lunes, 9 de marzo de 2009

Fútbol inviable

Al momento de escribir estas líneas, el fútbol está parado, y sencillamente se ignora si el balón volverá a correr por nuestros no tan verdes campos, dejando inconcluso al actual Campeonato Uruguayo. Lo que sigue es una breve descripción de otros proyectos de los últimos veinte años, llamados a revolucionar nuestro balompié, pero que naufragaron antes incluso de comenzar.

La sede de la AUF en el Estadio Centenario: allá por 1999, con apenas dos años de mandato al frente de la AUF, y con ese arrebato lógico que se apoderó de todos ante la inminente llegada del nuevo siglo, el nunca bien ponderado Eugenio Figueredo manifestó que la vieja Asociación se mudaría hacia la zona baja de la Tribuna América, cuya fisonomía variaría sustancialmente con la introducción de palcos vip y demás comodidades. Lamentablemente, la AUF sigue funcionando –por llamarlo de algún modo– en esa suerte de bunker gris carente del más mínimo rigor estético, concebido por algún seguidor de Julio Ribas.

El Segundo Mundialito: amparados en los 100 años de la AUF, y en que veníamos de quedar afuera en dos Mundiales (y con grandes chances de quedar afuera en un tercero, cosa que no ocurriría gracias a los muchachos que fueron al aeropuerto a sacudir a los australianos, como ya quedó demostrado en nuestro anterior contacto), el propio Eugenio dijo tener todo arreglado para la disputa de una nueva edición del Mundialito que tan gratos recuerdos le dejara a todos, especialmente al Chifle Barrios y a Waldemar Victorino. Por cuestiones ajenas a la buena voluntad del cada vez más recordado y extrañado dirigente, el petit campeonato nunca se llevó a cabo. Para festejar el centenario se colocaron incómodas butacas en el estadio homónimo, y se tiraron un par de cañitas voladoras en ocasión del match ante Bolivia por la primera etapa de aquellas eliminatorias en las que clasificaríamos gracias a ya sabemos quiénes.

La Integración: señalada como la principal forma de abandonar el ostracismo en el que se sumergió nuestro fútbol por culpa de Schiaffino (porque si aquella pelota ante Hungría entraba en lugar de quedarse en el barro éramos tricampeones del mundo, nos quedábamos con la Copa Jules Rimet, y en todo caso la hubiéramos vendido ya para pagar las deudas de Villa Española), vivió experimentos arriesgados y poco efectivos (como Río Negro y Porongos jugando la Liguilla). Finalmente, en 1999 se incluyó a cuatro equipos en la primera división, a los que sumarían otros tantos con el devenir de los años. De todos ellos, el único que ha logrado mantenerse en primera –al menos hasta la llegada de Navarro Montoya– ha sido Tacuarembó.

La Lotería Deportiva: otro de los más genuinos salvadores de nuestro fútbol, sobre la base del ya desaparecido modelo argentino del Prode. La lotería deportiva, con su triste antecedente denominado “Profu” (que no funcionó porque para participar había que –irremediablemente– comprar una entrada y ver un partido de fútbol uruguayo), era la salvación asegurada precisamente por eso: la gente haría cola para jugar a local, visitante o empate, sin la necesidad de concurrir a los escenarios deportivos y poner así en juego su vida o la de sus seres queridos. Nunca llegó a instrumentarse.

El Estadio de Peñarol: en el transcurso de su rica historia, el club de las once estrellas ha tenido varios proyectos de estadio, incluyendo uno para 100.000 personas ubicado en donde posteriormente se edificaría la Facultad de Ingeniería. El último de estos proyectos ubicaba al nuevo feudo mirasol fuera de los límites de Montevideo. Su piedra fundamental fue colocada con bombos y platillos en emotivo acto presidido por el entonces mandamás carbonero, José Pedro Damiani. Sin embargo, la construcción nunca comenzó. Vale destacar, eso sí, el diseño de ese bello escenario, adecuado a los tiempos que corren: una estética herradura techada cubría lo que vendrían a ser Olímpica, Colombes y América, en tanto que, separada del resto, sin techo y con una altura superior, se levantaba estoica la tribuna destinada a la parcialidad mirasol. Con la que la directiva parecía no querer tener vínculo alguno.

(Publicado en Guambia, 7/3/09.)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno e interesante el racconto*.
Por suerte el fútbol volvió y ya nos llenó de alegrías**

*Nunca supe por qué racconto va con 2 c (si es que va)

**Es un decir

Andrés Reyes dijo...

Gracias, loco. Nunca cambies.

zorro d colonia dijo...

buenisimo lo tuyo andres,por proyectos como esos es que pedimos,rogamos,suplicamos,al mejor estilo JC,que vuelva euge,lo del cepillo de alambre era una broma,y pondremos al hura de nuevo en la A,de donde nunca debio partir

El Nacho dijo...

Excelente resumen!
Ya no me acordaba de algunas cosas!
Lo que te faltó mencionar que atraviesa cada una de las etapas es que el futbol tuvo mil cambios de apertura clausura competencia, 2 ruedas 3 ruedas .. promedios de descenso suben 3 bajan 2 ... y todas las aberraciones a las cuales ya estamos acostumbrados.

Como siempre, muy buen trabajo!
Un grande Eugenio. El tipo hizo todo eso y todavia está libre..