miércoles, 30 de octubre de 2013

Cien días

  Foto: Marcela Gimenez, concurso Instantes de verano 2011

Antes las vacaciones de los botijas duraban, por lo menos, cien días. Pero de un tiempo a esta parte, con la proliferación de los hogares donde ambos cuidadores trabajan, se acabó la fiesta. 

Se nos está terminando octubre. Las empresas empiezan a pedir nuestros planes de licencia y los colegios, el pago de la reinscripción por adelantado. 

Es otro Uruguay. El gerente de Nuevo Centro Shopping sale en todos los informativos en horario central declarando que “a la clase media lo que la hace feliz es consumir”. Y las vacaciones no quedan afuera de esta nueva lógica, se han convertido en un producto más, un símbolo de status y otra cuenta para meter en la tarjeta de crédito.


¿Cuántos de los que hoy tenemos más de 30 años vacacionamos en el exterior, viajamos en avión o nos hospedamos en un hotel antes de cumplir la mayoría de edad? Calculo que muy pocos. 

Estar de vacaciones era tomarse el ómnibus y bajarse en “la malvín”. Como mucho metías un Shangrilá, y te sentías un “botija viajado” solo porque te habías tomado un interdepartamental. 

Ni qué hablar de la gente que vive en el interior, de los balnearios de río, de todas esas cosas que los citadinos no vivimos o lo hicimos de prestado solo para poder contar la anécdota una y mil veces. 

Desde que los chiquilines cumplen horario como nosotros, sus padres, también les recortamos el cielo de las vacaciones. Esa eternidad de jugar, merendar, bañarse y volver a jugar está en vías de extinción. Tienen quince o veinte días de actividades recreativas planificadas igual que nosotros. 

Quizás como una forma de rebelarse contra ese asalto a la inocencia se enferman en la víspera. Salen a la pesca de cualquier virus o bacteria para recordarnos la inutilidad de la agenda, la impertinencia del “check in” en sus coordenadas de tiempo infantil.

Atrás quedaron los ómnibus capitalinos con arena en el piso, sillas playeras y sombrillas calvadas en los riñones de los incautos pasajeros. Las heladeras de espuma plast con jugolín de frutilla y refuerzos de mortadela. La felicidad a precio de un boleto.

Ahora si les preguntás por las vacaciones, capaz que muchos chiquilines de Montevideo te hablan de la costa de Rocha, Maldonado o Canelones. Todavía quedan los que se van al interior a visitar algún abuelo. Pero está claro que la diversión ya no pasa por jugar al calor de la vereda, al menos no para "la pujante clase media" a la que alude Juan Carlos Nuevo Centro.

Y sí, estamos reiterativos. Nos estamos poniendo viejos, los pequeños nacen y crecen. Uno proyecta en ellos la infancia propia y la siente tan ajena, tan distinta en varios sentidos, que no puede dejar de preguntarse si acaso cuando aceptamos cambiar playas por shoppings no hicimos un pésimo negocio como sociedad.

34 comentarios:

Mauro M. dijo...

En casa había un pesito cuando eramos chicos (después no quedó nada...) y se podía meter Piriápolis, Minas o Santiago Vazquez (río Santa Lucía) gracias a las bondades de un club allí situado. Eso era la gloria! Además, viviendo en Sayago la playa estaba lejos, entonces entre semana se hacía vereda y sábado y domingo se salía.

Mauro M. dijo...

Exterior antes de laburar en serio? Solo una vez porque mi tío vive en Brasil y pagó hasta los Garotos (los bombones, soretes!) que trajimos. Si no en foto nomás...

Mauro M. dijo...

Ahh, el señor Juan Carlos Nuevo Centro es el padre de los Novick, uno juega en Fenix y el otro corre en Peñarol. Esta forrado el veterano y se juntó con dos nenes de aquellos para ensartarnos otro yopin: Lecueder y Salgado.

Ce dijo...

Debo decir que soy de los oligarcas que pudo viajar al exterior y en avión antes de los 18. Igual creo que fue una o dos veces. De todas formas, antes de sacar el pasaporte mi vieja me hizo recorrer y conocer casi todo el país en auto (país no costero incluido) en diferentes vacaciones, lo cual agradezco.

Ce dijo...

Gracias, Maca, por decir "espuma plast" en vez de "Telgopor".

Am I Evil? dijo...

Pero no sé si son necesidades que los pibes de hoy tengan. Para muchos es una realidad que no conocen y por ende no añoran.
Me parece que es algo más de nosotros, de las generaciones más grandes que sí convivimos con todo eso y que vemos con tristeza que ha ido desapareciendo y proyectamos eso en los niños de hoy que lo único que quieren es jugar al play.

Am I Evil? dijo...

Aclaro que pienso que está mal, me encantaría que los pibes de hoy día se pasen todo el ídem en la calle jugando como hice yo de chico, es más, con 25 me gustaría hacerlo a mí hoy por hoy.

El Maxi dijo...

Mi infancia transcurrió en una zona rural, lejos de la ciudad y la costa. Iba a la playa solo cuando mis padrinos se iban a acampar a Santa Teresa y me llevaban con ellos, ya que mis viejos laburaban y además no eran muy adeptos al mar. Pero jamás me aburría en mis vacaciones. Tenía unos vecinos (a 500 mts, a eso se le llama vecino en el campo) con los que me juntaba casi todas las tardes a jugar, o si no jugaba con mi viejo (que por suerte trabajaba en casa) al fútbol. A pesar del play y la computadora, donde yo vivo lo de jugar en la calle por suerte no se ha perdido. Y ojalá nunca se pierda, porque verlos siempre me recuerda a mi niñez.
Y jamás viajé en avión. Ni de niño ni ahora de grande. Y lo más lejos que estuve de mi hogar fue Santa Fé. Las playas de Brasil las conozco gracias a las comedias del 12

zorro d colonia dijo...

mi reino por una montaña! toy re podrido de playas.Por eso el finde por mas que al ojetudo de vazquez melo se le antoje decir que se va a pudrir todo,me voy a tirar unos tiritos al campo,y a la mierda perro

Macarena dijo...

Estimado Zorro:

Ojalá no le pegues a nada, y disfrutes del paisaje.

Perdón, pero el vegetarianismo me puede.

Master dijo...

Mi niñez fue miserable, jugaba como loco con gurises de mi edad, era muy humilde y vivía en la periferia de Fray Bentos, si es que eso existe sin llegar a ser un campesino pobre... Después hice fútbol y me iba bien, llegué a ser golero suplente de la selección, me quisieron llevar a Mvd de niño, mi vieja dijo que no, que primero estaba el estudio, a los 16 años perdí 2 grados por ratearme al liceo 2 años seguidos, mi primer beso fue con una mina que era un sueño, al otro día se cambió el peinado y no la reconocí, nunca más me habló en la vida y hoy día me sigue dando vuelta la cara (aunque ta no es linda), mi primer amor de verano fue una chica de Bs As el amor duró 8 meses y nuestro primer beso me senté en un hormiguero fue re lindo OJALÁ LA INFANCIA APRENDA Y DEJE LA PLAY SEAN FELICES COMO YO.

Fin.

Master dijo...

De mi niñez recuerdo el fútbol, las moñas, los cuadernitos con la cara de Varela que nos daban, cagarnos a palo con compañeros de clase.

Vacaciones cero, nada, mi primer salida familiar tenía 13 años y nos ibamos a piriápolis al casamiento de un tío. Avión recién hace 5 años por mi laburo.

Master dijo...

Zorro si te cruzas un Jabalí y te habla pegale 3 tiros, seguro sea nuestra diputada..

zorro d colonia dijo...

Maca,en mi idioma "tirar unos tiros" es darle al tinto duro y parejo hasta matar la damajuana,que junto con uno es lo único que va a morir éste fin de semana.No te asustes,soy tan inofensivo como un vaso de agua...

zorro d colonia dijo...

pero a la vez te agrego algo:las plantas mueren para que vos seas vegetariana,ojo

Diego Floyd dijo...

Maca, mi infancia fue tal cual la contaste.

Con mi vieja y alguna vecina comedida metiamos el 183 a Pocitos o el 526 a la Malvín. Ya de adolescente la barra se animaba al 173 - Playa verde.

Era patear una pelota en la lleca todo el día hasta que no hubiera luz y después escondida hasta que las velas ardan, porque estaba bueno no tener escuela. Eso eran las vacaciones.

Creo que ahora meter una piscina de esas infladas o estructurales y hacer placita más seguido con ellos los acerca -aunque sea un poquito- a lo que estuvo bueno. Tampoco veo mal en esos 15 o 20 dias de licencia planificar algo especial, que los saque de Montevideo, acampar por ejemplo les da vivencias únicas e intransferibles.

Ce = cheto
Zorro = cazador de mulitas
Resto = putos

Ce dijo...

Zorro, en tu idioma "tirar unos tiros" es empomarte un traba.

Master dijo...

¿Es cierto que a Zorrín le dicen Tatú del desierto?

Macarena dijo...

Jajaja...

"la diversidad es como la ensalada de frutas"

Hoy escuché eso en una obra para botijas que trata de aproximar a la botijada de las escuelas al maravilloso mundo de la corresponsabilidad. Me encantó.

A veces me gusta mi trabajo y todo...

¡Los quiero!

P.D.: Los vecinos de la otra cuadra arman en verano una picina grandota en la vereda. Sí, sí, en la vereda! Unos grandes. Esas cosas me ponen de buen humor...

zorro d colonia dijo...

Ce,que nunca falten

zorro d colonia dijo...

en la vereda para que se zambulla toda la barriada? buenazo!!

Macarena dijo...

sabelo! es eso o en verano tienen más hijos que en invierno, lo cual sería un tanto extraño :P

Am I Evil? dijo...

Meter escondida de noche era lo mejor.

Diego Floyd dijo...

patear tachos de basura, ring-raje y esconderte de las razzias @nite

Diego Floyd dijo...

Mi viejo contaba siempre que de pendejo cuando vivía en el cordón un verano pusieron municiones en los rieles del troley justo al final de una bajada que enseguida metía curva.
Resultado: el troley se salió de los rieles y se incrustó en la farmacia de la esquina.

Remataba el cuento con , antes éramos traviesos, pero no había maldad...

Diego Floyd dijo...

ahí va, yo quedaba igual que ustedes sin poder decir nada

Mauro M. dijo...

La escondida a eso de las 8 de la noche era genial, pero en la república de Sayago te morfaban los mosquitos. Cuando bajaba el calor futbol, basquetbol, bici, bolita y toda mierda al aire libre. De 14 a 17 encanutados, ya en la era del family game.

Mauro M. dijo...

Con unos amigos poníamos piedras y monedas en la vía del tren, también para "ver que pasa". Las monedas quedaban hechas una hostia, bien finitas! Hasta que nos vio el veterano de la casilla de AFE y nos corrió como 10 cuadras, por la vía! Nunca más volvimos...

Ce dijo...

Una vuelta estábamos jugando en el fondo de casa y un vecino le rompió tanto las pelotas al perro que el perro se calentó y le mordió el pene.

zorro d colonia dijo...

y dale con los penes

Ce dijo...

Otra vuelta un amigo quiso subir a una reja para agarrar unos nisperos y se resbaló, se cayó y se clavó la reja en la gamba. Con mi primo tuvimos que desengancharlo y llevarlo a la casa. Ja ja.

Macarena dijo...

Un botijas "con los ojos en la nuca". Qué me vienen con el día del futuro y esos inventos!!! jeje

Lindos recuerdos. Ojalá la botijada nueva pueda armarse un buen paquetito de memoria que le ayude a aguantar el resto del camino...

zorro d colonia dijo...

Ce,me pasó algo parecido pero en un ciruelo,me refalé y me clavé un tuco de rama en el murrlo. Me sacaron entre mi hermano y un amigo y tuvieron que darme como chiquicientas puntadas,justamente quien hoy es intendente de Colonia.
Contaba yo con hermosos 14 añitos

Am I Evil? dijo...

Cuántos vidrios de vecinos rotos con la pelotita y cuántas pelotitas pinchadas por los vecinos también.
Mi infancia la viví en el Prado, había un viejo que cuando estaba sobrio era bien, pero eso no pasaba muy seguido y como le molestaba que andubiesemos en bici llenaba la calle de miguelitos.
Ah! También se le daba por matar a tiros a los perros del barrio.