jueves, 31 de diciembre de 2015

Que te la saque el forense...

Terminó el año 2015 -en unas pocas horas- y mientras la gente se empacha y/o emborracha, gastando en una semana el medio aguinaldo y más, se desea felicidades y concreciones de proyectos, que envidiarán con toda el alma -una vez restablecidos del derroche- si se llegan a realizar.

Es tiempo de hacer balances, pero no los vamos a hacer aquí. Ni siquiera porque ésta es -definitivamente- la última columna de fútbol (y ainda mais, por cierto) en este blog de un servidor, esperando que algún otro gil se tome este trabajo de aquí en más, con la única recompensa de que te vas a poder expresar aunque todos van a mirar únicamente las fotos de mujeres.


Año nuevo, avatar nuevo
A fines del 2014 hicimos lo mismo:  nos despedimos solemnemente, casi con lágrimas en los ojos, hasta publicamos -bueno, no exactamente- un libro virtual recopilatorio y llegamos a dar consejos -seguramente dada nuestra experiencia en fatigar redacciones- a alguno que andaba programando una columna que intentaba sucederla. Pura bulla, al poco tiempo le pedí a Reyes volver a hacer lo mismo -suerte que no me había puteado con el popular humorista nacionalizado sayaguense- y aquí estaba hasta ahora.

Como dicen muchos dirigentes cuando echan a la mierda a un técnico porque no le ganan ni a Tabaré, creo que un ciclo se ha cumplido. Lo que se tenía que decir ya se ha dicho y,  aunque en los meses del retorno creo que he escrito algunas cosas interesantes -capaz que me equivoco miserablemente y la gente se codea al leer ésto- y tampoco voy a empezar a creerme que la solución de los problemas del balompié nacional y mundial, pasa por darme pelota a mí.

El tema es, y otra vez repito una de esas frases que algunos copian robóticamente y otros la sienten, cuando llega el miércoles o el jueves, cada vez cuesta más pensar algo para ir metiendo acá. Algo diferente pasa, sin embargo, con la columna hermana de la Canchita, que -si la gente no dispone lo contrario- tiene cuerda para rato.

Detesto como pocos las despedidas. No sé si es por eso o por carencias personales que me faltaron algunas importantes. Como pasó en Brecha, que me volaron a través de terceras personas sin darme la oportunidad de defenderme o de corregirme o de mejorarme. O de mandarme a cagar, ¿no?. Se va un año de mierda en lo personal, excepto por el conocido fin de secundaria. Espero que haya sido mejor para vosotros y la mar en coche.
¿La isla de la derecha es Japón?

ME TENÉS PODRIDO, ME TENÉS...
Sale todos los días en el noticiero propio de ESPN: le dicen el "Not Top Ten" y consiste
en un ranking decimal de supuestas situaciones divertidas. En realidad, se trata de goles en contra, patadas fuertes, goles errados y poco más, alguna curiosidad interesante de vez en cuando.

Claramente el formato no da para descubrir diez cosas divertidas o llamativas 365 veces por año y ahí terminan entrando cualquier pifia que termina en gol -como le ha pasado hasta a los grandes cracks- o un tiro cerca del arco que el delantero -id., como a cualquiera- siempre iguales unas a otras.

Los textos supuestamente graciosos se repiten interminablemente -¿cómo inventar algo ingenioso todos los días cada vez que un defensa va a sacar una pelota difícil y la clava adentro?- pero parecería que a la gente le gusta. A mí ya no.

QUEDATE TRANQUILO, STURLA
¿Spiderman?
No es que vaya a aprobar con mi voto el pedido del Obispo de Montevideo de que los
curas puedan manejar en pedo. Si dejaran de violarse niños, les permitiría unas buenas copas. No, estoy hablando de que esta última columna no va a tener mujeres desabrigadas, pese al rigor de este verano.

No busquen en vano ni una foto de las tetas de la hermosa Naomi Watts -quien nunca había sido invitada a esta columna que yo recuerde- ni un video de una actuación cinematográfica de mi amiga Noelia Campo, porque no las van a encontrar. Un poco de decencia, canejo.

Sí vamos a incluir fotos de productos un poco fallados o cosas como la foto central, por ejemplo, de un muchacho bastante presentable, que habría encontrado una extraña forma de protestar. El tablero no se quejó.


NO SE VAYAN PARA EL OTRO LADO
Es conocida mi prédica en solitario sobre la manía de cambiar innecesariamente las camisetas de uno (o ambos) cuadros aunque no haya posibilidad de confusión. Por no darme pelota, la plana mayor de la dirigencia mundial está procesada actualmente. El mensaje ya está enviado y esperamos, sin demasiadas esperanzas ya, que las cosas vuelvan al lugar de donde no deberían haber salido y podamos volver a ver un partido de fútbol con los colores típicos de cada uno, sin boludeces de segundos y terceros "equipamientos".

Ahora, cuando los dos cuadros tienen el mismo diseño (o muy parecido) tampoco vamos a ser tan necios. Está claro que si juega Nacional con Danubio, uno tiene que cambiar porque la diferencia -la banda negra de la gente de Maroñas- es muy poca como para no confundir a cualquiera. No lo entienden así en la liga de Mexico, que más fagaldianos que un servidor jugaron la final decisiva del último campeonato con dos equipos (Tigres de Monterrey y Pumas del DF)... de camiseta amarilla ambos.

Pruebas al canto: 


DEJALA POR AHI
Tendría que hacer un largo texto a modo de resumen de la prédica que aquí se defendió: que no se puede tolerar que te rompan la cabeza por perder un partido o por ser hincha del rival; que al fútbol se gana con talento, trabajo y un poco de suerte; que desde que se tiró para un costado a los amigos de Paco del control de las selecciones y se decidió hacer una planificación seria y profesional se consiguieron numerosos resultados positivos; que se sanatea mucho y se piensa poco.
Hay un topo entre nosotros...

Me gustaría que el fútbol pudiera volver a ser un motivo de disfrute y no una ocasión para que dirigentes prestigiosos, trajeados y engominados por un lado y barrabravas piojosos, desprestigiados y desaliñados por el otro les afanen hasta el banderin del corner.

Que no se tome a la selección como un equivalente de eso tan discutible como la Patria -así, en mayúscula- y que se incentive la práctica de la actividad física -no necesariamente del deporte profesional- a jóvenes y no tan jóvenes en estos tiempos de sedentarismo feroz, de incomunicación y de comida basura.

Sólo con eso, ya tendríamos un mundo mejor.

QUEDATE TRANQUILO, CARLES...

Bloopers de fútbol...

... de bodas...

...y de "Duro de domar" X 3. Como para despedirme con toda la dureza.

 

 

16 comentarios:

Cabet dijo...

Bien Fagalde. Te retiraste de esta columna en tu mejor momento.
No como Kobe o W. S. Abreu G. en sus respectivas disciplinas

Alvaro Fagalde dijo...

No creo que esté en mi mejor momento, pero se agradece.

dollo dijo...

Una despedida a lo grande.
Con un columnún.
En lo que a mi respecta se "estrañara" su "coluna" de futbol.

#FagaldeNoAcaba

William Fagundez dijo...

Salú y a continuar con las coumnas!
Minas desnudas habra y fobal que criticar tambien. Salute
uno de los que lee y poco comenta.

LaSordaDeMierda dijo...

Noooo Faga nooooo, no nos hagas esto

Snyrar dijo...

Yo te empece a leer hace un año. Ha sidol un año de mierda pa mi tambien, en parte. Me gusta como escribis y algunad ideas que tiras.

Que el cotillon de la vida te encuentre en pleno trencito carnavalero

Unknown dijo...

#FagaldeNoAcaba

Alvaro Fagalde dijo...

Ojalá. Me ahorraria bastante guita en pildoras.

Alvaro Fagalde dijo...

Soltame, Sordi.

Alvaro Fagalde dijo...

Gracias, Snyrar. Bienvenido.

Unknown dijo...

#fagaldenoacaba

Estaremos al firme con la canchita de todas maneras mientras exista la columna o el bló, lo que se termine primero

Unknown dijo...

Feliz año nuevo a todos, que los coja bien parados y puedan acabar bien.
salud!

Am I Evil? dijo...

Che. Viene chaucha este dos mil dieciseis (2016).

Carles dijo...

Muy buenos los blupers, como para arrancar al cementerio norte escuchando al Darno en el walkman.

Mauro M. dijo...

Se va mi mentor, ese al que siempre voy a agradecer por haberme dado la oportunidad de escribir acá.

Vamos a extrañar la calidad, puntualidad y regularidad de Fagalde.

Salú patrón!

Alvaro Fagalde dijo...

Yo no me voy ni me acabo, Maurin.

Se va la columna, aunque capaz que mejor la tercerizamos.