Salió el sol

Ayer estaba pensando en alternativas para sobrellevar un día tormentoso y pasé por el Palacio de la Música en busca de algún disco para bailar con mis botijas. Las marquesinas anunciaban rebajas de un 30%, 40% y 50%, pero más bien parecía una liquidación por cierre, a juzgar por las caras largas y las pocas ganas de atender que tenían sus empleados.

Luego de revolver un poco las desorganizadas estanterías sin demasiado éxito, me acerqué a un dependiente y le pregunté ¿música para niños dónde tenés? Luego de mirarme como si le hubiera pedido una milanesa en dos panes, hizo un ademán con la mano y me espetó un “ahí, en el fondo”. Otro señor que parecía un guardia de seguridad me acompañó hasta la góndola en cuestión, quizás movido por la piedad o la vergüenza ajena.

Lo que encontré fue más de lo mismo: Susana Bosh, María Elena Walsh, Canciones para no dormir la siesta volumen 1250, requeches del estilo “las canciones del jardín”, mucho Rada para Niños, demasiado. También pululan producciones de la vecina orilla, como discos de Adriana (quien popularizó el hit infantil El Sapo Pepe), además de discos del estilo “Mozart para niños” y una rareza que me dio un poco de curiosidad y miedo a la vez: La Mosca (el grupo argentino que cantaba “te quiero comer la boca sin dejarte respirar) para niños.

No todo está perdido

Hoy en plena catarsis oficinesca una compañera me recordó la existencia del sello discográfico nacional El Papagayo Azul, que reúne algunos autores nacionales que se dedican a hacer música para nuestra botijada. 

Otra alternativa es recurrir a las producciones de otros países. De Brasil, por ejemplo, puedo recomendar Adriana Partimpim, el alter ego infantil de Adriana Calcanhotto, cuyo disco homónimo es sumamente disfrutable tanto para grandes como para chicos.

Un ex columnista de botijas y amigo de la casa tuvo la amabilidad de acercarme un disco de unos mexicanos, Los hermanos rincón como para que la botijada tome contacto con otras culturas y no quede encerrado adentro de un tambor de candombe o dando vueltas alrededor de una batería de murga. 

Otra linda opción que escuché en el cumple de Juana y en alguna nota que se hizo por ahí a raíz de las vacaciones de julio es la de Marcelo Ribeiro y su extravagancia banda. El disco Circo Circulando tiene varias canciones divertidas que no subestiman la inteligencia y el buen gusto en ciernes de nuestros pequeños retoños. Más información en http://www.butia.com.uy/

Algo que a los botijas les encanta es escuchar música cantada por sus pares. En este sentido la mejor opción es conseguir el disco del coro Gira Luna. “Que salga la luna”, además de estar bien cantado, con voces infantiles bastante afinadas, contiene algunas joyitas que valen todo el disco como una versión de ”El tiempo esta después” de Fernando Cabrera y “La luna se hizo con agua” con letra y música Llarbanois-Carrero. Un disco para compartir. 

Como ya es una tradición en este tipo de entradas, deje su preferencia musical-infantil en un comentario, que a la brevedad confeccionaremos una bella lista para ir aportando a conformar esa discoteca botijeril.

Hace tiempo que no se los digo: los quiero.