Habría quedado eliminado Nacional

Colo Romero antes de patear el penal decisivo: Dios no pudo escucharlo, dado que tiene otras prioridades.

Pero con dignidad. Claro, yo prefiero perder indignamente por tres o cuatro goles, a tener el penal del triunfo y tirárselo a las manos a un golero sorete (que ayer se portó bastante bien, la verdad). Pero bueno, el fútbol son momentos, y el momento de Nacional da para cortarse la chota y tirársela a un ocelote en celo.

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En instantes.

La pija.