Que la boca es mía, es tuya y de aquel...

LA CHICA TELETÓN Y GUGLIELMO, IL DENTONE


En la película italiana "Los complejos del hombre" (1962) el gran Alberto Sordi protagonizaba el tercero y último de los episodios llamado "Guglielmo il dentone", la más feroz sátira a la mentalidad prejuiciosa y a la estupidez de la televisión que yo conozca. Sordi es el dientudo que se puede ver en la foto y se presenta en un concurso para ser el nuevo informativista central del canal. Los ejecutivos se horrorizan ante lo feo que es pero peor la pasan cuando ven que "il dentone" supera fácilmente en todas las pruebas a los otros participantes, mucho más agradables de ver que él. Tratan de encontrar la pregunta que el feo no sepa contestar pero siempre fracasan. Hasta que, desesperados, a uno se le ocurre preguntarle por la ubicación del pueblucho que nadie conoce de una tía para que el dientudo pierda. Cuando éste contesta en qué provincia se encuentra, los directivos televisivos explotan ruidosamente de felicidad porque ellos tienen otra respuesta. Sin embargo, Guglielmo les pide que rectifiquen la información. Acuden a todos los institutos geográficos que no se pueden poner de acuerdo y termina yendo el ejército italiano para verificar. Llegan al pueblo al que nadie parece saber localizar y descubren que el único que tenía razón... era el dientudo. Al final, éste termina con sus espantosos dientes dirigiendo el programa.

Cada vez que veo en televisión a alguien muy agradable de ver pero que no puede disimular que no tiene la menor idea de cómo hacer su trabajo, me acuerdo de Guglielmo. Por ejemplo, las veces que he visto "Esta boca es mía" (canal 12, de lunes a viernes a las 15) conducido por la misteriosa Victoria Rodríguez (el misterio sería: ¿es o se hace?) .

El programa tiene un panel permanente de todólogos que se alternan (o se enfrentan a un invitado supuestamente estudioso del tema del día). Ya no está Beatriz "Figuretti" Argimon, supongo que por sus necesidades electorales pero siguen gente como Julio Toyos (un veterano en lo que a paneles escandalosos se refiere), Karina Tucuna (mucho gusto, lindo brushing), Silvia Novarese (y vos te reías de Julia Moller) y "Rufo" Martínez (desde que te agarró Fasano ya no sos el mismo). También se compone por una tribuna que ni siquiera suele ser enfocada con planos dedicados a ella y sólo sirve para reirse si hay que reirse.

La propuesta me parece bastante esquizofrénica: el nivel del debate no supera al de una charla promedio en cualquier cumpleaños animado pero la ex presentadora de "Verano del ..." habla al comienzo del programa como si las mayores eminencias del mundo fueran a resolver el asunto para siempre jamás. Victoria se siente evidentemente menos incómoda cuando el tema no es demasiado serio sino más bien tirando a lo boludo. Gesticula muchísimo con los brazos, deja muchas frases por la mitad y puede interrumpir la mejor de las exposiciones en el momento menos apropiado.

De los mediáticos panelistas -"gente linda" suele llamarlos la conductora- sólo el indescriptible Toyos suele aportar -si no se le despierta el indio- algún concepto interesante u original. El resto suelen fatigar todo tipo de lugares comunes y frases hechas políticamente correctas. Si alguien esperaba a esta altura un tratamiento exhaustivo y profundo del tema, comprenderá tarde o temprano que va muerto. Como trataré en mi entrada del jueves que viene, lo que importa en televisión es entretener. Y vender. La "polémica" incluye publicidad dentro del programa, flagelo de la época.

Otra maldita moda de los últimos tiempos que se incorpora al programa es el de las encuestas telefónicas. La gente puede llamar a una línea y "votar" por una opción o a un segundo número y elegir la otra. Afortunadamente, la comentan un par de veces y después se dejan de lado. ¿Para qué sirve saber que el 39 % votó por una cosa y el otro 61 % por otra?.

Aprovechando el feriado del 19 me quedé a ver todo el programa de ese día (este blog me está quitando años de vida). Sobre el final apareció una grafóloga que se dedicó a hacer algo así como un test de personalidad a los invitados del día y explicó cuál es la letra que tienen los ladrones...

Apagué el televisor y me puse a mirar las manchas de humedad en el techo y a imaginar figuras.

BONUS TRACK:
En 1989 Decalegrón hizo un sketch -de esos que se repiten semana a semana hasta que no den para más- sobre un candidato bastante chanta llamado Pinchinatti. No era una sátira brillante ni tampoco había en ese momento un desencanto masivo con los políticos, pero por alguna razón tuvo un éxito sorprendente y el personaje del recordado Ricardo Espalter comenzó a convocar más gente que muchos dirigentes de verdad. Si bien la decisión de terminar con el "líder" fue de la dirección de canal 10, siempre quedó asociada más bien a la criticada intervención del actor en una publicidad invitando al voto por el Nuevo Espacio con Hugo Batalla. 20 años después aprovecho la ocasión para manifestar mi discrepancia con esa visión. Si Espalter quería hacer propaganda por el partido de sus amores, tenía todo el derecho del mundo. Máxime que no invocaba al personaje creado por él y además que era a esa altura un actor célebre desde hacía décadas como para que la gente no pudiera disociar al actor ciudadano del personaje Pinchinatti que hacía actos en el Palacio Peñarol. Tenía que decirlo.