Las duchas de bienvenida en Auschwitz
Y un día retomamos el viaje. El jueves 8 de setiembre caímos en Riga, capital de Letonia, prontos para continuar hasta fines de noviembre el recorrido que nos lleve también por Lituana, Polonia, República Checa, Alemania, Austria, Eslovaquia, Hungría, Bulgaria, Croacia, Italia, Suiza, España, Francia, y finalmente Inglaterra. País más, país menos, porque lo que tiene nuestro itinerario de lindo es eso, varía de acuerdo al humor de los viajantes.
En Letonia estábamos dijimos, y sin mucho para rescatar más que algunos ravioles fritos que comimos por el barrio, nos fuimos para Lituania, que no sólo es otro país, sino que además estaba albergando el Eurobasket. ¿Si fuimos? No. Pero había pelotas gigantes por toda la capital, Vilnius. Eso, y algún que otro castillo en medio de un lago liquidaron el segundo país en cuatro días, ya que el sábado temprano arrancamos para Polonia.
Pasamos un poco de prisa por estos países, es cierto, pero ya en Polonia nos asentamos un poco. Varsovia, Lublin y Cracovia fueron los puntos a visitar, de donde se destacan los campos de concentración de Majdanek y Auschwitz. La historia ya es ampliamente conocida y creo no hace falta reparar en detalles sobre lo acontecido en dichos sitios. Sí decir que toda la compasión sentida para con nuestros amigos polacos se esfumó en un instante cuando, el miércoles de tarde nos íbamos para la República Checa y fuimos detenidos por un supuesto exceso de velocidad.
Hasta ahí bien, si no fuera porque nos mostraron un radar con una velocidad inexistente, y querían cobrar la multa en el momento. "Estos quieren coima" pensamos al instante. Y si bien era cierto, no creímos que la amenaza de llevar a nuestro conductor a la cárcel ante la falta de pago fuera verídica. Lo curioso fue que, a pesar de la falta de seriedad del procedimiento, ya toda la comisaría estaba dispuesta a seguir el jueguito. Mientras, nuestro amigo tras las rejas.
En definitiva, una hora después, decidimos terminar con el regateo y pagar los 75 euros, que en ese momento ya eran más una fianza que una multa, y proseguir el viaje hacia Praga.
Moraleja: A los polacos les gustará el cohecho, mas no la intransingencia. Todos putos.
La vuelta a las columnas fue bastante poronga, lo reconzoco. Pero para compensarlo, prometo para próximas ediciones el video con el detalle del salto de 10 metros al Nilo en aquel lejano mes de junio. Nos vemos el jueves que viene.
Para vos, pa.
7 comentarios:
No sé, a mí me gustó.
¿Qué tipo de camioneta es en la que andan? ¿No les dieron fotito con la velocidad a la que supuestamente iban? ¿Qué tal los calabozos polacos?
¿Qué tal los baños polacos?
¿Es cierto lo que dicen de las letonas?
una foto habría implicado demasiada seriedad para lo que significa una comisaría polaca... en cuanto a nosotros, andamos en una renault trafic, o en una scenic cuando somos menos
es cierto que los polacos son "peores" que los gallegos?
Qué habría dicho Dejamuchacho en lo que se refiere a la importacia de lo que significa la foto que ilustra la columna?
Gran retorno Alf!
Vamo arriba...
A mí me gustó también. Incluso mas que otras
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