domingo, 11 de abril de 2010

Aquel penal de Ruben

Imposible olvidar la melodía de “Notti Magiche”, la cara de cocainómano pobre del querido Totó Schilacchi, el tiro de Scifó desde 75 metros, Maradona gordo, o la impresentable mascota “Ciao”, algo así como un niño con cabeza de pelota y cuerpo de bandera (¿a alguien se le puede ocurrir una mascota más triste?) Italia 90 fue, durante 12 años, el único referente mundialista de toda una generación. En su momento la prensa tituló “fracaso”, pero es fácil intuir que con el paso del tiempo, así como hoy festejamos el gol de Ghiggia a Brasil, terminaremos festejando el de Fonseca a Corea.

La clasificación, como siempre, fue complicada: terminamos metiéndonos por saldo de goles ante Bolivia, que tenía a Platiní Sánchez, Marco Etcheverry, y todos los demás en pleno apogeo, y Perú, que ya no tenía a Cubillas, Chumpitaz y Uribe, y empezaba un lento pero inexorable declive. Pero ese Uruguay, dirigido como hoy por Tabárez (aunque por un Tabárez un tanto menos amargado), tenía al futbolista más determinante que se haya visto jamás sobre una cancha de fútbol con una camiseta celeste en el pecho: Ruben Sosa. Él solito llevó a Uruguay a la final de la Copa América de 1989, y ese mismo año, él solito nos clasificó. Nunca un tipo, ni antes ni después, nos dio esa sensación de que la agarraba, picaba, y era gol. Algo similar a lo que deben sentir los hinchas del Barcelona ahora cuando juega Messi, y algo que querrían sentir también los hinchas de la selección argentina, a quienes les deseamos no cruzarse con nosotros en octavos de final, pues no respondemos por la violencia de nuestros ágiles.

Pero lo bueno, si breve, dos veces bueno: llegó el Mundial y Sosa fue un desastre. En la previa nos engrupieron con que se había internado en la misma clínica que Maradona antes del Mundial de México. Ahí pensamos: ¿el Principito se da la papa? “¡Ojalá!” diría el Morro García, como cuando le dijeron que había bajado el rendimiento porque estaba saliendo con una modelo. Pero no, era algo así como una clínica de alto rendimiento donde se acicalaba a los futbolistas llamados a ser grandes estrellas del Mundial, calculo que para que salieran lindos en el video tipo “Héroes”.

Llegó el debut, ante España. La historia es conocida: promediando el segundo tiempo, penal para Uruguay, lo patea Ruben, y la manda a la mierda. No es que lo erró, que la agarró de abajo y se le fue, como Varelita ante el Cuenca. No… le entró con todo y la mandó a la mismísima mierda. “Fue el tiro más rápido del mundial, al menos me queda ese consuelo” manifestó Ruben, pues en esa edición de la Copa se introdujo una suerte de “Tele-beam” que medía distancias y velocidades, comprada años después en segunda mano por Canal 4, aunque bajo el nombre de “Tele-Rep”, en homenaje al holandés que le metió dos a Mazurka en el 74.

Tras el empate inicial, nos fuimos a jugar con Bélgica. Fue un domingo de noche, lo recuerdo como si hubiera sido ayer. Enseguida que nos clavaron el primero, el belga Vicenzo Scifó tomó la pelota unos metritos pasando el círculo central, y pateó. No muy fuerte, esquinado sí, pero no tan potente. Nuestro arquero seguía siendo Harry Álvez, que se tiró pero no llegó. Luego dijo que vio que no llegaba porque estaba lesionado, y que se tiró para que no lo puteen. Igual lo puteamos, no te vayas a creer. Y más cuando nos decís tan suelto de cuerpo que jugaste lesionado. Arrancó el segundo tiempo, y zas. Un grandote llamado Ceulemans agarró la pelota, entró a correr, y uno veía como la Guacha Domínguez en lugar de irlo a marcar, se corría para el otro lado, como dejándole el camino libre. El tipo llegó al borde del área, pifió, pero Harry se tiró para donde no era y listo. Tres a cero. Había un olor a Dinamarca que ni te cuento. Después descontamos con un gol de Pablo Bengoechea, que todavía no era hincha de Peñarol.

Pero nos restaba jugar con Corea. Ligamos porque Brasil le ganó a Escocia, y eso nos permitía clasificar en caso de ganar. Pero jugamos no mal, no… jugamos como algo que rima con retrete, y empieza con ‘o’ (como el ojete, puntualmente). Pero en el final, Domínguez tiró un centro, Fonseca picó adelantado y cabeceó, y Uruguay nomá. Emocionaba el festejo en el banco de suplentes, con un Paco Casal en su mejor momento, y un Hugo De León meta gritar “colorado vota colorado”.

No sé ni para qué le ganamos a los pobres coreanitos, porque nos tocó jugar con Italia. La veníamos llevando bien, en una casi pasamos la mitad de la cancha y todo. Pero ahí faltando poco, Schilacci (que se gastó toda la suerte que la vida le tenía deparada en esos siete partidos) sacó un guascazo bárbaro que agarró adelantado a Harry, y olvidate. Al final nos encajaron otro, un tal Serena, al que después el metrosexual de Goycochea le atajó un penal y los dejó afuera, bien calentitos, una de las pocas veces que casi llegamos a hinchar por una Argentina con la que nos sentíamos identificados. Porque llegó a la final jugando feo y pegando patadas. Con la nuestra.

(Publicado en Guambia, 10/04/10).

10 comentarios:

verdeidorado dijo...

Director: ¿se consigue el video del penal de Sosita?; ¿al que estaba en el arco charrúa le dicen Harry por el Harry Callahan? Gran director de deportes de la intendencia ese elemento...

verdeidorado dijo...

Acá el 1-3 con Bélgica
http://www.youtube.com/watch?v=gtXbdg6pYDY&feature=related

Anónimo dijo...

Qué sentido relato.
Expresiones como "a la mismísima mierda" pintaron fantásticamente la historia. Fue como si la hubiera vivido.

Sinca Bellos dijo...

Es todo muy cierto, como siempre, ahora, no se si la imparcialidad de un Sinca aún joven e interesesado en el balompié me dejó la sensación de que los cagamos a pelotazos a los gallegos y tuvieron el culo del siglo, o fue real.

Cada vez que pienso en ese partido lo recuerdo como lo único realmente bueno que vi de Uruguay adentro de una cancha mundialista, quizás los ultimos 20 contra Argentina 86, pero la cobardía previa te calienta.

No se, tenia que hacer catarsis, capaz que el tiempo me hizo olvidar.

Evaristo dijo...

un grande Sosita sin duda alguna

perezvila™ dijo...

Me acuerdo de la expectativa que tenia - siendo sho tan joven - por este mundial... y el disgusto grande que me agarre...
Reies. Impecable redacción, como siempre.

Juan Domingo dijo...

Aun recuerdo al plantel completo de Deporte Total luego de los notables aprontes contra Inglaterra y Alemania manejando la ansiedad de la parcialidad celeste y advirtiendo: "cuidado! Todavía no somos campeones del mundo..." y yo con 9 años para 10 compraba como un Gil...

Federico dijo...

y fonseca estaba en orsai

yo lo grité y todo, pero estaba en orsai

Javier Ulhmann dijo...

Brillante la crónica, deberia estar posteada en la página de la A.U.F. o en el museo del futbol en el Estadio Centenario. Tenía 6 años pero recuerdo claro los partidos de Uruguay... menos contra Belgica... debe ser algún tipo reacción contra la adversidad de mi inconsiente que con el tiempo y el uso excesivo causado por los consecutivos bailes que la seleccion se ha comido se me fue llendo (porque por ejemplo de Romario haciendonos el gol en el Maracana ante el desesperado esfuerzo de Robert me acuerdo clarito). Lo mejor de la victoria contra Corea sin duda fue el picado que se armó en el barrio despues del partido, todos emocionados y con la determinación de llevar en el futuro a la seleccion a lo mas alto del podio Mundial... por supuesto ningun de nosotros llegó.

Santiago dijo...

http://www.youtube.com/watch?NR=1&feature=endscreen&v=0t4knKztCyY
uruguay españa