domingo, 6 de marzo de 2011

Se inauguran los cuentos de los Domingos (pero no de los hermanos de Nicolás)

El átomo


Invitamos a toda la familia a un asado el viernes de noche en nuestra casa de balneario. Vinieron los tíos, los primos y con mis hermanas estábamos muy contentos porque siempre nos divertíamos mucho con ellos.

Cuando empezó la sobremesa, mi tío Víctor terminaba su lucha endiablada con la carne pegada al hueso de una tira de asado. Luego de alzarse con la victoria, llamó a mis primos, Horacio y Ariel, y salieron en la camioneta a buscar un átomo.

– ¿Dónde van?– preguntó mamá.

– A buscar un átomo – contestó Víctor – Ya volvemos.

Arrancaron enseguida andando en inconsciente zig-zag por la calle.

Mi madre no entendía nada y atribuía esta conducta al exceso de bebida, el abuso de sustancias y la falta de cordura de Horacio y Ariel. Suponía también que podría ser fruto del estado senil de tío Víctor. Pero no era así.

Mis hermanas y yo queríamos ir con ellos, pero no nos preguntaron y, en realidad, tampoco era que nos saliéramos de la vaina por ir a buscar el átomo sino que queríamos escapar a la conga con los abuelos.

Buscar un átomo es fácil, lo podía hacer cualquiera, lo difícil era encontrar uno. Porque lo cierto es que los hay, y muchos. Pero no menos cierto es que generalmente (o más bien casi siempre) van de a varios millones y todos unidos con un hermetismo envidiable, y yo diría que no son muy afines a la idea de separarse. Son muy caprichosos en ese sentido y, amigos, contra el capricho de un átomo, no se puede. Pero tío Víctor y los Primos se las ingeniarían.

Mi padre los entendía, él mismo solía traer un átomo a casa para fin de año en las buenas épocas, y mientras mostraba su juego de sietes y su escalera de oro, le recordaba a mamá que los átomos suelen ser muy divertidos en las reuniones familiares. Me acuerdo de aquella vez que, siendo yo muy chico aun, me regalaron uno para mi cumpleaños.

Pasaron dos horas y mi padre juzgó prudente enviar un mensaje a Víctor para preguntar por la demora. Dos minutos después sonó el celular y apareció un sobrecito en la pantalla. La respuesta: “Ya lo tenemos, vamos para ahí”.

Cinco minutos después, llegaba desde la esquina el sonido del motor de la camioneta que acababa de estacionarse en la vereda luego de un embalaje ultrasónico. Víctor, Horacio y Ariel habían pasado por alto el concepto de prudencia y habían atropellado a la misma dos kilómetros atrás luego de que la vergüenza y la dignidad se les escaparan por la ventanilla.

Bajaron del bólido con aire triunfante y nos lo presentaron.

–Trajimos uno de hidrógeno porque los de oxígeno eran pocos y se habían acabado.

El átomo tomó asiento, entre la tía Gabriela y el abuelo Luis, y, entre las nubes de humo dulce, contó unos chistes divertidísimos y nos pasamos la noche llorando de risa.

9 comentarios:

Sinca Bellos dijo...

Punto uno: está de más tener un juego de sietes, como tu papá.

Punto dos: será que DobleV estaba invitado a ese asado y llevó las "masitas"?

Vamo arriba con esa columna eh!!!! Tamo ahi

Alvaro Fagalde dijo...

¿La hipotética sección de "Comentarios de cine" no podría ser colectiva, que cada uno que vea algún estreno lo comente y eso salga en determinado día y hora de la semana?.

Digo.

Alvaro Fagalde dijo...

Ah, en cualquier momento publico uno yo también.

Bestiario dijo...

Los gases nobles son monoatómicos, pero conseguir un atomo solito de Hidrógeno ya es más complicado, así que bien ahí.
Lástima ese final con apología al consumo de sustancias ilegales.
Exitos en esta campaña

El editor dijo...

Vamos a ir todos presos.

andal13 dijo...

Con tal de escapar a un asado con conga familiar, soy capaz de ir a buscar un electrón.

Ta, será por eso que nunca me invitan.

Buena idea la de la columna literaria, y muy buen comienzo.

Andrés Reyes dijo...

Me gustó la propuesta. Los que le dan para atrás, bien que si lo hubiera escrito alguien famoso, diría "qué bueno que está el del átomo".

Alvaro Fagalde dijo...

Hablando de escritores fracasados...

elCofre dijo...

gracias por el apoyo
es muy importante para mí que alguien lea mis cuentos, y esto lo digo totalmente en serio (algo que no me caracteriza)
gracias