miércoles, 4 de septiembre de 2013

¿Por qué tener un botija?




¿Y por qué no? Cada uno tendrá sus argumentos. Muchos otros no tuvimos la necesidad o la oportunidad de argumentar nada. No siempre es una decisión racional, a veces es sencillamente el devenir de una relación*, el feliz resultado entre querer y poder. 


¿Querer qué?

No pensar tanto y exclusivamente en nosotros. Que ese nosotros crezca, como quien acuna la masa madre debajo del repasador, al abrigo del horno, y se transforme en algo más grande y poderoso que los dos seres humanos que un día decidieron estar juntos*.

Regalar una infancia. Quizás nuestra infancia no fue la mejor de todas o sí. Tal vez fuimos víctimas de las circunstancias o pensamos que algunas cosas las podríamos haber hecho mejor que nuestros progenitores, padres o cuidadores. Convertirnos en padres/madres no deja de ser una oportunidad.

Complicarnos la vida. Nadie conoce cabalmente el significado de vivir complicado todos los días de su vida hasta que asume la responsabilidad de criar y amar a un humano completamente dependiente. 

Asumámoslo, somos los peores cachorros del planeta. Sin un cuidado adecuado, no duramos ni dos horas con vida. Y lo peor de todo: un porcentaje aterrador del conocimiento acerca de ese cuidado se transmite a través de la cultura. Tus progenitores no te comerán si salís defectuoso, pero bien pueden esperar que algún día te conviertas en una estrella deportiva o profesional de renombre, a riesgo de reprochártelo de por vida si los defraudas. La verdad, no sé qué prefiero.


¿Poder?

Bueno, al menos creer que podemos. Alimentarlos, vestirlos, darles una educación y salud. Y si nos sobra tiempo después de todo eso para verlos un rato y jugar con ellos, se podría decir que estaríamos entre un selecto grupo perteneciente a la nueva crema de la sociedad uruguaya: la botijocracia. 

Le re bancamos los trapos a la revista TIMES y sus estudios sobre lo feliz que es la gente que no tiene botijas en los Estados Unidos de Norteamérica, cada uno hace con su ciclo vital lo que se le viene en gana. Pero qué triste debe ser estar esperando en ese geriátrico de lujo a que te venga a visitar un compañero de oficina. 

Ustedes dirán, “hay hijos que los dejan ahí tirados y ni los van a ver”, pero quién te quita el placer de ser un viejo cascarrabias resentido contra los ingratos de tus botijas ¿eh? Eso no te lo quita ni Obama (o el latino que sea presidente de EE.UU. cuando seamos viejos quienes hoy tenemos treinta y pico).

Es sumamente complicado buscar argumentos de por qué tener o no tener botijas, sobre todo porque no debe haber una decisión más personal que esa. Todos alguna vez le preguntamos a alguien “para cuándo los botijas”, por decir algo. Pensémoslo dos veces, puede que esa persona esté pasando por una crisis. Más vale hablar del clima, que el cielo no se va a ofender y nos ahorramos herir susceptibilidades.

*Hay gente que decide tener un botija por su cuenta, no conozco ningún caso, pero sé que existen. 

Les recomiendo una película y una serie, ambas ineludibles antes de hacer esa llamadita a Francia:

Firends with Kids
http://www.imdb.com/title/tt1720616/ 

Lucky Louie
http://www.imdb.com/title/tt0460619/


Por más información y argumentos contraconceptivos ver:

20 comentarios:

Ámbar - L@M@g@ dijo...

Memocioné

Max dijo...

Yo es algo que me replanteo ultimamente cada vez mas seguidos.
Que se yo... tengo una sobrina de 1 año y medio a la que veo a diario. Antes de que empiece a caminar era una muñeca... ahora en dos pies es como convivir con un chimpance. Un chimpance dogrado. No se cansa nunca, va de aca para alla, tira todo, toca todo. Sin limites. Y ahi digo ni en pedo tengo un niño. Despues viene, te mira a los ojos, te da un beso, te hace una caricia y te dice en su idioma apenas comprensible "Te amo".. y ahi se te aflojan los pies, la miras a la patrona y le decis.. quiero uno igual... y a los 10 minutos vuelvo a cambiar de opinion...

Unknown dijo...

decídalo una vez, pienselo mil veces.

Diego Floyd dijo...

Preciosa columna Maca, no nos faltes nunca.

Si lo pensás tenés el golero encima.
Ni bien recibas, pateá.

Unknown dijo...

Muy buenas ambas frases y tambien la columna.
Tener un hijo no debe ser parte de una rutina o un ciclo, son seres humanos que traes al mundo y debes hacerlo si estas preparado, y si no lo estabas, entonces haz tu mejor esfuerzo. Pero eso de tener hijos solo porque la mayoría tiene o lo tiene en una parte del ciclo es una mierda, porque esos niños terminan siendo rehenes de un futuro con poco amor.

El editor dijo...

Me adhiero a la frase de Diego. Yo ya pensé, así que creo que no vamos a festejar ningún gol. A menos que el golero sea Castillo.

El editor dijo...

A mi me gustaría tener un hijo, pero más me gustaría que mi pareja haya tenido un hijo hace 2 o 3 años, el marido se haya muerto/abandonado y lo criemos entre nosotros. Es como para ahorrarme la decisión.

Macarena dijo...

En entradas muy muy antiguas de esta misma columna ya se había esbozado esta polémica

http://www.todoporlamismaplata.com/2010/08/nostalgia-adios-juventud.html

http://www.todoporlamismaplata.com/2011/10/paternidad-no-de-nuevo.html

Como dice La Chiqui, el público se renueva.

fernando dijo...

Yo tengo 2 mellizos de 14 meses y puedo decir, sin lugar a dudas, que es lo más difícil y al mismo tiempo lo mas hermoso que me ha tocado vivir hasta ahora.

Saludos a la barra.

Macarena dijo...

No saben cómo admiro a la gente que tiene mellizos o más de dos hijos, no importa si son trillizos o se llevan 10 años entre sí. La verdad, no sé cómo hacen.

Espero no estar pudríendola mucho con la columna, voy a ver si les varío un poco más los temas.

Un abrazo.

Unknown dijo...

leyendo me acordé de cierto cuento de ciencia ficción en donde un alienigena se escandalizaba porque el ser humano largaba la cría "cruda" al mundo, inmadura, digamos. Y después la tenia prendida por casi un tercio de su vida...no sé me acordé...


...en algunos casos es la mitad de su vida, no?

Unknown dijo...

si.

El Maxi dijo...

Muy bueno Maca! Yo creo que la decisión de un hijo es algo que se debe pensar bien, aunque muchas veces la criatura viene sin que vos lo hayas decidido o tan siquiera pensarlo. Respeto a la gente que decidió que en su vida no hay espacio para los hijos. Pero la mayoría, tarde o temprano, se termina arrepintiendo de esa decisión cuando ya no hay marcha atrás.
Volvemos a estudios

Brunzo dijo...

Fantástica como siempre.

Besos

Brunzo dijo...

En el 2010 nació Juan Ignacio, hoy tiene casi 3 y es lo mejor que me pasó en la vida junto con ver en el estadio Peñarol vs. Santos. De hecho, esa noche empezó a comer.

Tenga un hijo, no sea gil/a, ta buenazo!!!

Andrés Reyes dijo...

Qué gran captadora de viejos usuarios que es la columna de Maca. Creo que si tuviéramos el cartelito de columnista del mes, como supimos tener, Maca debería estar ahí.

Andrés Reyes dijo...

Yo creo que tener hijos, cuidarlos, y ayudarlos a ser mejor de lo que jamás seremos, es, entre otras cosas, darle al mundo la chance de ser un lugar mejor.

"Somos hojas, pero hay un árbol" se oyó decir en una película que me quedé mirando de mañana con el Leandro, que anda medio enfermillo.

Si generamos hojas mucho mejores que las ramas que las albergan, tendremos un mejor árbol en el futuro.

Piensenló, puteenmé, y lo hablamos otro día.

Ce dijo...

Muy buena columna. Excelente el tema tratado.

Macarena dijo...

¡Gracias Reyes!

Para eso también sirven los botijas, para ponerse cursi y sentimental sin ningún pudor.

No recuerdo haber dicho tantas veces al día "te amo" desde que tengo hijos. Ni en los primeros tiempos de noviazgo con el padre de las criaturas, con eso te digo todo.

Y siempre te devuelven (con la voz, un gesto o la mirada) un sincero "yo también" o "yo te amo más, más".

¿Qué más puedo decir? El amor y el caos en su justa medida, eso es tener botijas.

Macarena dijo...

Ce:

Vos lo pediste, acá lo tenés.

No te hagas el perro diverso.