domingo, 30 de agosto de 2009

Catálogo de seres imaginarios (I)

Inauguramos una sección destinada a evocar los ágiles más (in)trascendentes de los últimos treinta años de nuestro fútbol, para que el letrista no se olvide. Comenzamos –respetando el orden del último Uruguayo– por Nacional. Así que ya lo saben, hinchas mirasoles: de acá a dos meses, reserven Guambia porque se agota.

Heimen, Luis: rubio y espigado delantero proveniente de Sud América allá por 1985. Pese a que cayó en mal momento (suyo y del equipo), se dio el gusto de darle a Nacional su único triunfo en la Copa de Oro de los Grandes, penal convertido a Álvez mediante.

Kamara, Dini: internacional ghanés, puntero poseedor de una velocidad inverosímil, y del incomprensible cariño de la hinchada tricolor. Enfrentó a Uruguay con la selección sub 20 de su país en el Mundial de la categoría disputado en Malasia en 1997, ya siendo jugador de Nacional. De un día para otro desapareció, dejando el recuerdo de su rush interminable por derecha.

Pesce, Uriel: juvenil elemento que no llegó al primer equipo, pero que aún así se las arregló para ser tapa de un suplemento deportivo. Ocurrió que allá por 1995 el entonces técnico de las divisiones juveniles Humberto (el) Humbertito Grondona declaró a Últimas Noticias que Pesce estaba llamado a ser el nuevo Maradona. Nunca aclaró si se refería a Diego Armando, o a alguno de sus hermanos. Diez años después, Uriel paseaba su fútbol por el Paysandú Fútbol Club.

Suárez, Oscar: emblemático lateral derecho del Nacional 1997, de reconocida capacidad para ejecutar los saques de banda con inusitada violencia.

Torales, Carlos: recordado zaguero eternamente juvenil, debutó y se coronó campeón con el Nacional de las Estrellas en 1983, regresó a la tercera división al año siguiente, donde permanecería hasta su adiós en 1988. Desperdició un tiro penal en el clásico correspondiente a la segunda rueda del Uruguay de 1988, aunque su mayor aporte a la historia tricolor fue el de haberle hecho perder –involuntariamente y sin responsabilidad, claro está– los puntos ganados en la cancha ante Defensor, en 1982, tras haber jugado sin contrato registrado, y previa denuncia de la dirigencia violeta.

Velichco, Gualberto: arquero de enigmáticas condiciones e impredecibles performances, debutó en 1983 y prolongó su presencia hasta la Liguilla 87, disputada en enero de 1988. Alto, flaco, cabellera cuasi pelirroja y enrulada, y ojos claros, conformaban un perfil merecedor de un apodo: “el ruso”. Tras el alejamiento de Rodolfo Rodríguez, Velichco alternó en la titularidad del arco tricolor sin lograr consolidarse. Primero se repartió el arco con José Luis Sosa, luego con Mario Alles. Titular en cuatro de los seis clásicos de la Copa de Oro de los Grandes, así como en el clásico de los 8 contra 11, vivió su instante de gloria en el 2 a 0 clásico, válido por la primera rueda del Uruguayo 87, ocasión en la que atajó hasta el viento. En 1985 supo defender el arco de la selección uruguaya en 3 encuentros amistosos, bajo la dirección de Omar Bienvenido Borrás: derrota 2 a 1 ante Perú en Lima, derrota por idéntico marcador ante Colombia en Bogotá, y nueva caída ante Brasil por 2 a 0 en Recife. Tras abandonar Nacional, no volvió a jugar profesionalmente al fútbol.

Wanchope, Javier Vicente: espigado delantero costarricense. Llegó al club en 1991, aunque por cuestiones reglamentarias recién debutaría al año siguiente, con un gol marcado ante el Sol de América de Paraguay, por Copa Libertadores. Ingresaría velozmente en el ostracismo, hasta que a finales de la temporada 92 tendría su cuarto de hora, anotándole un vital gol a Racing en encuentro nocturno disputado en el Centenario. Al año siguiente pasaría a defender a Defensor Sporting, donde no alcanzaría mayor destaque. Su primo Paulo jugaba mucho mejor.

Zoppi, Julio: movedizo e histórico delantero de Huracán Buceo, en 1989 pasó a Nacional para ganar 4 torneos en 6 meses: Recopa, Copa de Oro de Mar del Plata, Copa Interamericana, y Campeonato Competencia. Debutó enfrentando a Racing Club en el Centenario por la primera edición de la Recopa. En la primera pelota que tocó, le tiró una perfecta vaselina al arquero uruguayo Balerio, que en gran esfuerzo logró enviar el balón al córner. A partir de ese momento, su estrella comenzaría a apagarse lentamente. Vale recordar que un gol suyo, privó a Nacional –en última instancia– de un Campeonato Uruguayo.

(Publicado en Guambia, 29-08-09).

9 comentarios:

Andrés Reyes dijo...

Sí, a mí tampoco me gustó.

ale dijo...

no Reyes no, es una excelente reseña digna de ser comentada, al parecer el partido Uruguay México y sus posibles ademanes captaron la atención del público de TPLMP, solo eso

Andrés Reyes dijo...

Gracias, loco.

perezvila™ dijo...

Reies.
Uste' tiene entre sus muchas cualidades, la habilidad de la prosa humoristica.
Y la humildad para enseñarnos a los que menos sabemos. felicitaciones amplias.

Bestiario dijo...

Como siempre disiento con la opinión de Reyes. A mi sí me gustó.
Ta nombrás jugadores que no vi, pero no me importa, me encantó igual

Carles dijo...

Yo voy por el lado de Bestiario, a la gran mayoría no los conozco, entonces no me produce el estallido de hilarancia habitual. De todas formas, capaz que es una cagada no? No todas las columnas pueden ser excelentes.

Sinca Bellos dijo...

La columna es espectacular, me gustaría saber que fue de la vida de Pedro Ricardo Aja, y Juan "Corazón" Ferrari, dos de las contrataciones del Nacional de las estrellas que se estrelló a poco de comenzar.

Jugaba Berrueta y el brasilero Milton Da Cruz, que arranco haceindo 72 goles un un partido (creo que) contra river y desapareció.

Andrés Reyes dijo...

Sí, pero fueron 69 goles, récord superado posteriormente por Alejandro Chilindrón, y más acá en el tiempo, por el moreno Diego Pérez.

Gracias a todos por el apoyo.

Rafa dijo...

que grande andrés...buenísimo raconto de históricos...
el ruso velichco hoy devenido en gran tambero del mítico tacuarembó rural,alto y espigado con su larga cabellera...un grande gualberto.
el niño josé luis sosa lo vi en el ocaso en el estudiantes, con unos cuantos kilos más andaba volando de palo a palo...