Bien Vasquito, bien

Queridos oyentes, abnegadas oyentas. Seguimos con problemas técnicos que nos impiden traerles nuestro trabajo de la mejor manera. Empero, le traemos un natural y chispeante compendio fotográfico con fotos que no verá en ningún otro lado, y otras que sí. Gracias

Posa River con varios ex Nacional, varios ex Peñarol, varios ex celentes footballers.

Los dos connotados periodistas de Coqueto Escenario: Gavilán Mordeckis y Diego Francos. Mucho futuro, escaso presente.

El longevo Scotti intenta consolar al niño que llora porque le tocó con el viejito. "Te juro que yo también juego" le dice, pero el botija no masca vidrio. ¿Por qué todo el guachaje sale con la 13? Homenaje a Adalto Batista, recientemente desaparecido.

El clásico saludo a la barra brava que no dudará en ir a esperarlos a la salida si las cosas no salen de la mejor manera. Lo folclórico de nuestro balompié, que nunca falte.

Posan los botijas junto a sus ídolos, a lo que el Indio Vespa a la pasada le da un cortito a una niña que lo confundió con Charoná. Bien metida, ningún ningún con estas guachas atrevidas.

Bava le mete el peso a un gendarme. "Aguantame que termine el partido que te surto, milico puto" le espeta. Cuánta violencia bien entendida.

El atleta de ébano, siempre vigente.

Los ágiles tricoparquenses festejan de cara a una bandera que podría tentar al propio Nico Olivera.



"Pegale vos, puto" le dice Alonso al chueco colegiado. Pero Ubríaco, que no se come ninguna, hace caso omiso a la singular invitación.

Benegas, que siempre festeja los goles de Suárez y no los de Saturnino Cardoso, monta un pony invisible.

"Dame la mano hermano... te extrañé tanto". Curiosa piedra con forma de cara de Arismendi, abajo a la derecha.

Aquí Bava realiza una acción cachorresca que no terminó en la red de milagros.

Casi como sonseando, Ubríaco sodomiza a Arismendi. Scotti reclama su tajada.

No me va a creer, pero el balón, despedido por las nalgas del jugador albiceleste, casi se clava "en el ángolo".

¿Lo ve al propio Dobleveo ahí? ¿Verdad que no?



Arismendi devuelve gentilezas y le manotea el falo al colegiado.

Bava revisa su ropa interior. Ahora, ¿no había presupuesto para conseguirle una indumentaria decente de acuerdo a la celebración del match de 1903? ¿O es que Bolívar Céspedes (o Amílcar, nunca me quedó claro) atajó de naranjita? Dignidad, señores. Dignidad.

Ubríaco realiza el famoso test de Cooper para comprobar que aún hay vida en el cuerpo de Morro. El citado examen consiste en pisarle el escroto. Si se queja, vive.



¿Y esto no es generar violencia? ¿No? Ah, mala mía.

"Me sacaste amarilla al grito, eh". "Sí", le respondió Ubríaco, mientras le decía que no con el dedo. Un fenómeno.

Poner a Bava cerca de un puñado de gendarmes es casi tan peligroso como... complete usted la frase, por favor le pido.

Finalmente Morro no despertó, y aquí se lo retira envuelto en la bandera de Rentistas, el club de sus amores.

El propio Mordeckis otra vez nos enseña el escudo del equipo de sus amores, mientras Franco fela al fotógrafo.

"Pero me quiero tragar un sorete" parece decir el ágil darsenero cuyo nombre ignoro. Mención aparte para lo que es el pelo de Flaco. Una cagada constante.

Que los árbitros favorezcan a los grandes, vaya y pase. Pero que Arruabarrena haga de línea, nos parece demasiado.

El afrodescendiente Córdoba se acomoda el pene, puntualmente.

Bava salta de manera poco masculina. Algo que no me atrevería a decirle en la cara.

Las nuevas disposiciones municipales parecen un tanto excesivas: en el nuevo codo apenas caben dos personas.

Nacional es más que fútbol. Es también un lugar cómodo para anidar.

Córdoba a punto de recibir un pelotazo en el ojo que lo dejará peor que aquel futbolista guaraní que lamentablemente falleciera años después en un accidente de tránsito, evitándonos la posibilidad de evocarlo con fines chabacanos.

Mientras Frascarelli hace "la de Jesús", el Morro nos explica gráficamente que no es que esté gordo, no. Es el mundo que se está encogiendo.

Qué feo que le den a uno un balonazo en la entrepierna.

Pasan los minutos y el player Kily sigue buscando la hombría perdida.

Un vendaval de facha. Por un lado, el estilo "Pa, panamericano" de Frasca. Por el otro, el inconfundible Jopito Alonso, un clásico de nuestras canchas. ¿Usted por quién se inclina?



El Cuqui Juárez del futuro es canadiense.



Las escenas de porno gay soft estuvieron a la orden del día.

"¿Qué puteás, la concha tuya?" Bien Cordobita, bien. No se deje prepotear. Lo cierto es que aprovechando el malentendido, el jugador darsenero le palpa las generosas nalgas al pito internacional.



Scotti también le practica el test de Cooper al juvenil De Pena, que por poco no muere.



"Pero mijo, tape esa poronga" le dicen los más experientes al canagordo del gol.

Los jugadores festejan, Bava le tira una piña a un riverplatense, Fernández felicita a Díaz en uno de sus primeros "no fracasos" con la celeste en el pecho.

"Ganamos, perdimos, el chupe se lo dimos" gritaba la inocente barra rojiblanca, capitaneada por un Jorge Nasser totalmente sacado, como debe ser.