domingo, 21 de junio de 2009

No pudo ser

Tras la emocionante clasificación de Nacional a las semifinales de la Copa Libertadores –algo sin precedentes empíricos para los orientales con menos de 25 años– redoblamos la apuesta y presentamos, en forma exclusiva, la crónica de la final de la presente edición del máximo torneo continental, que tendrá al equipo de Pelusso como gran animador.

El estadio de Morumbí fue una fiesta. Es que la torcida del Sao Paulo, acicateada por el empate 0 a 0 conseguido en el encuentro de ida –jugado a puertas cerradas en el Parque Central, merced a los incidentes registrados en la llave semifinal entre Nacional y Estudiantes* – consiguió agotar rápidamente la capacidad del gigante escenario, en el que apenas un puñado de 200 hinchas orientales rompía la monotonía rojiblanquinegra.

Sin embargo, los cerca de 100.000 espectadores paulistas se encontraron con un partido diametralmente opuesto al esperado. Sobre la base de un rendimiento de su mediocampo rayano en la excelencia, el elenco nacionalófilo se adueñó del balón y de las chances de gol. Primero se lo perdió el Morro García, entrando solo al área y definiendo apenas desviado por sobre la figura del veterano arquero Rogério Ceni. Más tarde fue Pablo Caballero, convocado a último momento ante la deserción del Hueso Romero (quien decidió abandonar el fútbol dos días antes de la final para internarse en un monasterio tibetano). Posteriormente el Cacique Medina quiso efectuar una chilena y casi se fractura la cadera.

Mas al término del primer tiempo llegó la apertura del score, con Nacional cumpliendo a rajatabla con el libreto que mejor le sienta: ligar. Pues un largo rechazo de Arismendi dio de lleno en una paloma para terminar convirtiéndose en certero pase para una expeditiva incursión de Federico Domínguez, quien con un zurdazo inapelable comenzó a darle a Nacional su cuarta Copa Libertadores.

Sorpresa y estupor tanto dentro como fuera de Morumbí, pues sobre la base de la experiencia registrada en Venezuela, los periodistas de Tenfield que osaron gritar el gol albo fueron sorprendidos por una ráfaga de pequeños trozos de hielo lanzados desde todos los sectores del palco de prensa. “Eu te conhese, voçe e journalista, nao lance hielo, pelotudao” gritaba un desencajado Romano. Las imágenes, debidamente registradas por la Cámara Celeste, desataron la suspicacia de quienes piensan que ambos incidentes fueron predigitados por la empresa de la gran T, que tras diez años de gestión busca que el pueblo oriental llegue a sentir por lo menos lástima por sus más eximios periodistas, quienes –después de todo– son seres humanos.

En el complemento, Sao Paulo fue una tromba que convirtió en figura al arquero tricolor. Por arriba, por abajo, de distancia, con pelotazos largos, tocando o jugándose la personal. El Sao Paulo recorrió todos los caminos ofensivos posibles, que derivaron siempre en las cada vez más seguras manos de Muñoz.

Por ello no extrañó que cuando el ex arquero de Cerro comenzó a hacer señas hacia la sanidad tricolor, como quien dice “no puedo más”, un veloz escalofrío recorrió la médula de los hinchas tricolores. Casi tan veloz como la forma en la que Sao Paulo dio vuelta el marcador en los minutos 87 y 93. Primero con un cabezazo a la salida de un córner que escapó al contralor del ingresado Burián, y segundo con un débil aunque afortunado tiro libre de Rogério, que el popular Cachorro quiso parar de pecho emulando a su ex colega Sebastián Viera, con resultados similares.
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Mientras los once tricolores lloraban la derrota en el verde césped del Morumbí, en Montevideo la tristeza era total. Pues con la derrota tricolor se esfumaba la última chance aurinegra de jugar la Liguilla, derivando en un silencio capitalino que no se sentía desde que las encuestas a boca de urna fallaron allá por noviembre del 94.

* Si usted es hincha de Defensor, y su equipo consiguió una más que hazañosa clasificación el pasado jueves en el impresentable campo del Estadio Único de la Plata, reciba nuestras felicitaciones y nuestras disculpas del caso. Sepa comprender: los tiempos de imprenta son tiranos, y muchas veces nos llevan a optar en detrimento de nuestras predilecciones personales.
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(Publicado en Guambia, 20/06/09.)

7 comentarios:

Internauta Rebelde dijo...

Le erraste a la final. Igual, tremenda columna.

ale dijo...

solo aplausos Reyes

El Nacho dijo...

Muy Bueno Reyes.

Sinca Bellos dijo...

Pobre cachorro y pensar que pintaba pa idolo de la falange blanca.

Anónimo dijo...

Muy buena Reyes, ...
vos siempre tuviste algo con el cachorro... no se si era el pelo o que, pero algo no te cae de ese golerún.. jeje.

Bestiario dijo...

Acertaste Estudiantes, erraste Sao Paulo... un digno 1 a 1. Bien vos Reyes.
Gran decisión del Huesito que después de dejar a tanto rengo por el mundo decide ir a meditar y expiar culpas en tierras tibetanas, pero le veo más futuro luchando contra los chinos por la independencia del Tibet, no le durará mucho la paz.

Andrés Reyes dijo...

Hice lo que pude. Y confieso haber escrito la columna a las 5 de la mañana en estado de sueño inducido. Debí haberme jugado por Gremio en lugar de Sao Paulo... pero creo que no me acordaba cómo se llamaba el estadio del tricolor de Porto Alegre. Una pena.