lunes, 18 de julio de 2011

Homenaje a los grandes columnistas (5)

Continuando con la rotación de espacios que hacemos lunes a lunes, esta semana toca el turno a un nuevo Homenaje a esos columnistas que han hecho de este blog uno de los preferidos entre las señoras de la tercera edad.

Queremos dedicarle el programa de hoy a una persona que supo cuidarnos con sus consejos y recomendaciones sobre la seguridad vial, pero que últimamente ha reducido sus columnas a alguna entrada esporádica.

Alguien que nos enseñó la diferencia entre una caja de cambios y un cenicero de Fiat 128...

Un ser humano excepcional, que nos aconsejaba que color elegir a la hora de hacerle chapa y pintura a nuestro Fusca 62, o que calcomanía debíamos pegar en la luneta de nuestro Maserati Quatroporte GT Full...

Hoy le brindamos este homenaje con la intención de hacerlo recapacitar. Para que vuelvan sus columnas, sin las cuales nos sentimos desprotegidos...
Desamparados...
Desnudos...

Y sabemos que desnudos somos una tentación para el siniestro Fajalde.


HOY: SINCA Y SU MANUAL PARA EL CONDUCTOR.


Hace ya bastante tiempo, y después de rendir el correspondiente examen, obtenía yo mi libreta de conducir, al mismo tiempo que me compraba mi primer auto.
O eso fue lo que me hizo creer el sorete de la automotora, que me convenció que cualquier cosa con cuatro ruedas y un motor ya era considerado un automóvil.

Ya con el carnecito ese que te habilita, y el cascajo al que aquel vendedor llamaba "coche" debidamente lavado y encerado, me preparé a conciencia y repasé las leyes de tránsito para lanzarme a la aventura de manejar.

Pero con el correr del tiempo empecé a sospechar que algo andaba mal.
En las calles de Montevideo los automovilistas no conducen como si esas leyes fueran válidas.

Decidí entonces realizar un estudio para comparar el comportamiento de la gente al momento de sentarse al volante, con lo que decía la fría letra de las leyes.
Pero lo haría como si fuera un observador objetivo que desconociera las normas, observando las conductas de los demás, para luego deducir cuáles deberían ser las regulaciones que explicaran los procederes.
Dicho de otro modo, haría las cosas al revés: en base a la forma en que veía que los conductores se comportaban, trataría de armar un Nuevo Código de Leyes de Tránsito.
Luego de unos meses, las conclusiones me llevaron a crear el siguiente reglamento:

- La calle es suya, solamente usted tiene derecho a circular por ella. Los demás conductores tienen la obligación de saber esto y hacerse a un lado, siempre.

- Los espejos retrovisores sirven para retocarse el maquillaje, revisar si se tiene comida entre los dientes y dotar al vehículo de un mejor perfil aerodinámico. Utilizarlos para ver a los vehículos que vienen detrás es de pusilánimes.

- La distancia que se debe guardar con el vehículo que viene adelante no tiene nada que ver con la posibilidad de un choque. Es correcto acercarse al mismo tanto como sea posible sin tocarlo, especialmente si usted conduce un camión, un ómnibus o una camioneta gigantesca.

- Los peatones son formas de vida basadas en el carbono, que están estructuralmente poco reforzados. Su peso promedio es de unos 75 kilogramos. Usted conduce una máquina de más de una tonelada compuesta en gran parte de acero. Los resultados de una colisión son evidentes. De manera que puede perfectamente ignorarlos.

- Las luces de giro son unos artilugios decorativos que los del departamento de marketing de las compañías fabricantes de automóviles les ponen porque quedan bonitas cuando parpadean alegremente. No tienen otra utilidad. No es necesario encenderlas cuando se va a girar (recuerde, la calle es suya). Si un vehículo cercano las utiliza, tampoco es que ustede deba dejarle el paso para que gire. Lo que ocurre es que el conductor quiere presumir de lo hermosas que son sus lucecitas.

- Las luces intermitentes (balizas o pica pica), en cambio, le dan a usted el derecho a detenerse en cualquier lugar y momento y dejar el vehículo detenido en medio de la calle mientras, por ejemplo, se compra una revista, acude a una audiencia judicial o toma clases de ikebana.

- El vehículo de mayor tonelaje tiene derecho sobre el de menor tonelaje en cualquier circunstancia. Simple sentido común.

- En una bocacalle, el derecho de paso lo tiene usted. Siempre.

- Mantener las dos manos sobre el volante es propio de gentes sin carácter y de viejtos impotentes. Conduzca con una sola mano y con la otra hable por teléfono celular, fume, moleste a su acompañante, tome café, coma spaghettis, reparta sopapos entre los niños revoltosos o complete un crucigrama.

- Las señales que indican velocidad máxima están puestas para que los pájaros hagan allí sus nidos.

- Si usted está esperando que cambie la luz del semáforo y tiene un vehículo adelante, el tiempo máximo que se debe esperar desde la luz verde hasta ponerse tocar bocina furiosamente es de una décima de segundo. Sin embargo, si el vehículo que está primero en la fila del semáforo es el que usted conduce, puede irritarse por la bocina del impaciente que viene atrás y demorarse a propósito para enfurecerlo.

- Es válido empujar con su vehículo a otro que está estacionado a fin de aumentar el espacio disponible para su propio estacionamiento. Si el conductor del otro vehículo no quisiera que le abollaran el paragolpes, debería haber ido a un parking.

- Las líneas pintadas en las calles no indican carriles ni nada de eso. Las pintan porque quedan lindas, y probablemente porque haya todo un negocio detrás de eso. Lo mismo ocurre con las cebras, que se colocan para darle un poco de color al gris pavimento.

- Los ciclistas son una ilusión óptica.

- La bocina de su vehículo tiene poderes mágicos. Sirve para hacer desaparecer los embotellamientos de tránsito, cambiar el color de los semáforos, hacer que las mujeres bonitas se fijen en usted, corregir las conductas imprudentes de los demás automovilistas y poner de un humor excelente a todos a cien metros a la redonda. Siempre que la utilice usted. Los otros conductores tocan la bocina porque son unos desconsiderados, impacientes, molestos y maleducados.


Luego de asumir que esta es la biblia del conductor según la cual debo conducirme en las calles, me siento más seguro.
Tanto es así, que he decidido eliminar los cinturones de seguridad, para poner en su lugar una hamaca paraguaya.


Para redondear esta entrada, y sólo para hacer calentar al Sr.Director al que le gustan las columnas cortas, alargaremos este Homenaje al más sabio de los componentes de este blog en materia vehicular, con una lista de 10 excusas para justificar un exceso de velocidad frente a un inspector de tránsito.

1 - Es que quería llegar rápido a mi casa antes de que se me acabara el combustible.

2 - Estoy por dar a luz... No, ¿cómo voy a estar embarazado? Es que soy electricista.

3 - ¿Cuál es su sistema de referencia no inercial? Para mí en este momento usted está girando alrededor del eje terrestre a 1669.79225 km/h. ¿Y acaso yo lo detuve?

4 - Soy una entidad extraterrestre del planeta Zorg, y he tomado posesión de este cuerpo. Lléveme con su líder, terrícola.

5 - Mi automóvil fue fabricado en la República de Kasmerovia. Allá los kilómetros tienen 400 metros. Así que yo venía a 60.

6 - ¿¿Pero cómo?? Vengo borracho, drogado, medio dormido y hablando por teléfono, ¿y usted me detiene por exceso de velocidad? Pero qué irresponsable!

7 - Lo siento, pero no puedo aceptar su medición. Me opongo al sistema métrico decimal. ¡No puede detenerme por ser opositor! ¡Muerte al tirano! ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!

8 - No es posible que yo estuviera circulando a 190 kilómetros por hora. Apenas llevo conduciendo quince minutos.

9 - Soy alérgico a los radares, intentaba pasar el puesto de control antes de que me diera un shock anafiláctico.

10 - Tiene usted toda la razón, oficial, hágame la multa. La única razón por la cual le estoy diciendo esto, es que de otra manera la lista tendría nueve puntos, y yo ya había dicho que eran diez.


Si luego de utilizar todas estas excusas no consigue enternecer al Sr. Chancho para que no le haga la boleta, pruebe con el infalible y siempre efectivo 200 pa la Coca...

Hasta una próxima entrega.
Salud.

15 comentarios:

Detaquito dijo...

- Los ciclistas son una ilusión óptica.

CLAP CLAP CLAP!
Al fin alguien que se da cienta y lo escribe!
Si les gusta andar en bicicleta hagan como Wynans, manga de catadores de esperma!

Excelente columna!

perezvila™ dijo...

Lleveme con su lider , terricola!
Me dan ganas de tener auto y que me paren para usar esa....

zorro d colonia dijo...

mientras tanto podes usar ésta!!!

zorro d colonia dijo...

GOLAAAAAZOOOOO!!!!

Nacho dijo...

A mi me gustó lo de las clases de ikebana.


Superlativa columna.

Detaquito dijo...

Zorro, la engalanaste!

pipicui dijo...

Si no fuera que es mía, diría que una porquería de columna.

zorro d colonia dijo...

mire que hacerle un homenaje al pelao puto ese

klandestino dijo...

Detaquito... la tenés adentro.
Seguro nunca pudiste dejar de usar las rueditas.
Igual te bancamos, ojo, que no se mal interprete mi comentario...

Carles dijo...

¿Lo de Pipicui es de mamadera o es que está agrandado y nos demuestra (con total éxito hay que decirlo) que es capaz de suplantar a cada uno de los columnistas de este blog.?

klandestino dijo...

Pa mi que pipicuí es chileno

Alvaro Fagalde dijo...

Klande: te despido aquí. Un gusto de conocerte.

Te metiste con Deta.

Fuiste.

pipicui dijo...

Kessman es Kessman.
Y Detaquito es un salado.

pipicui dijo...

Carles, ya estoy trabajando en unas I.A.P. "en honor a vos"... No te descuides!

Sinca Bellos dijo...

Gracias querido Pipi, com dice Carles, no es necesario que escribamos nosotros.

Zorro, porque no escribis una columna, asi Pipi te hace un homenaje y yo puedo decir "para que homenajean a ese Puto?"

Puto