7- Nicolás Vigneri
La gente de Peñarol lo puteaba, acusándolo de hincha de Nacional. Ni metiendo un gol clásico y besarse la camiseta pudo cambiar insultos por aplausos. Ahora que está en Nacional, la tribuna Atilio García le grita “andate, manya puto”. ¿Es que acaso se puede ser más infeliz? Se dice que tiene tatuado el escudo de Nacional. Sería hora de mostrarlo, porque tampoco queremos que termine con Abdón y de acá a unos años se escuche el “Vigneri agotada tengo”.
6- Adrián Paz
Puntero más veloz que habilidoso, célebre por siempre hacer la misma jugada: desbordar por derecha, amagando hasta llegar más o menos a la altura del borde del área, enganchar hacia el medio, y pegarle de zurda al primer palo. Le salió más o menos 3 veces en su carrera, pues generalmente se le terminaba la cancha antes de enganchar y se escrachaba contra la publicidad estática. El haber sido número puesto en la selección de Cubilla no colaboró con su imagen.
5- Osvaldo Canobbio
En la historia del Club Nacional de Football, pocos hombres fueron tan injustamente tratados como este centrodelantero no muy alto, ni muy rápido, ni muy hábil, pero que ni bien llegó a filas parquenses comenzó a anotar goles a diestra y siniestra. Pero tenía dos contras: se comentaba que era hincha de Peñarol, y generalmente defeccionaba en los clásicos. La parcialidad tricolor ató cabos y comenzó a asumir que el tipo jugaba mal a propósito, y el “Andate Canobbio” se apoderó de la Tribuna Olímpica y parte de la Ámsterdam (la otra parte estaba muy ocupada drogándose). Canobbio llegó al extremo de anotarle 3 goles a Frontera Rivera y no gritarlos porque estaba ofendido. Lo que no hizo más que exacerbar el sentimiento general. Se despidió a fines del 96, al agredir a un fotógrafo junto a Gustavo Badell tras una nueva consagración mirasol.
4- Juan Ramón Carrasco
Fue puteado por diferentes generaciones de hinchas de Nacional. En los 70 lo puteaban por quilombero y porque metía caños y no tocaba de primera. En los 80 porque erró un gol en una final, y porque al rato se fue a Peñarol. En los 90 porque hizo un gol que no debió haber hecho. En el 2000 porque te jugaba con Rocha y siempre te clavaba de tiro libre y porque Venezuela nos metió 3. Y ahora porque hace cambios incomprensibles, y porque el hincha de hoy tiene un padre, un abuelo o un tutor con memoria. Suerte que tiene la espalda bien ancha.
3- Julio César Ribas
Ribas dirigió a Peñarol en cuatro campeonatos. Solo ganó el primero, y nunca pudo congeniar con la hinchada mirasol, que no tenia empacho alguno en corear el clásico “Ribas, hijo de p…” con el ritmo de “cidade maravilhosa”. Ni pegándole una piña de atrás al Chengue en el 2000 pudo hacerse querer. En el 2009 volvió, tiró que no quería pijamas con elefantitos, que sus jugadores eran guerreros de no sé dónde, y le cambió el apodo al Pipi Bajter. Al ratito nomás lo cambiaron a él por el Gordo Púa.
2- Enzo Francescoli
Durante años, el Príncipe fue algo así como el adalid de los periodistas e hinchas que luchaban contra el statu quo. ¿Por qué? Porque el Toto lo puteaba. Pero el idilio se terminó ni bien apareció Tenfield. Y si bien nadie tiene muy claro si Francescoli trabaja para Tenfield, para Goal TV, o es productor de K-Pos, todos sabemos que es amigo del Paco Casal, ese hombre siniestro que tanto mal le ha hecho a nuestro fútbol. Por suerte no se animó a ser director técnico, aunque todavía está a tiempo. Sería lindo putearte ahora que estás gordo, Enzo. Apuesto a que los hinchas carboneros no están felices de que hayas confesado tu amor mirasol, así como algunos hinchas de Nacional preferirían que el Cuqui, Magurno y Della Valle fuesen hinchas de Progreso.
1- Daniel Fonseca
No podía ser otro. Ni el haber hecho el gol mundialista más importante de la selección en cuarenta años le sirvió para gozar del más mínimo cariño. Extraño caso de futbolista que cada vez jugaba menos y cada vez lo hacía en mejores equipos. Tuvo la desgracia no compartida con sus otros compañeros “repatriados sediciosos”, de haber regresado al fútbol local ya entrado el siglo XXI (el Pato, Sosita, Bengoechea, el Pepe Herrera, y hasta el Tano Gutiérrez volvieron mucho antes, y la gente los perdonó… y Francescoli fue lo suficientemente vivo como para no volver nunca). Claro que cuando volvió, tenía todo arreglado con Nacional, pero se fue a River argentino por 140 australes. Corría el año 2002, el corralito causaba estragos, y tras jugar dos clásicos de verano, se enteró que le querían pagar con patacones y vales de Frávega. Volvió a Nacional, pero la gente –que ya le había agarrado odio durante su época con la selección, y más todavía cuando Paco Casal lo incluyó en la de Púa días antes del Mundial del 2002, al que al final no fue debido a una ampolla inexistente– no le perdonó el desprecio, y comenzó a putearlo desde el debut. Es que al ver que estaba gordo, lento, y que jugaba menos que mi tía Pocha, daban ganas de insultarlo. Todo terminó en un partido ante River, cuando al audaz Tigre se le ocurrió meter un gol, y hacer el clásico gesto del Topo Giggio en dirección a la barra tricolor (como diciendo “a ver qué gritan ahora, manga de pichis, mirá que cuando termina el partido yo me voy a mi castillo en mi Ferrari y vos estás una hora esperando que arranque el 468”). La barra comenzó a entonar la misma cancioncita que años antes había recibido Ribas, y el tipo se fue para nunca más volver.
(Publicado en Guambia, 09-04-11. ¿Por qué no está Recoba? Porque juzgamos que en Danubio y Nacional no era puteado, más bien en la selección. Pero todo es discutible en esta puta vida.)
15 comentarios:
muy bueno,reyes,como usted acostumbra.
Hay algo más lindo que reputear a un fonseca dientudo(el de los '90)? si,putear a un fonseca dientudo,gordo,drogón,envidioso y muerdecabrestos
Pregunta en Capurro por Keosseian...
Qué lindo, cuantos momentos memorables.
Recuerdo también que a Luis Suarez se lo puteaba mucho, pues por cada gol que hacía erraba 7.
Yo creo que gracias a esos insultos hoy es lo que es, un gran goleador y una mejor persona.
Ahora en Nacional el más puteado es el brazuca Marques.
¿Y en Peñarol?
Ahora en Nacional Pereyra es numero fijo. No solo por su recontra comentado pase al Parma si no porque esta jugando como el culo realmente.
Fernando, Lo de Suarez me parece que se exagero, se lo puteo no mas de 4 partidos.
Como hincha de River puedo decir dos cosas:
1) Que Osvaldo Canobbio es Dios.
2) Que el jugador màs puteado por la gente de mi club es, fue y serà Nathaniel Revetria.
Buenas tardes.
¿Y Diego Franco no aparece en el top?
Diego o José María?
el tornado alonso lidera mi top ten
Francescoli es inputeable para mi, los que lo putearon no saben nada de nada, son iguales al Toto.
Cambiaría Francescoli por Poyet, la desidia hecha jugador de selección.
Diego, de la selección oficial de TPLMP.
Diego es un grande del fútbol.
Los jugadores que transitaron los planteles de los dos pilares de nuestro fútbol son quienes suelen hacer las delicias a la hora del puteo.
De la vereda mirasol, creo, quien lidera la tabla de los más puteados por esta causa es Sergio Martínez. Los 2 goles clásicos consecutivos y de penal, con festejo alocado y doble patada voladora al cartel de la estática, colaboraron bastante.
No nos pasó con Alfonso, ni con Danilo, ni con el chicharra... pero el Manteca es un reverendo hijo de puta que por 6 meses de sueldo se cagó en su pasado carbonero.
Hoy creo que Albín es irremplazable en esto de preservar el matrimonio del hincha dándole un motivo para descargar toda su ira semanal concentrada, durante 90 minutos de fin de semana.
No se si los insultos hacia Márquez superan los recibidos hace poco más de 6 meses al "Torero" Balsas... que tipo ESPANTOSO, por favor.
Cuidado que Valdés se está buscando destronar a Albin.
En el orden de entrenadores creo que Ferrín es de los más puteados, su estadia en selección de Perú hizo internacional su insulto.
Y digamos que el Cono Aguiar tuvo su semana de gloria.
y Recoba???? en la seleccion llevo puteadas de todos colores, formas y tamaños....
Publicar un comentario