Arriba las manos, esto es un asalto

Hace un mes comencé la redacción de una columna donde daba cuenta de la lucha antipiratería de las discográficas. Comentaba que, desde mi punto de vista, el sostén de las compañías se basaba en el embalaje (packaging) y el diseño artístico (artwork) que los cráneos del marketing lograban dar a las ediciones. Por algún motivo que la ciencia no explica, me empecé a ir para otro lado y terminé haciendo la columna de las tapas censuradas de discos. Es esta una buena ocasión para demostrarme que de vez en cuando me gano una discusión a mí mismo, y voy a tratar de terminar eso que hace un mes empezara a desarrollar. Dentro de tanta despreocupación, aún hay gente que recuerda que ganar la guita nos cuesta un huevo.

Así no

Uruguayo nomá!

Ya lo dijo Mirtha Legrand de Tinayre: así, ¡no! Sucede que muchas cosas en este mundo están sustentadas en el coleccionismo, o el arraigo irracional de una persona a una causa. Así, las entidades filatélicas largan un sello que dentro de muchos años valdrá millones, un numismático tendrá esa moneda rusa con la que le pagaron al Pipi su memorable video, un equipo de fútbol es capaz de largar al mercado cuatro diseños diferente de camiseta en un mismo año, y yo tengo el álbum de figuritas de Arturo de la Cruz completo, incluidas las de cuando arbitra el partido de Telematch.

Inadmisible #1: si por vuestras venas corriere sangre coleccionista, huid despavoridos tan lejos como puedan de un producto musical producido en el nunca bien ponderado Polo Industrial de Manaus. Si no lo hacen, se darán de narices con productos a los que le faltarán los librillos que acompañan a la edición (booklets), los subtítulos en español, o directamente la calidad de imagen hará dudar de la legal procedencia del material adquirido.

Inadmisible #2: una edición argentina lo hará dudar si lo único original, digno y no manoseado que puede obtenerse de esa tierra es la propia eleBennet. Basada en un hecho real, contaremos la historia de cuando quien esto suscribe se acercó a un popular comercio del ramo, adquirió el volumen 6 de la “Bootleg Series” de Bob Dylan (el espectacular concierto en el Philharmonic Hall de 1964 en formato de dos CDs), y desgarradora fue la decepción cuando encontré que el malnacido que había hecho el estampado de los propios discos compactos le había impreso el estampado del disco uno al disco dos, y el del disco dos al disco uno. Vi pasar mi vida, y el árbol genealógico de ese ser, en ese instante.

El valor del dinero

Medios alternativos: acaloradas las entrepiernas por los avances de la tecnología, algunos se van volcando hacia ediciones en medios alternativos. Los dispositivos USB hacen, desde su irrupción, las delicias de grandes y chicos. Usted nos dirá “Pero qué coquetos!”, y nosotros le diremos “Ni sueñe con encontrar de eso en este buen paraíso fiscal y mejor república bananera, según definición del propio Seagal”.

The Beatles Stereo Box: en setiembre de 2009 el mundo asistió al largamente esperado remasterizaje del catálogo beatle. Así, millones de personas en el mundo fueron despellejadas para volver a obtener lo mismo que ya tenían, con la calidad de sonido digna que siempre debieron haber tenido. Pero, ¿qué es eso de sacarle el jugo solo dos veces a lo mismo? No señor! Tuvimos una caja estéreo, y tuvimos una caja mono. Si las quiere las dos, venda el auto. Lo cómico del caso es que tan pronto como tres meses después, Apple anunció el lanzamiento de una manzana USB (sí, leyó “manzana USB”) con los mismos temas que la caja estéreo, en formato mp3 y flac, y unos DVDs que acompañaban a la caja prolijamente rippeados. Los librillos, a su vez, vendrían digitales en una coqueta presentación de Adobe. Dígame si al ver ese cabito que se sale no se le enternece el corazón…

Capaz que les quedó fea

Ringo Starr – Liverpool 8: lo digo con la convicción del ariano que soy: si una manzana USB mete onda, una pulsera USB no mete menos onda. El Ringo de la gente nos dejó en 2008 una versión estándar de este álbum solista, pero también esta otra edición coqueta con videos para ver en un PC. Lo vistoso del caso es que la pulsera tiene el conector USB macho que va al PC y uno hembra para poder cerrarla alrededor del brazo. Qué glamour, Teté!

White Stripes – Icky Thump: solo para mencionar bandas contemporáneas que tratan de hacer bien las cosas, el Jack y la Meg se lanzaron un álbum con formato de macaquitos decapitables (los cazan?), para descubrir que bajo sus cueros cabelludos se escondían sendos conectores USB. Del 2007, tampoco crea que le traje una novedad.

Vale la pena haber vivido para abrir esa caja

Aún dentro del mundo de la edición estándar en CD, y cuando todos estábamos convencidos que poco se podía inventar a la hora de meter un disco compacto en una cajita y servirlo en su mesa, se pueden observar ejemplos que dignifican el bolsillo:

Serrat & Sabina – Dos pájaros de un tiro: dos CDs con un recital completo, un DVD con el documental “En el nido de los pájaros” (donde aparecen, desnudos en su lecho, Canzani y el propio Caniggia), y un libro de 24 páginas. Extremo buen gusto.

Live Aid: una excelente forma de presentar 4 DVDs, y un libro de 12 páginas. Es elocuente la página central del libro, donde la imagen de la hoja izquierda retrata a los concurrentes al recital recibiendo agua por mangueras para sofocar el calor, y en la derecha africanos al borde de la muerte por la ausencia de lo mismo. De paso, se puede ver lo que para mí es la mejor actuación de Bono que haya existido.

Simon & Garfunkel – Old “friends”: ‘ta claro que las comillas son mías. Esto es una caja de 3 CDs, recopilatoria de la carrera del dúo, donde se intercalan varios inéditos y temas en vivo jamás antes oficializados. Destaca el librillo de 35 páginas, con buenos textos, buenas fotos, y buena info de las sesiones de grabación.

George Harrison: desde su muerte, la discografía de Harrison ha sido gloriosamente reeditada por su hijo y su viuda. Así, All things must pass fue reeditado en una coqueta cajita con dos CDs y un librillo; Brainwashed, su álbum póstumo, fue lanzado en una caja con poster, el álbum en formato digipack, una púa para guitarra, un pegotín del caballo de siete cabezas tan popular en la mitología hindú, y un DVD; The concert for Bangla Desh fue lanzado en DVD con un libraco inconmensurable contando menesteres de la organización; y la caja The Dark Horse Years 1976 – 1992 es un desbunde de buen gusto, agrupando los 6 discos lanzados por George en ese período, más un DVD.

Miles quedan afuera (Metallica, AC/DC, los otros Beatles, etc., etc., etc.). Pretende ser esta columna nada más que un pasamanos, algo que corra la voz de que nos estafan permanentemente bajo el lema “abaratar costos”. Si usted puede, quiere, y le dan las bolas para atravesar el engorroso proceso de traer mercadería del exterior, al menos sepa que esa mercadería existe. Lamentablemente, el mercado local no está a la altura, y nos estaremos perdiendo, para tristeza de nuestros corazones, de una digna edición de la película triple x del Zorro, la de los éxitos de la propia Unión Atlética de la mano de un Nano, del homenaje de un Carles en formato 5.1 o, por qué no decirlo, de los vuelos del director como hombre-helicóptero en formidable lanzamiento con lentes 3D.