Cinema Soca: Una australiana para pasar un rato de tensión

Todos seguramente recuerden el suceso mediático que tuvieron aquellos muchachos que mataron una perrita en Nueva Palmira. Desde ese entonces descubrimos varias cosas sobre los pobladores de Uruguay. Por ejemplo, nos enteramos de que aquí nadie ha descargado un par de chumbos en algún miembro del reino animal. Supimos también que nadie se bajó algún gorrión de un hondazo. Incluso, en ese momento supimos que ningún coterráneo ha participado de una carneada o eventos sangrientos por el estilo. 

Pero más allá de esa revelación, también empezamos a descubrir que la justicia por mano propia es una idea seductora para varios compatriotas. En esa ocasión, no faltaron nobles orientales dispuestos a capturar a estos menores malhechores para propinarle una “justa” y “merecida” tortura. Eso si, una tortura que llevara a una muerte segura. Porque según se podía leer en facebook, una muerte sin sufrimiento no alcanzaba como medida “ejemplarizante” para estos malos orientales, peores americanos. Así, interpretando equivocadamente el consejo de José, muchos “valientes” (pero sobretodo muy poco ilustrados) orientales se autoconvencieron de que nada podían esperar si no de ellos mismos, y salieron a hacer temblar a esos tiranos que habían excitado su enojo. "La causa de los pueblos no admite la menor demora", dijo una adolescente a las cámaras de la televisión coloniense, instantes antes de espetar- ante la atenta de todo un país- un “puto, asesino, salí de ahí conchudo, chupa verga” y salivar la puerta del hogar de uno de los menores infractores.

La idea de justicia por mano propia esta saliendo de vez en cuando de la boca de los uruguayos. Y si bien eso es preocupante, por ahora nadie ha puesto en práctica esa predica a la Charles Bronson. Pero no todos los países son tan afortunados como nosotros. Por ejemplo, los australianos han visto bien de cerca el caso de John Bunting. Este muchacho sí que pensó y ejecutó la idea de la justicia por mano propia. En particular, Bunting desarrolló un rechazo tan extremo por los pedófilos que se encargó el mismo de agarrarlos, torturarlos y matarlos. Para que se hagan una idea, Bunting es el asesino en serie mas conocido de Australia, y estará preso de por vida. En 2003 fue sentenciado por asesinar a 11 personas. Todas sus victimas fueron torturadas, mutiladas y alguna incluso freída y degustada por el propio Bunting y sus secuaces.

La historia de este sujeto ha sido recientemente filmada en una producción australiana titulada “Snowtown”. Si bien la historia es introducida paulatinamente y lleva unos minutos entender su trama, la filmación es excelente. Todas las actuaciones son muy destacadas. La fotografía, el guion y la música son también puntos muy altos. En la música, por ejemplo, aparece de forma repetida un bombo acompañado de una guitarra espaciada que mete miedo. Algo simple, pero increíblemente efectivo. Naturalmente, esta película no es para ver con sus hijos. Diría que tampoco es para verla si usted quiere pasar un buen rato con su familia. Véala sólo si películas como El Silencio de los Inocentes, Hanibal, Pecados Capitales, etc, le parecieron un juego de purretes. Si bien las películas sobre asesinos seriales no me simpatizan nada, Snowtown es sin duda la mejor de su género que he visto hasta el momento. Alguno o alguna me va a decir que Bunting era una especie de Dexter. No, no lo es. Bunting si existe en Australia y ojala nunca tengamos a uno en Uruguay.