Es así porque lo digo yo... (IV)

¿DE QUÉ COLOR ERA EL CABALLO BLANCO DE ARTIGAS, BOLUDO?

1 - En la década del 70, Antonio Gasalla y Carlos Perciavalle -primero juntos y después separados- eran las principales figuras de lo que sería algo así como un Off Off Broadway porteño. El argentino popularizó en esos años un singular experimento: sustituía una palabra totalmente inofensiva -pongamos, "asesorar"- en cuentos verdes y la usaba permanentemente con el mismo tono con que usaría la mala palabra original que todos adivinaban. Al poco tiempo, asesorar se convertía en la puteada más asquerosa del mundo.

2 - La nena de un matrimonio amigo que yo estaba visitando, que tendría 5 o 6 años en aquellos momentos se había puesto pesadísima en llamar mi atención diciendo cosas como: -"te rompo el culo", para escandalizarme. Decidí que lo mejor era no seguirle el juego y hacerme el sordo para que se cansara. Al rato siento que tironea mi pantalón y me dice bajito: -Che, mirá que estoy diciendo "culo"...

Es muy discutible, arbitrario y polémico el tema de las "malas palabras" y de las "zafadurías" permitibles, tanto en la vida diaria frente a desconocidos con los que no hay confianza o en un medio de comunicación. Los criterios aceptados por las mayorías -tal como pasa con el lenguaje mismo- varía con el tiempo: palabras como "condón" o "parir" eran absolutamente inaceptables hace 30 años.

Es indudable que en esta primera década del siglo XXI tenemos mucha más liberalidad para lo que se puede decir en televisión. Hemos pateado para adelante la barrera. ¿Pero eso quiere decir necesariamente que somos más abiertos, más tolerantes, más libres?.

Insisto, como en tantas cosas, es una cuestión de gustos personales. Pero creo que muchos de los programas "transgresores" sólo esconden una enorme represión, donde la "gracia" es decir: "culo", "mierda", "puto". Cuando vemos a travestis, vedettes e hijas de vedettes hablar de su sexualidad, de sus escandaletes y de sus ex parejas con la misma intención que lo hacía la nena de mis amigos -"mirá las cosas que soy capaz de decir"- no creo que se transgreda nada ni se escandalice más que a la gente que quiere ver escándalos en "esos" que son tan diferentes a esos (no como yo, que soy tan decente).

Por un lado tenemos -y dará para otra entrada- una tele con ínfimo nivel cultural (ahora sí uso esa palabra, Washy), donde lo único que importa es qué rating tiene determinado programa o si tuvo éxito la nueva revista de Ileana Calabró y si hacen un programa de preguntas, el o la animadora de turno tiene que leer las elementales respuestas sin tener ni la menor idea de qué está hablando. Por el otro, la puteada innecesaria para sofocar a las tías solteronas.

TANDA:

En muchos otros países se suelen hacer publicidades con humor un poco zafado pero sin caer en la guaranguería, que es otra cosa. Vaya uno a saber por qué, la gran mayoría son avisos de cervezas. Si gusta, prometo más en el próximo jueves.