lunes, 24 de septiembre de 2012

STCG (Segunda Temporada de Cuentos de Gjoffe) - I: "Perderse"

PERDERSE




Puedo perderme si quiero. Me es muy fácil, no se imaginan cuánto. De hecho, lo he hecho en los lugares más inusitados. Para ser claro, una vez me perdí en el baño de casa. Y no es que tenga una mansión con espacio suficiente como para construir un baño con forma de laberinto con el wáter erigido en el centro. Eso sería genial, pero lamentablemente no es así. De todos modos, ahora que lo pienso, hay ciertas circunstancias en las que no estaría muy bueno. Me imagino llegando a mi mansión de magnate, con el apuro de expulsar de mi interior materia fecal por popa (¡qué asquerosa pero a la vez cuán atinada expresión ésta última! (¿cuál?)) y perdiéndome en el laberinto y, sin poder llegar al preciado inodoro, terminando en desgracia.
No está bueno perderse en todos lados. Mucho menos bueno es haber adquirido esa cualidad a una edad tan temprana.
Resulta que yo tenía 24 meses (¡2 años!¿por qué se empecinaban entonces en decir que tenía 24 meses, si todos sabemos que es exactamente lo mismo que decir dos años? ¡La concha de su madre, malditos pediatras! Dediquensé a la música, les va a ir mejor). Bueno, yo tenía dos añitos cuando me di cuenta de que no era normal, me diagnosticaron perdinitis crónica, es decir que tenía la maldita información genética que resultaba en la triste consecuencia de que me perdía en todos lados.
Y cuando digo en todos lados, estoy hablando literalmente. O sea, una vez, estaba tan perdido que se me ocurrió que lo mejor sería llamarme a mí mismo. Entonces saqué el celular y me llamé… Y me dio ocupado, mierda. Siempre me pasa lo mismo, siempre estoy ocupado, no puedo contar conmigo y mucho menos cuando más me necesito.
Pero como es sabido, nada es vano, yo estoy acá, en este estrado, para transmitir mi experiencia, para que los jóvenes que sufren perdinitis hoy en pleno siglo XXI, no crean que la única cura es el GPS. Hay otros métodos más naturales y, en muchos casos, son hasta más efectivos y todo.
Personalmente, después de una larga búsqueda con distintos terapeutas (no es solo que me haya llevado mucho tiempo, tuve que concurrir a muchos psicólogos, simplemente sucede que cada vez que intentaba ir a mi segunda sesión con un profesional de la salud mental, me perdía). Es por esta estúpida pero gravísima razón, que estuve ocho años en terapia, con 320 terapeutas distintos.
Y bueno, pese a esto encontré la solución, encontré la forma de encontrarme. ¡Y miren! La tengo acá en un papelito. Esperen un segundo. A ver… No, no lo encuentro... Lo perdí, sepan disculparme, suele pasarme eso también. De hecho, ahora que reflexiono un poco, no sé qué hago hablándole a un extintor en la pared de un hospital. Quizás me haya perdido otra vez, qué lástima.

10 comentarios:

Dobleveo dijo...

no lo leí, igual el texto justificalo técnicamente, es decir, está alineado sobre la derecha, ponelo para que esté justificado.

Saludos.

Carles dijo...

Ahora si, bienvenido nuevamente gjoffe, no le des bola al gil de WO, justifica a tu antojo. Y no te pierdas loco.

Andrés Reyes dijo...

Bien Cofrito, bien.

pipicui dijo...

Yo tampoco lo leí todavía... pero me alegró volver a verte por acá.

Dobleveo dijo...

ésto es como quien hace ñoquis, los arrancas chiquititos con formitas y después sacás tremendos zocotrocos, ojalá no sea tu caso Cofre, no bajes el nivel, loquito.

Anónimo dijo...

Qué grande Magritte!

Detaquito dijo...

El retorno de un grande!

(No, tampoco leí el cuento)

Lucho dijo...

Andáte GJoffe!!!

Lucho dijo...

Aunque lo leí y me gustó...

Elwendigo2 dijo...

Linda patología esa, como varias otras, estaría bueno tenerla por una semana o un mes.