jueves, 22 de septiembre de 2011

República Checa

Simplemente bebés

La situación es la siguiente. Estamos en Munich, recién llegados al camping. El clima es de Oktoberfest, a la que ya no le alcanza con un mes y ahora arranca en setiembre. Pero hoy no nos sumamos, quisimos armar el campamento y quedarnos tranqui, comer algo y descansar para mañana.

Esa era la idea. Dicho lo cual intentamos quedarnos en la especie de restaurant que tiene "The Tent" (la empresa que gestiona el camping), pero se empezó a complicar el tema de la escritura. Es que los altoparlantes estaban a un nivel un tanto alto, así que nos conectamos con Zambayonny, y el efecto fue casi aturdidor.

Por suerte, o no, a las 11 de la noche cerró, así que acá estamos, cagados de frío en una de las mesitas de afuera, intentando cumplir una misión que, obviamente, mañana se tornaría en imposible, teniendo en cuenta el itinerario previsto, el cual consiste, básicamente, en sumarnos a los festejos luego del mediodía. Vaya uno a saber hasta qué hora.

Pero vayamos a lo nuestro. El miércoles 14 de setiembre llegábamos a Praga, la capital de la República Checa y de las mujeres antipáticas. Aunque con zonas de exclusión, como todo aquel que leyó el último libro de Sabina sabrá comprender.

Linda ciudad, no tanto por los bebés gigantes de la foto, sino por lo bien conservada que se ha mantenido a lo largo de los años. ¿A causa de entregarse al primero que venía a invadirlos? Sí, pero linda al fin.

Para destacar, el gran reloj y la plaza con puestitos de comida. En esta última, hicimos un tour alimenticio, degustando desde papas con todo tipo de salsa, hasta el clásico choripan, un poco falsiforme, y alguna que otra cosita por ahí. En el reloj, 24 veces por día, o mejor dicho, una vez por hora, cuando el minutero llega al 12, se mueven unos macacos, suenan trompetas, y la gente se agrupa en más de un centenar para apreciar dicho acontecimiento. El cual es, básicamente, una poronga, lo cual habla a las claras de el caudal de público que se mueve por la capital checa, ya que de ninguna manera una persona podría ir dos veces a ver dicha especie de acontecimiento.

Va quedando simplemente hacer mención a un boliche de cinco pisos, diferenciados según género musical. Algo así como "radio hits", "oldies", "dance", "hip hop", y un quinto que no recordamos bien. Es que era todo por escalera y se complicaba un poco la movilidad. Si no fuera porque en todo el edificio habrían unas 60 personas (12 por piso si se les ocurría la diabólica idea de distribuirse equitativamente), podría haber estado bueno.

Ahora bien, aunque redactada para el orto, la columna va quedando extensa, y eso que vamos por la mitad. Adicionalmente, estar fresco y con frío en un camping lleno de gringos borrachos no es fácil de soportar. Dicho esto, van quedando dos opciones: o bien cumplimos con la idea original, y mañana antes de ir a la oktober contamos la parte germana, o bien mandamos todo a cagar y juntamos todo en una columna el jueves que viene. Si la opción es la segunda, se enterarán solitos.

Ya lo veremos.

4 comentarios:

German Schnyder dijo...

Yo digo que la próxima columna la hagas en verso. Medio para honrar a la mitología nórdica, medio para molestar.

El editor dijo...

Que partido!!!!

alf dijo...

claramente el jueves que viene junto todo lo de alemania

ana inés dijo...

Tratar de concentrarse rodeado de gringos en pedo no debe ser nada fácil... Ahora, lo que no me quedó muy claro fue lo de conectarse con Zamba, eso no empeoró las cosas?? En fin, ahí mandé mi voto! Espero ansiosa la columna del oktober!! (y más aún las fotos y videos b-side que no cuelgues en face)