Manual del Hincha v3.0

Aprovechando que la impresentable pelota “Jabulani” se apresta a comenzar a rodar sobre los verdes gramados del señor Mandela, le presentamos un verdadero manual de comportamiento para el perfecto hincha celeste. Que más que manual, es una lección de vida, y más que una lección de vida, un verdadero regalo.

Comienza el Mundial y no es changa. ¿Acaso usted se ha puesto a pensar en que hay chances no muy remotas de que dentro de unos cuantos años, si usted está aún jugando para el equipo de lo vivos, recuerde el mes de junio de 2010 mucho más de lo que recuerda –por decir algo– el mes de julio de 1996? ¿Acaso usted no puede rememorar exactamente dónde vio el partido con Dinamarca del 86, o cómo gritó el gol de Fonseca a Corea? Y si es joven y se lo perdió, ¿al menos no se acuerda de cómo puteó al Chengue cuando erró el cabezazo en la hora ante Senegal?

Pues bien, de acá a un tiempo, le pasará exactamente lo mismo con lo que hoy es presente. Usted está a punto de hacer historia. De hacer su propia historia. Que no será la gran cosa, pero es suya. Y solo por eso merece ser tratada con delicadeza.

La pregunta es: ¿qué posición adoptará usted durante el Mundial? ¿Cómo quiere ser recordado dentro de 30 años? He aquí algunas opciones.

Biológicamente optimista. Es una persona que vive el Mundial con singular algarabía, ya se patinó el aguinaldo que todavía no cobró en participar de un sinfín de pencas en las que está destinado a no ganar un mango, pues en todas dio campeón a Uruguay. “Pero ojo, en una puse que ganábamos la final por penales”, se defiende. Contraindicaciones: ni bien quedemos afuera en el segundo partido, sentiría un gran vacío en su interior. Referente: Sergio Gorzy.

Distinto. Primero se trabaja un “nunca visto”: no junta el álbum, dice no saber si República Checa o Ecuador están clasificados, nos habla de Roland Garros y las finales de la NBA. Después, cuando su desinterés se torna inverosímil, comienza a salir con el dato diferente. Llena pencas donde da a Corea del Norte como favorito (“tiene un puntero derecho que no sabés lo que es… juega en su país porque los comunistas tienen cerradas las fronteras, pero si jugara en Argentina valdría mucho más que Milito”), se enoja si el Maestro Tabárez no pone al Flaco Fernández de titular (“tácticamente está un escalón por encima del resto”), teoriza sobre esquemas de juego inexistentes (“no podés jugarle con doble 5 a Francia, te meten una WM con palanca al piso y te matan por las puntas”) y no participa del sentir popular (“¿qué festejan? ¿Qué le ganamos la semifinal a Brasil? No, papá… festejamos solo si somos campeones, y hasta ahí nomás, sin demasiada alharaca”). Contraindicaciones: el fútbol es un deporte cada vez más lógico. Por eso nos va como nos va. Corea del Norte quedará afuera en primera fase, y Brasil será el campeón. Referente: Joel Rosemberg.

Desinformado. Le pone onda, pero no tiene idea de nada. Quiso participar en varias pencas pero no supo cómo, siempre terminó pidiéndole ayuda a un compañero de trabajo (“decime vos que tenés más idea… España – Honduras, ¿quién es mejor?”) Preguntará si Uruguay ya quedó afuera ni bien pierda en el debut, y experimentará un gran desahogo recién cuando concluya la primera fase, porque a partir de octavos de final le da para comprender que el que pierde, se vuelve. “Ahora, si Argentina le gana a Uruguay 2 a 0 en octavos de final, y Alemania le gana a Eslovenia pero 4 a 0, cuando juegan Alemania y Argentina en cuartos, ¿Alemania entra ganando 2 a 0, no? ¿O el gol de Argentina vale doble porque es visitante?” Contraindicaciones: ser el hazmerreír en una reunión social. Referente: Sara Perrone.

Rompehuevos. Es el activista anti-mundial, más que nada porque descree de las manifestaciones populares masivas. Más que descreer, se calienta al ver tanta gente entusiasmada con una pelotita que va y viene, y que encima es una pelota de morondanga, según los propios protagonistas. El 11 de junio a las cuatro menos cuarto de la tarde concurrirá al BPS a solucionar un viejo trámite, solo para molestar. Llamará por teléfono a sus amigos antes de un tiro libre en contra de Uruguay, concurrirá a espectáculos culturales que coincidan con los partidos de cuartos de final, y deseará fervientemente que el Mundial pase rápido. Contraindicaciones: tomarse una de más y terminar en bolas en el Obelisco festejando que le ganamos a Argentina en octavos, al grito de “pasterás tenés, no las monitoreás, te creés que sos peronista, te querés matar”. Referente: Fernando Cabrera.

(Publicado en Guambia, 5 de junio de 2010.)