domingo, 25 de abril de 2010

Anécdotas mundialistas

Se viene la Copa del Mundo, señores y también señoras. Mientras usted envía sus últimos mensajes de texto con la ingenua esperanza de ganarse el tan ansiado pasaje a Sudáfrica, compartimos este breve salpicón.

Los estadios


Cualquier hincha uruguayo bien nacido lo sabe: la mayor concurrencia en un partido por Copa del Mundo se dio el 16 de julio de 1950 en Maracaná. Algunos dicen que ese día había 220.000 personas, aunque deben ser los mismos que calculan la gente que va a los actos de Javier De Haedo. Ponele que había 200.000. En el otro extremo, el desaparecido estadio de Peñarol fue el más pequeño de la Copa del Mundo (con capacidad para unos 10.000 espectadores, casi todos parados y bien agolpados). Afortunadamente para la gente de Nacional (que si no, no podría cantar aquello de “cancha no tenés, copa no jugás…”) Peñarol perdió esos terrenos, sobre los que se construyó el Colegio Alemán, el Disco de Soca y Charrúa, y una estación de Petrobrás. Cuenta la leyenda que si uno se acerca al surtidor de gasoil, y afina el oído, puede escuchar el repiquetear de los tapones de los botines de José Piendibene.

La pelota

Veníamos bien hasta el 98. Superadas las primeras que eran duras como pan dulce vencido, y una naranjita bastante impresentable que se vio en Chile 62 e Inglaterra 66, en el 70 llegó la pelota a lo macho, blanca con pentágonos negros. En el 78 llegó la mejor de todas, la Tango, que salvo algunos firuletes y cambios de nombre (Azteca, Etrusco, Questra, Tricolore) se mantuvo hasta el segundo Mundial de Francia. Pero en el 2002 los japoneses demostraron que no saben nada de fóbal, y presentaron la Fevernova, que era una verdadera caca, medio doradita, con unos garabatos salidos de la Mortal Kombat. En el 2006 la situación no mejoró con la Teamgeist, ni mejorará en Sudáfrica con la Jabulani, nombre poco serio para un balón que será disputado por un Carles Puyol o un Ruso Pérez.

El gol más rápido

Creemos que lo hizo el Turco Hakan Sukur en el 2002 en el partido ante Corea del Sur por el tercer puesto. Pero a nosotros el que más nos impactó fue el tercero de Bélgica, ni bien arrancó el segundo tiempo en Italia 90. Volvieron de la tanda y zas, vimos a uno de rojo festejando, pensamos que era una repetición pero no nos sonaba. Hasta que vimos el replay verdadero, en el que la Guacha Domínguez le dice a Ceulemans “pase por acá, buen hombre” para que luego Harry se tire para el lado opuesto.

La expulsión más rápida

Fue la del Charly Batista, a los 56 segundos de juego del partido ante Escocia en México 86. El Charly se dijo “difícil que te echen si das una de entrada” y zas, hizo volar por el aire al escocés Strachan. En su momento protestamos, pero hoy la vemos y pensamos: “roja y tres años de cárcel”. Al menos quedamos en la historia por algo, ¡Uruguay nomá!

La camiseta más fea

Fue la de Uruguay en el Mundial de 2002. Pretendió ser un homenaje a la utilizada por Nasazzi y Scarone en 1930, con un cordoncito en el cuello y tela de arpillera. Un asco. En un entrenamiento Púa se puso una, corrió quince metros, y bajó 4 quilos. Encima decía L’Sporto por todos lados (¿alguien alguna vez volvió a tener novedades de esa marca?), lo que obligó a Uruguay a jugar con pedacitos de leuco tapando los logos en mangas y medias, empeorando aún más la imagen global del espectáculo.

El jugador más puteado

Posiblemente haya sido Ruben Sosa, ni bien erró el penal ante España en el 90. Más ganas de insultarlo soezmente nos dio cuando lo oímos decir que le quedaba el consuelo de que su disparo fue el más rápido del Mundial. En el 2002 puteamos al Chengue porque erró el gol en la hora, en el 90 a Tabárez porque contra Italia no cruzamos la mitad de la cancha, y a Álvez porque desde ahí le metió un gol el belga Scifó. En el 86 puteamos a Borrás porque no ponía a Darío Pereyra y a Ruben Paz, en el 74 puteamos a Morena porque no la tocó, en el 70 a Matosas porque no pudo parar a Jairzinho, en el 66 al árbitro que no cobró la mano del alemán Schellinger, en el 62 a todos porque fuimos un desastre, y en el 54 a Máspoli que se comió un par de goles húngaros. En el 30 y el 50 puteamos a varios también, pero como salimos campeones nos olvidamos enseguida.

(Publicado en Guambia, 23/04/10.)

7 comentarios:

zorro d colonia dijo...

muy bueno,reyes,sin desperdicio,impagable,incuestionable,invaluable,irrompible e insobornable(?).
El gol más rápido no fue de un frances de éstos adictos a los changos en el mundial '78 en mar del plata?

verdeidorado dijo...

10 segundos 8 décimas el gol del Turco Hakan Sukur en el 2002. En el entretiempo se aburrieron de darle patadas en el culo al defensa que lo facilitó. Sigue siendo una estafa la expulsión de Batista: el fóbal es para los hombres.

perezvila™ dijo...

reies. sin su columna sería más mujer. Por suerte uste' me ilustra.

Andrés Reyes dijo...

Bueno, supongo que me alegro, Perez.

Gracias Zorrito y Fabián.

Nacho dijo...

Jaja, me encantó toda la columna, pero el detalle de acercarse al surtidor y escuchar los tapones de José Piendibene me emocionó!

zorro d colonia dijo...

mirá que puede ser,Nacho,acá en el barrio sur,en la vereda de un local donde en los años '60 había un bolichongo,al pasar por ella puede sentirse todavía el olor a vino masticable y a tabaco toro,cortito contra la jeta.El qué,que no,peeeeroooo!!!

Ce dijo...

Excelente como siempre, Reyes.

Quizás alguna vez le dedicás un apartado a las mascotas, pero igual me anticipo a recomendar que vayan al Museo del Fúbol del Centenario para ver en vivo y en directo a una de las más feas: la mascota del Mundialito de 1980, con sus cartones despegados y despintados, una pelota desinflada donde se lee claramente "Made in China" y que está atada con unos poco disimulados alambres. Insuperable.