Qué curioso

Digame si cuando conoció la noticia del accidente de Michael Schumacher (que hasta ayer era un sorete que no fue capaz de frenar el día que Ayrton se hizo moco, y que ahora es el teutoncito querido... ¡qué sponsor el coma inducido!), no pensó algo así como "pero mirá lo que son las cosas, un tipo que se pasó su vida yendo a 340 kilómetros por hora, la viene a quedar andando en esquí".

Pues bien, señor, señora: sepa que la historia del deporte está plagado de ejemplos de deportistas de elite, que durante sus carreras pusieron en riesgo su vida, para terminar perdiéndola o malográndola de las formas menos decorosas posibles.

Mientras confiamos en la pronta recuperación del piloto alemán, le invitamos a repasar el listado.

1. Colin Mc Rae
El hombre era un as del volante, fue campeón del mundial de rally (el posta, no el de Trelles) en 1995, y subcampeón en 1996, 1997 y 2001. En 2006 se retiró. Un año después, y mientras aseguraba que andaba con ganas de volver, se hizo carozo en un helicóptero que él pilotaba, y en el que también viajaba su hijo mayor (de 5 años, el Johnny; también tenía a la Hollie, que como era chiquita se quedó en casa) y un par de amigos. Los cuatro perecieron. Hay una saga de videojuegos con su nombre que, curiosamente, lanzó su última entrega luego de fenecido el hombre, que como todo buen escocés, nos cae muy bien.

2. Carlos Monzón
Fue uno de los mejores boxeadores de la historia. No lo digo yo, que no sé diferenciar un uppercut de una engrampadora. Lo dice la revista "The Ring", que con ese nombre, debe ser flor de revistún. Como todo buen boxeador tenía una vida complicada desde lo doméstico, tanto que en cierta ocasión, mientras usufructuaba una salida transitoria tras haber sido juzgado culpable de asesinar a su esposa Alicia Muñiz, se hizo caroso automovilísticamente.

3. Marco Pantani
Era ciclista, y de los buenos. Pero pudiendo haber sido embestido por un camión, tal como le pasó a nuestro querido Milton, el hombre espichó por sobredosis de merca. Qué tema el de los ciclistas y la falopa, ¿eh, amigos? Desde las anfetas hasta la efedrina, pasando por la Yerba Armiño y el novoprén.

4. Xavier Tondo
Muertes tontas como la del citado ciclista español, pocas: parece ser que el hombre salía a entrenar, cuando la puerta de su portón PPA lo apretó contra su auto. Y ahí nomás espichó el pobre Xavi. Creer o reventar.

5. Samuel Wanjiru
Era uno de esos keniatas a los que te conviene tener de amigos en facebook, porque los llamás y te salvan una San Felipe y Santiago o una San Silvestre. Cuestión que el afrodescendiente le estaba siendo infiel a su esposa, cuando ésta llegó, y los encerró en el cuarto (a él y a su amante). El Samuel, lejos de hacer lo que mejor le salía (salir corriendo) optó por saltar del balcón, cual Emanuel Ortega. Como resultado, un keniata menos.

6. José Luis Cuciuffo
Todos lo recordamos por dos cosas: fue campeón del mundo en 1986, y tenía un apellido gracioso, como de payaso que alegra tu fiestita. Lo cierto es que pudiendo haber muerto tras recibir un codazo del indio Morán, el tipo feneció cuando su arma de cacería (la que sostenía entre sus piernas, con el caño apoyado sobre su vientre, según las crónicas) se disparó por motivos no del todo claros.

7. Didier Pironi (aporte de Zorro)
Parece que era un piloto de Fórmula Uno. No de los más famosos, no de los más veloces. Pero se revolvía, tipo un Jean Alesi, tipo un René Arnoux. Lo cierto es que en 1982 tuvo su campaña consagratoria al volante de una Ferrari, con la que finalizó en el segundo lugar del campeonato debido a que chocó a su compatriota Alain Prost para luego hacerse moco. Luego intentó volver a la Fórmula Uno, y como no tuvo suerte, se dedicó a las lanchitas. En una, llamada "Colibrí 4", cantó flor junto a un amigo y un periodista con los que salió a dar una vuelta.

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