sábado, 20 de octubre de 2012

STCG IV - Los Patos Mutantes (Parte I – Los Orígenes)



Los Patos Mutantes (Parte I – Los Orígenes)

   Otra comunidad muy reconocida en el Parque Rodó es la de los Patos Mutantes. Su historia se remonta a la década del 20, del siglo XX, y se las paso a contar si quieren. Si no quieren leer la historia de los patos mutantes, lean la columna de Fagalde que hoy está pa chuparse los dedos. *

   Corría el año 1829, nuestra patria, gracias a los ingleses y especialmente a Lord Ponsomby, estaba empezando a ver la luz.
Paralelamente, en Europa, más precisamente en un laboratorio Alemán, el Dr. Selby empezaba un trabajo sobre anatomía en patos. Resulta que en el laboratorio adyacente se hallaban realizando un experimento bastante arriesgado, en el que sometían a ratas a radiación. Había que tener extremo cuidado con eso, ya que si bien no se sabía mucho sobre radiación, ya se sabía que producía, en general, extrañas reacciones en seres vivos y, a decir verdad, se notaba a la legua que eran bastante perjudiciales para su salud. Era por esta razón que las ratas se encontraban aisladas y bajo custodia. Cabe remarcar que los guardias que las cuidaban eran eunucos. Evidentemente no era deseable que, por alguna extraña razón a uno de ellos se le ocurriera mantener relaciones sexuales con algún espécimen femenino de los roedores y que, vaya uno a saber cómo, como producto de los misterios de la radiación, fuera posible que una de ellas quedase preñada y que, en su interior se gestara alguna suerte de humano-rata-mutante-radiactivo. Todo estaba bajo control.
 


   Pero, si hay un bicho raro, ese es el hombre. Sucede que una noche, el Dr. Selby se encontraba trabajando con sus patos, ya eran las tres de la mañana y se tomó un breve receso, para ir a tomar un poco de agua. Fue a la cocina, pasó por la puerta del laboratorio de radiación y notó que la puerta estaba entreabierta. Como es natural en un científico, y más lo era en esa época, la curiosidad lo invadió y quiso entrar. Por suerte (y enseguida van a ver por qué remarco la fortuna en su accionar) se le ocurrió asomar la oreja por la ranura de la puerta para oír si había gente en su interior. Fue así que pudo oír unos extraños gruñidos de rata, y un sonido percutor propio de un martillo neumático regulado a una velocidad moderada; también pudo distinguir con claridad gemidos. Sí, gemidos humanos, más precisamente del Dr. Cido, jefe del departamento de estudios de radiación. Incluso pudo escuchar cómo murmuraba “oh, ratita, sí, sí, eso…” “qué rico, mmm” por citar algunos ejemplos citables. Ya se habrán dado cuenta de que el Dr. Cido se estaba empomando a una de las ratas. El Dr. Selby, quedó aterrado y, ha llegado el momento de decirlo, bastante dolido ya que hacía meses mantenía una relación secreta con el Dr. Cido. Fue así que no pudo contener un sollozo y este fue oído por el pervertido zoofílico que justo quedaba tendido al lado de la rata, exhausto de placer y le acariciaba el su blanco y suave pelaje. Se paró de un salto, se puso los pantalones y corrió al laboratorio de al lado, donde estaba el Dr. Selby sentado en piso llorando. El Dr. Cido se acercó, lo abrazó y le explicó la situación,. Le dijo que él le gustaba mucho, que la pasaban muy bien juntos, pero que su esposa se había enterado de su aventura, lo había abandonado hacía dos noches y, en medio de la desesperación creyendo que se encontraba solo, le había pedido a lso guardias que se retiraran para así saciar sus bajos instintos con el roedor en cuestión. Finalmente logró convencerlo de que se sumara a la acción y fue así que se metieron los dos en el laboratorio dale que dale con la pobre ratita. Pero un pato se escapó de la habitación de al lado, pasó por el laboratorio donde se estaba perpetuando el escabroso evento y se vio tentado a participar (y sí, los patos son así, qué va ser). Como los doctores se encontraban en un estado de éxtasis tal que aceptarían cualquier cosa, no les molestó la presencia del plumífero y fue convidado a participar de lo que ya era una partuza. Y sucedió lo temido, a la semana siguiente se dieron cuenta de que la rata había sido preñada. Lo que no sabían era quién era el progenitor, si era alguno de los doctores o si incluso podría tratarse del pato.
                No sabían cómo reaccionar, no sabían qué hacer. ¿ Y qué hacía un europeo cuando se encontraba en problemas en su tierra natal? Se tomaba un buque y se iba a América.
               
                Fue así que los doctores alemanes se mudaron lo que hoy conocemos como Uruguay Natural, más precisamente a una casa cercana al Parque Rodó, junto con su ratita preñada. Y sí, como se habrán dado cuenta, el pobre del engendro que se estaba gestando en la rata era hijo del pato y no de ellos.
Una noche la rata desapareció. Fue a parar a una de las islitas del lago del parque y allí dio a luz al primer pato mutante que empezó a reproducirse con los patos y patas autóctonos de la isla. Y así nació la comunidad de la cual acabo de contar la historia de su origen.
Está de más, pero lo voy a hacer igual, por las dudas si algún avispado no se avivó, que el Dr. Selby fundó un laboratorio en nuestro país que, a la larga, sería triste y simplemente reconocido por patentar una crema curativa que llevaría su nombre. Todos tenemos una en casa, todos la conocemos. Lo que no sabíamos hasta hoy, era la curiosa historia que impulsó al Dr. Selby a venir a terminar sus días entre nuestros antepasados. Triste pero cierto.

Fin

(*este cuento fue escrito sin leer la columna de Fagalde, y originalmente iba a salir un lunes)

8 comentarios:

Vesubio dijo...

ctrl+ para no quedar ciego/a.

Internauta Rebelde dijo...

Y estoqui? En protesta hoy no hay Efemérides.

Vesubio dijo...

Dr. Cido.

johnny tramontina dijo...

Gjoffe,si vas a empezar a contar leyendas urbanas yo te apoyo.

Alvaro Fagalde dijo...

Puto el que no lee mis columnas.

Alvaro Fagalde dijo...

Ahora, qué pasa si Sergio Puglia dice que lee mis columnas?

zorro d colonia dijo...

te vi,Faga,en la propaganda de la clínica del dr Cureta

elCofre dijo...

y la gente se pregunta:
¿cuándo recuperaremos el puesto en las "Columnas Cuentes"?

y nosotros también