domingo, 29 de marzo de 2009

Uruparagua

Hace algunos días alzamos nuestras voces en contra de un grupo de docentes paulistas que publicó un mapa de Sudamérica con errores flagrantes. En particular, el mapa en cuestión permutaba los territorios de Uruguay y Paraguay, amén de otros exabruptos que nos molestaron mucho menos (como la exclusión de Ecuador). Esta anécdota nos lleva a reflexionar cuán lejos estamos de esos individuos con el gentilicio tan similar y que tantas dificultades nos han sabido representar, a los que nos enfrentamos esta tarde en el Estadio.

No estamos seguros de lo que significa ser paraguayo. Sabemos que ser argentino es saberse superior, y que ser brasileño es ser feliz, buen bailarín y colorido a la hora de vestirse. Pero nadie nos ha dicho nunca nada acerca de los guaraníes, salvo que en algún momento de nuestra historia fuimos hasta allá y les dimos para que tuvieran, para quedar bien con los anteriormente mencionados. La Guerra de la Triple Alianza nos genera un sentimiento de culpa, que apenas si paliamos pensando que nuestro ejército debe haber sido siempre lo suficientemente débil como para no poder influir en el trámite de batalla alguna.

En lo estrictamente futbolístico, tampoco es que sepamos gran cosa. En el mejor de los casos sabemos que fueron los primeros en dejarnos afuera de un Mundial, que cada vez que vamos al Defensores del Chaco volvemos con las manos vacías, y que tienen un gordo de apellido Ibarra muy parecido a Alexis Noble al que apodan “el Ancho”. Haciendo un esfuerzo recordaremos que a nivel de clubes no serían nada si no fuese por el pachequista Luis Alberto Cubilla (lo cual no estamos seguros si es bueno o malo), y que casi todos los paraguayos que han pasado por nuestro fútbol han fracasado, seguramente porque no estaban preparados para competir al primer nivel.

De alguna forma nos desconcierta que sin poseer grandes figuras en el fútbol europeo, ni grandes éxitos a nivel de clubes y/o de selecciones (diría Fossati: “¿cuántas Copas América tienen? ¿Una? Nosotros tenemos catorce… hasta luego, muchachos”), siempre se las ingenien para complicarnos la vida. Pero eso no es lo peor.

Digámoslo de una buena vez: nos inquieta que vengan al estadio y nos hablen en guaraní. Por ahí a los brasileños los sacás al toque: “fora” significa “salimos”, “escanteio” es córner, “cruzamento” es centro, y así con todo. Con los argentinos ni qué hablar: “pelota parada” es tiro libre, y listo. Pero con los paraguayos se nos complica.

Todas esas palabras terminada en “y” pueden estar escondiendo tácticas y estrategias imposibles de descifrar sin los más mínimos conocimientos la lengua guaraní. Capaz que el arquero está diciendo “ojo con el negro que va bien de arriba”, o “te la tiro larga y los matamos de contra”, o “ya está todo arreglado con el árbitro, en la próximo córner tirate que cobra penal”.

Pero allí quedan nuestros ágiles ignorantes, cuestionándose la naturaleza de esos gritos en apariencia carentes de todo rigor lingüístico, mientras Salvador Cabañas toma la pelota y la clava en un ángulo.

La solución es clara: sistemas operativos de las computadoras del Plan Ceibal en guaraní. Comencemos a formar niños capaces de insertarse en el mercado laboral, y –fundamentalmente- de ganarle a Paraguay.

El 2030 está a la vuelta de al esquina.

(Publicado en Guambia, 28-03-09).

5 comentarios:

zorro d colonia dijo...

espectacular andres,no esperabamos menos de ti,para complementar tendrias que subir la cronica de marciano,brillante!!!

Andrés Reyes dijo...

Sí, cómo no, ya la estoy subiendo.

Anónimo dijo...

Jaja, muy buena!

Ojo, a Jorge Britez todos le dieron pa adelante y decian que era flor de jugador, y ahora lo meten en la misma bolsa que... por decir alguno... el propio Ignacio Paniagua o un volante que jugaba en Tacuarembó.

zorro d colonia dijo...

ta bien reyes,no te pongas celoso,es como que yo lo esté de antonio banderas,si se que soy mejor que él por más que no tenga tanta prensa

Andrés Reyes dijo...

No sé, habría que probar, Zorro.