de la gente
Decían que estaba gordo, viejo, lento, pelado, acabado. Que era un ex futbolista, puntualmente. Duras palabras, quizás algo ciertas también. Pero lo realmente cierto es que el otrora impopular Álvaro Alexander se arriesgó y ganó. Se arriesgó a que la única hinchada del universo que lo defendía (la de Danubio) pasara a putearlo en todos los colores. Cosa que terminó ocurriendo. Pero le fue tan bien en Nacional, que hoy en día hay quienes juntan firmas y dinero para llevar su foto al salón principal de la sede tricolor. Dirán que es manya, pero Scarone también lo era de chiquito, y seguro que Artime y Atilio muy hinchas de Nacional que digamos tampoco eran hasta que llegaron a Uruguay. Así que estamos con la propuesta de poner esa foto en el Palacio de Cristal, o hasta de bautizar con su nombre a un de las torres de palcos que se construirán próximamente en el Gran Parque Central.

El cacique del pueblo
¿Qué no se puede lograr con un tipo que es capaz de seguir jugando luego de que le pegan un planchazo en el medio de la frente, o que es capaz de tirarse de cabeza en el medio del área toda vez que lo juzgue necesario, por ejemplo, en ocasión del ya clásico aunque lamentable ritual de poner la copa en el medio del área y venir corriendo desde el centro del área cual energúmeno (ver foto)? Pues cualquiera diría que nada. Medina es el claro ejemplo del goleador bueno, bonito y barato, al extremo de que se comenta que Placente gana lo mismo cada vez que saca un outball o pierde una pelota queriendo salir jugando con una moña insípida, que Medina por cada 15 veces que se tira al piso. Vivimos en un mundo injusto.

La importancia de lo que significa tener un arquero con manos
El documento gráfico no nos deja mentir: Muñoz tiene dos manos. También habrá pesado el hecho de que casi no le patearon durante la segunda parte del torneo (y no por la falta de chances  generadas por hombres con la entrega de Placente, la delicadeza de Rolín, la jerarquía del Vampiro Torres o la plasticidad de Jadson Viera). Pero lo cierto es que el ahora capitán tricolor cumplió una destacada gestión que nos hace volver a evocar las sabias palabras de un Doctor Da Silveira que –no nos cansaremos de mencionarlo– le hizo retomar el camino de la humildad y el agradecimiento justo cuando se aprestaba a abandonarlo para siempre. 

Otros aportes meritorios que no deberíamos dejar pasar
Pablo Bentancur (se llevó al Diente López a Europa sin avisar y encima pagó, cuando todos sabíamos que era flor de paquete), el padre de Horacio Peralta (que le inculcó el gusto por la pesca, gracias al cual Nacional ganó el clásico), el padre de Anderson Silva (que lo hizo medio tronco), los árbitros (que en algunos partidos dieron una manito, no ante Fénix, precisamente), Zalayeta (por haberse hecho echar por miedo a chocar con el despiadado poder defensivo de Placente), Gregorio Pérez (por haber puesto al Colo Gunino para cerrar el partido) y el Pecho Sánchez (que cuando vio que podía ser campeón, no se inmutó, y siguió jugando tan espantosa y avaramente como antes). Y uno especial para la gente de Tenfield, desde cuya creación Nacional ha ganado 7 Uruguayos y medio, contra apenas 3 del elenco mirasol, del que dice ser hincha su plana mayor, incluyendo jefe, subjefe, relator, comentarista, relatores de básquetbol, vestuarista principal, etc.

(Publicado en Guambia, 7/12/11).

9 comentarios:

lo que vendria a ser yo dijo...

La base del campeonato tricolor tambien tuvo su que ver con lo que es su hinchada...... quien fiel a su estilo puteo a sus jugadores, tecnicos y drigentes (chino! chino! incluido), y ahora..... los ama....

Zane dijo...

Jajajaja muy bueno! Y la gran actuación del Cachorro? Único arquero invicto del campeonato!

el abu dijo...

Esta claro que Liverpool perdio porque el tola Antunez no tiene mas ese bigote caracteristico que portaba con tanta gracia como soberbia y malalechismo.

No se que tendra que ver, pero lo queria decir.

Rodrigo Vagoneta dijo...

Como dijo el otro día uno en la Ansterdan cuando surgió un tibio "hormiga, hormiga" al tiempo que el jugador Valdéz salía de la cancha: "Cómo se la dejan fina eh, mamaderas!". Lo digo por Recoba.
Por lo demás, muy bueno!

Andrés Reyes dijo...

Qué linda expresión, no la había escuchado nunca.

Nacho dijo...

Súper lativo.

Maragat dijo...

Sos un cra, Reyes!!

Maragat dijo...

Sos un cra, Reyes!!

Vesubio dijo...

recién hoy me puse a leerla. gran colurna!
no me canso de escuchar el nombre Placente precedido de cualquier tipo de sarcasmo respecto a su actuación, como, el ágil Placente, la entrega de Placente, etcétera