Tuníng or not Tuníng (I)

Cuando comencé a pensar en como desarrollar ésta columna se me ocurrió buscar los orígenes de éste flagelo conocido como tuning, fue así que fui recordando distintos tipos de accesorios que, como aficionado a los autos, vi pulular a lo largo mi vida y logré llegar hasta principios de los 80´s, años en los que finalizaba mi tierna infancia y comenzaba mi paupérrima adolescencia.

Quizás algún concurrente a éste espacio que ostente el dudoso honor de haber nacido en los emblemáticos 60´s pueda realizar algún otro aporte que será agradecido por éste columnista que por razones más que obvias para Ustedes a ésta altura, no tuvo cerebro para más.

Vale la pena recordar entonces (Grande Franklin Morales!!!) aquellos autoadhesivos en forma de líneas paralelas que se pegaban alrededor del auto (que laburo!!), venían en varios colores y se vendían hasta en los Supermercados........ Que eran Súper y no Hiper, a propósito, creo recordar que todavía una familia tipo clase media almorzaba con una coca de litro “Familiar” todos los domingos y era la única que veíamos en toda la semana y la familia tipo era Papa, Mamá y 2 hijos / as ....Perdón fue en desliz (Estoy en el horno!!!!).

En aquella época si uno escuchaba música por la calle seguramente provenía de unos “muchachones” con shorts ajustados (hoy estilo maraca digamos), medias hasta las rodillas, musculosas (hoy estilo maraca digamos), binchas y muñequeras que cargaban “Radio grabadores” de 750 Kgs. en los hombros abrazándolos con uno de sus brazos hacia arriba (comodísssimo Bambi)

Recuerdo que aparecieron, poco después de eso, las bocinas musicales y estilo cachila como variación de emisores de sonido callejero (la Cucaracha la escuche hasta el hartazgo), en los 90´s llegó el furor de las llantas de aleación, los autoadhesivos tomaron forma de llamas, aparecieron las primeras lámparas de colores, los accesorios para las camionetas doble cabina y como quien no quiere la cosa empezaron a aparecer más modificaciones, de un momento a otro comenzamos a ver autos con suspensiones modificadas, motores potenciados, caños de escapes abiertos (ruidosos digamos) y enormes relojes con cuenta vueltas y “luz de corte” tipo competición.




Los avances tecnológicos erradicaron a aquellos muchachones a golpe de walkman, pero también proporcionaron mejores radios y equipos de sonido para los autos que se convirtieron en los nuevos emisores de la música ambulante.

Fue así que, si mal no recuerdo, a principios de éste milenio surgió lo que conocemos como Tuning, que elevó a la máxima potencia aquellas modificaciones en autos, tanto que hoy cualquiera puede creerse protagonista de Overhauling

Si uno busca el significado de Tuning en Internet encontrará que básicamente se trata de modificar un auto hasta hacerlo más que personalizado, único, buscando además mejorar la perfomance del mismo.
Para esto se modifica la carrocería, el interior (hasta limites insospechados), el motor, la suspensión y, por supuesto, el equipo de sonido, que a veces es casi más grande que el auto ya que es de lo que más gustan ostentar los amantes del Tuning, no se asusten si un día ven pasar a un tipo arriba de un parlante con volante por delante suyo mis amigos.

Debemos decir que en un mundo que se acostumbró al Tuning incluso de humanos (tatuajes, piercings, viseras, teñidos de pelo, lentes de contacto de color etc.), quizás en el sonido esté la faceta más discutible para el resto de los mortales, porque en realidad la parte estética puede gustar o no y uno no los podrá acusar de nada más que la muy discutible polución visual, exponiéndose además a ser igualado a un ambientalista de Gualeguaychú .
Pero la música y el ruido de los escapes preparados si son una invasión a nuestra privacidad (recomiendo leer una columna al respecto en el blog Ajo y Agua) que no todos estamos dispuestos a tolerar (admitamos que algunos estamos medio vete ya).

Porque hay que decirlo, tu tienes derecho a pasearte en tu “obra de arte” rodante si quieres, y yo a mirarla si tengo ganas, lo que no me parece tolerante de tu parte es que me obligues a mirarte interfiriendo lo que yo estoy haciendo con tus ruidos estruendosos.
Así que por eso, porque me molestas con tu intolerancia a mi libre expresión la semana que viene voy a analizar algunas cositas que ponen realmente en duda que tu hayas mejorado la perfomance de tu ex auto convirtiéndolo en esa porquería con pretensiones de exposición y/o competición.

Pero eso será la semana que viene, por ahora como dijo JR, es harina de otro costado