¡Qué serie, "Dallas"!

Algunos se creen vivos por mencionar a Juan Ramón Carrasco Torres -el técnico del momento, por decirlo así- como J.R. No es mi caso, no me dejo llevar por las pavadas de Rodrigo Romano -buena persona, me acota alguien que lo conoce, cuando no tiene un micrófono en la mano o por ahí- y tampoco soy de los que juzgan a un director técnico de fútbol EXCLUSIVAMENTE por los dos o tres últimos resultados que cosechó, pudiendo así pasar de la categoría "TA PA DIRIGIR AL REAL MADRID" a "NO SABÉS UN SORONGO DE FUBOL, NO SABÉS" en un periquete. ¿No era Carrasco la solución para el Nacional que iba, incluso, a pelear la Libertadores?.

Vamos por partes: el primer y principal defecto de Carrasco es -a no dudarlo- su enorme soberbia y/o egolatría. El creerse la última Coca Cola del desierto. Es imposible ver o leer un reportaje en el que no se esté haciendo propaganda como un tipo que dice lo que otros no dicen (qué lindo es cuando alguien hace eso pero no se promociona por ello) y como el único que sabe cómo hacer jugar bien a un equipo. Su paranoia no llega a los extremos alucinantes de Maradona (a quien ya nos referiremos en cualquier martes de estos) pero también se siente a gusto inventándose como el héroe que está en conflicto con todo el mundo.

Lo cual se ve en su labor como técnico al creerse mucho pero muchísimo más importante que los jugadores que tiene. Es de la escuela de los que le marcan a todos los jugadores en todo momento lo que tienen que hacer, coincidiendo en ésto con el indefendible Julio Ribas, aunque estén en posiciones diametralmente opuestas en cuanto a lo estratégico (el ex entrenador manya, como todos saben, no es precisamente un cultor del juego atildado y vistoso). Recientemente un jugador muy importante del plantel tricolor me confiaba que la relación con el DT es pésima y casi inexistente y uno cree que el principal culpable es el propio Carrasco. Parece claro que los egos del plantel de un cuadro grande son muchísimo mayores que los de uno chico y eso el hombre de Sarandí del Yi tampoco lo tuvo en cuenta.

Prisionero de su propia leyenda, Juan Ramón se olvidó, aparentemente, que un equipo no juega mejor cuando ataca más o con mayor cantidad de delanteros sino cuando ataca MEJOR y al mismo tiempo, defiende y recupera mejor. No entiendo la falsa oposición atacar o defender (esto también va para vos, Ribas). Claro, es más fácil escribirlo que llevarlo a la práctica.

زواجه الثاني (*)

El Al-Gharrafa ha entrado en un bache del que sólo saldrá con trabajo y unión. Marchamos el domingo 3 a 0 con el ignoto Al-Kohr (que no es el ex vicepresidente yanqui) y veníamos de comernos 4 con el Qatar S.C. que no tienen ni para un nombre como la gente. Respaldaremos al técnico incondicionalmente hasta que lo echemos.

(*) significa: ¡Andate Fagalde, si tenés dignidá!

DE SUIZA A SUECIA, LA CELESTE BARRANCA ABAJO...
En 1954 Uruguay pierde en semifinales por primera vez un partido en un Mundial. Fue seguramente la tercera y última vez que la celeste fue una de las mejores selecciones de un Campeonato del Mundo. Juega contra la recordada Hungría de Puskas después de tres (3) partidos, todos ganados ante equipos europeos y marcha en el alargue después de que una pelota detenida por el barro no llega a entrar en el arco para darnos el 3 a 2 definitivo. Luego perderíamos contra Austria por el tercer puesto, inaugurando una tradición aún vigente.

Cuando se pone pesado el tío Pocholo (o sea, siempre que abre las fauces) le recuerdo esta cifra mágica: 1958. Por primera vez Uruguay va a una eliminatoria -que nunca había abarcado a todos los países de nuestro continente- y... queda eliminado (**). En una serie triangular con Colombia y Paraguay, empata con los cafeteros de visitantes (que en aquellos años no existían mismo) y pierde 5-0 contra los guaraníes en Asunción. Upsss.

¿Qué pachó?. ¿No eramos una potencia mundial que había perdido un sólo partido y en el barro?. ¿No eramos los uruguayos campeones de América y del Mundo?. Nos peloteó un cuadro desconocido y "sin tradición". Gorzy: ésto también es historia. Tantos años de despelotes y estupideces directrices por primera vez nos empezaban a pasar cuentas. En el Mundial de Suiza habían echado a Miguez por discutir con un dirigente y se había lesionado Obdulio pero ahora no había a quien echarle las culpas. O sí. A la "mentalidad Maracaná" que siguió -y sigue- igual de lo más campante por décadas en el paisito.

Así está el mundo, amistá.

(**) Según Wikipedia, se le ofreció a los dos únicos países que habían ganado un Campeonato del Mundo, jugar un repechaje contra Israel con el que ningún país asiático (árabe) había querido jugar. Ni Italia ni la AUF aceptó y siguieron eliminados.

La foto que está al comienzo de la nota -digamos que vestida de rosado- es la de Sheila, una amiga que conocí en el Tropi. Quiere ir al próximo asado del blog, pero les dije que capaz que se aburría porque como ella no sabe nada de Internet, nadie le iba a dar bolilla. La foto del cola less, en cambio, no tiene razón de estar, pero bueh...