viernes, 20 de abril de 2012

Olvidando al Milton (parte 3)


  

Culmina el resumen histórico del balompié olímpico, amigos y amigas, con las últimas cuatro perlas de este collar de triunfos y frustraciones, ¿no es cierto? No, no lo es, pues parece que en julio, un puñado de jóvenes celestes más tres veteranos, pisarán suelo londinense con la sana intención de retornar a Montevideo con la presea dorada, para luego recibir el justo reconocimiento por parte de ese público celeste que siempre apoyó a este grupo, y que se encargará de terminar de destruir las instalaciones del Estadio Centenario, escenario de mil batallas.

1996, Atlanta: Nigeria campeón. El fútbol masculino (por primera vez también hubo fútbol olímpico femenino) contó con la Argentina de “Piojo” López, “Valdanito” Crespo, “Burrito” Ortega, “Muñeco” Gallardo, Ayala, Simeone, Chamot, Zanetti, Almeyda, Sensini, Sorín, Verón, Barros Schelloto y el futuro arquero mirasol Pablo Cavallero. Le metieron 4 a la España de Gaizka Mendieta, Raúl y Morientes, y luego 2 a la Portugal de… no, no estaban ni Figo ni Rui Costa. Para peor, Nigeria le ganó al Brasil de Roberto Carlos, Bebeto (que jugaba como supra sub 23, no es que en 1988 haya jugado con 11 años), Rivaldo, Juninho, Savio y el aún flaco Ronaldo, por lo que la final ante los africanos se daba poco menos que como un trámite para el combinado albiceleste. 
“No podemos perder contra los negritos, boludo”. Claro que los presumiblemente pequeños afrodescendientes, no eran tan pequeños: West, Babangida, Kanú, Okocha, Amokachi, Oliseh, Babayaro, y Amunike, todos ellos nombres que era muy divertido escucharle pronunciar al relator Alberto Kesman, y que el aficionado promedio uruguayo necesitó conocer entre 1994 y 1998, en virtud de la ausencia celeste de la Copa del Mundo. Ganaron los verdes como más le gusta al hincha nigeriano: 3 a 2 en la hora, con un gol feo como el Pelo de Taribo West.

Vale acotar que Uruguay quedó eliminado del Preolímpico disputado en Mar del Plata, al que había concurrido con un plantel rico en calidad y en problemas de disciplina.


2000, Sydney: Camerún campeón. Con la base de los equipos juveniles que tan bien habían andado en los Mundiales de 1997 y 1999 (Carini, “Gallego” Rivas, Sorondo, Chevantón), el fútbol celeste viajó al Brasil otra vez con la sana intención de volver a los Juegos Olímpicos. Todo hacía indicar que lo lograría, pues terminó la fase de grupos primero e invicto. Pero como suele ocurrir con todo seleccionado medianamente juvenil celeste, en la segunda fase no pudimos levantar las gambas, y nos golearon chilenos y argentinos, aunque clasificaron trasandinos y brasileños.

En los juegos olímpicos australianos, fueron los de Bachelet los que llegaron más lejos, con Zamorano pero sin Salas. Pero ambos (norteños y chilenos) cayeron ante Camerún, que se quedaría con el oro al derrotar por penales a la España de dos de los preferidos de la comunidad de payadores: Tamudo y Angulo. En Camerún jugaba el enemigo número uno del uruguayo Diego Forlán: Samuel Etoo.

2004, Atenas: Argentina campeón. Ese orgullo que nos daba el sabernos los únicos sudamericanos en haber conquistado el oro olímpico, se fue por el piso cuando los comandados por Marcelo Bielsa llegaron a lo más alto. Claro que se vieron favorecidos por el fixture: para ganar el oro, debieron cruzarse con Serbia y Montenegro (un país devastado, a punto de dividirse aún más), Australia (juegan a un fútbol propio, diferente al nuestro), Túnez (que no sabríamos ubicar en el mapa africano), Costa Rica (no meten un jugador decente desde los primos Wanchope), e Italia (salvo Gilardino y Pirlo, eran todos empleados de una fábrica piamontesa), antes de la final ante… ¡Paraguay! Irse tan lejos a jugar un torneo y que te toque la final con Paraguay, no es algo que le desee a mi peor enemigo futbolístico.
Podrá decirse que Argentina jugó 6 partidos, ganó los 
6, y no recibió un solo gol en contra. Y será cierto, pero no estamos aquí para defender a aquel equipo integrado por “Carlitos” Tévez, Javier Saviola, “Lucho” Figueroa, “Kily” González, “Chelito” Delgado y Andrés D’Alessandro. El arquero era Germán Lux, que al ser echado de River (según él, por un hincha de Boca: el presidente Daniel Passarella), libró una maldición sobre el equipo millonario que terminó con el descenso de éste. ¿Uruguay? Bien, gracias. Quedó cuarto entre cinco en su grupo eliminatorio, de la mano de Juan Ramón.

2008, Pekín: Argentina campeón. Ahí sí que se fueron de tema nuestros hermanos, que ahí mismo nos empataron en Mundiales, Copas América y Oros Olímpicos. Entonces nos calentamos y les tuvimos que ganar la Copa de visitantes otra vez. Claro está que habíamos quedado bastante calentitos, porque en el sudamericano sub 20 del 2007 (que ahora suplantaba al Preolímpico sub 23, que cada vez tenía menor popularidad) nos metieron un gol en la hora (pero en la hora mal) que nos dejó afuera. 

Otra vez le tocó casi la misma serie papita al combinado ahora dirigido por el ex entrenador de Bella Vista, Sergio “Checho” Batista: Serbia (Montenegro ya se había enojado e ido por la suya), Australia y Costa de Marfil, con Bagayoko, Kalou y Cisse pero sin Drogba, que se quedó pescando. En Argentina jugaban Messi, Riquelme y Agüero, por eso no debe sorprender que cuando la cosa se entró a complicar (en cuartos ante Holanda, en semifinales ante Brasil, en la final ante Nigeria) la Argentina no tuvo grandes complicaciones para quedarse con el oro. ¡Viva Perón!

22 comentarios:

pipicui dijo...

¿Puntos por el primer comentario?

Anónimo dijo...

Viva!

Linda, bah, muy linda colugna.

Qué grande Lux, el Jacques de Molay de River. Chupen giles.

Dobleveo dijo...

nah, lo del banner debe ser una joda no? debes estar tomando el pelo no?

El Nacho dijo...

cada vez más maraca el banner!

Dobleveo dijo...

maraca?

Me parece que estás equivocado.

Andrés Reyes dijo...

No entienden nada. Recién pasé por la Plaza Libertad, y vi el anuncio. ¿Seguro que la joda en lo del pipi es ese día?

nanodelchuy dijo...

El cambio de banner es debido a...?

nanodelchuy dijo...

Ah, es por eso!!!(?)
Cuánto putismo!

el abu dijo...

Que logo de mierda el de Londres, eh?

Dobleveo dijo...

Borrame de la misión Polilla Reyes, me acabo de dar cuenta que coincide con el concierto de Diego.

Yo creo que debemos ser más tolerantes, la tiro...

Carles dijo...

Yo podía perderme a Divididos por ir a lo de Pipi, pero con Diego no se jode, borradme de la lista de invitados.

El Nacho dijo...

tiramelá WO

pipicui dijo...

Definitivamente, esta es una generación perdida.

Christián dijo...

Ese combinado nigeriano del 96 me ha facilitado muchos viajes con taxistas nigerianos. No hay como tomarse un tacho con un nigeriano y ver la cara de satisfacción de estos muchachos cuando un reconoce admirar a aquel Nico Olivera nigeriano mejor conocido como Jay-Jay Okocha. En seguida, te bajan la tarifa y te hablan de cómo se fue todo al carajo cuando Bora Milutinovic se fue. Te dicen que los consagrados de Europa no tienen sangre y que no sienten la camiseta como aquellos botijas del 96.

Andrés Reyes dijo...

Qué grande el taxista nigeriano. ¿Cómo lo diferenciás de uno marfileño? Y lo más importante: ¿tienen mampara los taxis?

faraón dijo...

Los nigerianos desbancaron a los armenios en los taxis?

Christián dijo...

Diferenciarlos es bastante fácil, basta preguntarle la procedencia y los tipos por lo general te dicen. Pero es increíble la cantidad de taxistas nigerianos. Una vez, tome un taxi con un muchacho no nigeriano sino libanés que cuando le dije que era uruguayo me preguntó re emocionado si había visitado alguna vez el Chuy. Me contó que él algún día quería ir. No tengo palabras para definir que sentí en ese momento ante este buen hombre que soñaba con visitar el Chuy.

Christián dijo...

Y los taxis no tienen mampara. Cosa de locos.

Alvaro Fagalde dijo...

En Perú no tienen mampara, pero algunos conductores se separan del pasajero por algo así como una jaula de mimbre.

Por no decir que a veces comparten pasaje, y si el tipo es medio petiso, lo pueden llevar en la valija. Lo juro.

Alvaro Fagalde dijo...

Si no me quieren creer, lo entiendo.

Christián dijo...

Yo te creo Fagalde. En Quito me tome un taxi cuyo buen conductor tenía la costumbre de dormitar en cada luz verde. El hombre despertaba como sorprendido ante las bocinas del resto. Fue un viaje en el que en repetidas ocasiones pensé que no viviría para contarlo.

Lucho dijo...

Muy buena nota, casi me la pierdo entre tanta foto obscena...

El partido Nigeria-Brasil del 96 fue uno de los mejores que vi en mi vida, fue increible como metieron huevo jugando al fobal esos tigres...me emociono tanto que en la final hinche a mas no poder por los africanos (aunque calladito, dado que estaba todo pa que ganen los porteños), tan es asi que cuando los clavaron en la hora a los porteños lo grite como un gol de uruguay y un porteño grande como un ropero que habia en la vuelta me tuvo que surtir un rato pa sacarse la bronca