jueves, 29 de septiembre de 2011

Alemania

El famoso soldado asignado para vigilar que nadie cruce la división de Berlín, cruzándola para ya no volver

Sábado 17 de setiembre fue la fecha en la que retornamos a Alemania. Pues recordemos que ya habíamos tenido un breve pasaje por Bremen y Hamburgo "a la ida". Bueno, ahora a la vuelta, caímos primero en Berlín y luego Munich. Dos ciudades bien diferenciadas, una con años pesados de historia, y la otra con jarras pesadas llenas de cerveza de la Oktoberfest.

Fua, Berlín. Cuánta historia. Haciendo un breve resumen, los alemanes perdieron la primera guerra, acusaron a los judíos de no pelearla y enriquecerse gracias a ella, asumió Hitler, persiguieron y masacraron a estos últimos, pero también a los polacos, húngaros, homosexuales, gitanos, religiosos, opositores, etc. Ahí los aliados y soviéticos derrotaron al Fuhrer y se dividieron el país germano, occidente (RFA) para unos y oriente (RDA) para otros. Pero no contentos con esto, a Berlín, que estaba toda en oriente pero era linda, también la partieron al diome. Y para que nadie pase para la parte de la RFA, no tuvieron mejor idea que encerrar la  parte occidental de la capital dentro de un muro. Suena curioso que los únicos libres en Berlín fueran precisamente los que estaban encerrados.

No sé ustedes, pero yo estaba convencido que el muro era un paredón gigante que recorría Alemania de norte a sur, y como Berlín justo estaba ahí, la dividían en dos. Nada más alejado de la realidad. Lo único parecido a esto era la cortina de hierro, que dividía a Europa (y también a Alemania) entre países capitalistas y comunistas, pero básicamente consistía en campos minados y soldados disparando a los que quisieran escapar del lado oriental.

Demasiada historia, terminémosla, pero terminémosla con una anécdota jugosa. ¿Imaginan ustedes el preciso momento en que los soldados soviéticos comenzaron a encerrar Berlín occidental? El instante en que las personas que por allí rondaban aún podían elegir de qué lado quedarse. Nos pasó algo más o menos similar, en ocasión de estar buscando al guía del city tour con un poco de retraso. Es que justó me perdí del amigo que iba conmigo, y la policía comenzaba a disponer un vallado por algún acto o manifestación de no sabemos qué. Había que tomar una decisión, de un lado del vallado quizás nuestra vida seguiría transcurriendo normalmente. Del otro, quizás cambiaría para siempre. Por fortuna pudimos saltarlo luego de errarle de lado, así que no fue tan grave.

Berlín también nos dio la oportunidad de reencontrarnos con el deporte rey. Ocurre que a pasitos del camping donde nos quedamos, había un complejo de canchas con césped sintético. Eso, sumado a la pelota que compramos en Malasia, y restándole que lejos de ser 22 éramos 5, dio como resultado un ameno campeonato de tiros libres, córners olímpicos, goles de media cancha, penales, y disparos al travesaño. Una vez más, Valdense le ganó a Montevideo.

Y nos fuimos para Munich, madre patria de la Oktoberfest. Los que me conocen saben que, increíblemente, no me gusta la cerveza. No voy a ahondar en los motivos de mi único desprecio por una bebida alcohólica, puesto que ni siquiera yo los conozco. Pero la oktober es la oktober, y si bien la previa se podía hacer con vino de dos euros, llegado el momento había que tomar el amarillo elemento, por lo que no le hicimos mucho asco.

Ya el transporte desde el camping hacia los festejos hablaba a las claras de que no iban a hacer falta muchos euros para sobrevivir a la noche. Una especie de trolley gratuito cruza la ciudad facilitando increíblemente el movimiento de uruguayos. Sí, es verdad, hay máquinas expendedoras de boletos que los europeos usan, pero nunca las logramos entender, lo que convirtió el sistema automáticamente en gratuito.

¿Qué piensa uno cuando le dicen Oktoberfest? Miles de personas con disfraces típicos alemanes, sentados a lo largo de interminables mesas, muchos parados, todos con su jarra de cerveza en la mano, cantando al son de la música, y chocando sus bebidas a la vez que la espuma sale disparada hacia arriba, mientras todos ríen y bailan. Ni más ni menos, eso es la Oktoberfest.

El hábil lector también se imaginará, que al ser todas las jarras de cervezas idénticas, el precio de la misma se reduce automáticamente a cero. Nadie con un poco de criterio puede, estando ebrio, acusar a otra persona de hurtarle su bebida, siendo que no hay diferencia entre una y otra.

A la salida, panchos y chorizos gigantes, y la aclamada "Arnold Schwarzenegger", una especie de milanga gigante que nada tenía que envidiarle a las que hacen en Mercedes y Tristán Narvaja.

De Munich no mucho más. Lamentablemente no hubo tiempo para city tours, puesto que el tiempo que no estábamos en la Oktober, lo dedicamos enteramente a jugar al básquetbol en el camping. Hasta parecíamos deportistas y todo. ¿Si Valdense se volvió a imponer? Sólo en los partidos dos contra dos.

Hasta el jueves que viene, como casi siempre, a las 21 hs. Si quieren, pongan poronga, no cuesta nada, y aunque tampoco lo proporciona, es satisfactorio saber que hay alguien al otro lado del mundo, ya sea tirando cohetes o puteando a gallardo.

8 comentarios:

alf dijo...

quedó larguita eh

German Schnyder dijo...

Lo inquietante es saber si estás del lado que pensás... tiembla el emperador Amarillo !

El Nacho dijo...

Grande Alf!

Caiste en la tentación de la cerveza...

Ce dijo...

¿Y habrá caído en la tentación del currywurst?

Ce dijo...

Me encanta que todo el mundo siga con la cantarola de que el sistema fracasó en el lado este... nada que ver con el sistema capitalista que anda fenómeno, cada vez mejor. Bien que ahora votan a la izquierda... aguante la RDA, loco.

Ce dijo...

Gran columna la de Alf, hay que decirlo.

Vidiella dijo...

las milangas de La Tortuguita! me dio nostalgia y eso que me queda a unas cuadras.

Bien ahi, Alf, aunque sigo diciendo que faltan anécdotas que impliquen el sexo femenino de habla extranjera.

alf dijo...

un grande el emperador amarillo... un grande también Ce defendiendo a los soviéticos... en cuanto a franco y las anécdotas del sexo femenino, habría que crear un blog paralelo bajo contraseña