Comete ésta

Hoy el chisme viene del lado carnavalero. Dicen que mañana empieza la Liguilla y, aunque aún no se sabe quienes clasificados, sí hay algo claro: la primera etapa la cierra Zíngaros y la segunda Los Muchachos, según cuentan las personas mejor informadas acerca de la fiesta de Momo. La cosa estaba planificada para ser al revés, pero el popular Pinocho Sosa dijo que prefería jueves porque el viernes tiene muchos tablados. A Los Muchachos les pasaba lo mismo. Todo se definió por sorteo y ganó Pinocho: ¿un anticipo de lo que se vendrá? Vamos a la cocina...

Todavía hace calor, todavía se pueden comer cosas livianitas como pescado. Y si la otra vez lo hicimos en postas y con birra, ahora hagámoslo entero y relleno. Para colaborar con la industria del chiste fácil, utilizaremos para esta receta un ejemplar de la popular Palometa.

Al adquirirla, solicitaremos al despachante que la limpie como para hacer a la parrilla, cosa que quede unida por el lomo. Ya en el hogar, surge un abanico interesante de opciones para rellenarla.

- Una sencilla para los amantes de lo sofisticado, para esas personas cuyo paladar sabe disfrutar los matices de lo agridulce (no es mi caso): naranja.

- Otra fácil de resolver, pero también para paladares que gozan con lo complejo, pasa por el roquefort.

- Para los redundantes, existe la opción de elaborar una mínima salsita de mariscos, que quede lo más seca posible. Esta opción y la anterior son mis favoritas.

- Una última, casi barata, para los berretas como vos: armar un buen adobo.

En el caso de la naranja, se la corta en rodajas que luego se ponen dentro del pescado. En realidad, con todas las variantes se hace lo mismo: se pone dentro de la Palometa. El resultado será algo así como una empanada que en lugar de la masa tiene al susodicho bicho del mar.

Acto seguido se embadurnan hojas de diario con manteca (si no te gusta el papel de diario usá de astrasa, pero te vas a volver economista para conseguirlo). Luego se envuelve la Palometa en dicho papel y ya está pronta para llevar a la parrilla (sí sos un mentecato que vive en un apartamento tranqui: también podés hacerla al horno).

Lo único complejo del asunto es, en la parrilla, cocinarla sin prender fuego todo. Eso se resuelve utilizando poca brasa y disponiéndola en círculo alrededor de la Palometa, de manera que se haga despacito. Una vez que está pronta –eso se sabe a ojo, lamento, depende de muchas cosas como las brasas que uses, o la temperatura que le encajes al horno-, la sacás del papel, la ponés arriba de una tablita, la abrís al medio y le das de punta con el tenedor.

Se puede comer sin guarnición o con algo liviano como una ensaladita capresse. Regar con vino blanco. El brut blanc de blancs de Don Pascual está muy bueno. Buen provecho.