Salada la canchita: es sólo una de género

Hace unos días vi la película que se llamó acá "Fuerza antigangster", un desastre la verdad. La bajé porque me gustan las de pistoleros y pandillas, y ésta parecía ser una revisión de ese género que me dio tantas satisfacciones. Y no es que "Fuerza..." no cumpliera con todas las convenciones que han hecho grandes a sus antecedentes: acá había ametralladoras por doquier, malvados, policías, mujeres fatales y todo tipo de peripecias entre bandas. 

El problema es justamente el contrario: que no falta ni un solo clisé de película de gangster repetido al máximo, la trama es previsible y hasta un poco tonta, el malvado (Sean Penn) parece de dibujito animado y no sólo por el maquillaje. Todo demasiado berreta e inverosímil, incluyendo la pelea final en que el protagonista está apuntando con un arma a Penn, que no tiene ninguna y -al contrario de lo que haría yo- tira el revólver y se agarra a piñas, sabiendo que su rival fue un boxeador exitoso.

Es que hacer un film de género (ya sea policial, comedia, western, musical o de acción) no es tan fácil como muchos creen. Me refiero a hacerlo bien, teniendo algo para contar. En el caso de "Gangster squad" (nombre original de la película reseñada arriba) no hay nada que ver. No hay una mirada personal sobre el género ni el menor interés de hacer algo diferente. Nada.

Durante décadas existió el prejuicio entre críticos y similares que "una de género" era una película inevitablemente menor, comercial, "pasatista" y que no se podía elegir una de esas en las listas de fin de año. Como si toda adaptación de un escritor famoso fuera una obra maestra. 

Eso les llevó a tirar al costado a algún crack, se me ocurre a Alfred Hitchcock (*) como el más célebre, reinvindicado más tarde -un poco exageradamente, me parece a mí- por alguna crítica francesa un poco pasada de rosca. Después que se asentaron las aguas y en estos tiempos en que nadie se pelea por discutir una película y que cualquiera se puede hacer una filmoteca en su casa sin pagar un sope, nadie siente vergüenza por ser hincha de un género y seguirlo, sin importarle quien ganó la Palma de Oro en Cannes. Es más, me atrevería a afirmar que últimamente Hollywood sólo hace films de género.

Salada la canchita, una sección amplia de cabeza -creo yo- se complace en presentar un film reciente, una aventura medio de cine catástrofe -como que se hace bosta todo el planeta La Tierra- bien hecha (no como la que mencioné primero) y con un par de ideas que quedan picando después de terminada la proyección. Estamos hablando de 2012, del habitualmente ampuloso y desabrido Roland Emmerich, culpable de las desastrosas "Día de la independencia", "Godzylla" o "Stargate", pero que últimamente parece que aprendió un poco.

  


(*) Hitchcock va a ser homenajeado acá en cualquier momento.