miércoles, 24 de julio de 2013

Salada la canchita: El troesma Angelopoulos

El griego Theo Angelopoulos (1935-2012) -de dónde va a ser con ese nombre- fue un cineasta muy particular. Tuvo su momento de gloria pero desde el semi fracaso de "La eternidad y un día" (1999) quedó medio relegado, sindicado como un tipo medio aburrido y que se repetía.

Su marcado estilo de tomas muy largas, de acción lenta y contemplativa no cuadra mucho con estos tiempos de clips, monstruos digitales y grandes explosiones en 3D. Paradójicamente, su decadencia -más comercial que artística- coincidió con un tiempo en que una buena parte de la gente más cinéfila acepta sin mosquearse películas minimalistas, "donde no pasa nada", en que mucho queda para la imaginación del espectador.

El problema de Angelopoulos es que a veces el tema era más bien flojo y gastado como en la mencionada "La eternidad..." y su lentitud vira rápidamente -auch- hacia el aburrimiento por más onda que le pongamos.

En sus mejores obras, en cambio, se erigió como el más lúcido cronista -sin ningún eco panfletario- de los desconciertos y los sinsentidos de una Europa que veía derrumbarse el sistema de una de sus mitades y veía renacer las peores de sus historias en alguna que otra absurda guerra fraticida.

Estos son los temas de "La mirada de Ulises" (1996), una de sus tres cumbres junto (digo yo) a "El viaje de los comediantes" (1976) -sobre la historia del siglo XX griego- y "Alejandro el Grande" (1980) -sobre los conflictos entre el ejercicio del poder y las ansias de cambios revolucionarios-.

Para muchos será un film embolante, pero para algunos otros podrá representar la oportunidad de que uno de los artistas europeos más lúcidos nos explique como nadie el pasaje entre dos siglos de su continente tan particular. La famosa escena en donde una barca transporta la estatua rota de Lenin puede ser una boludez para los que sólo gustan de los "Rápidos y furiosos" de este mundo pero también una formidable oportunidad para reflexionar -y también, sentir- algo de lo que pasa en nuestras vidas. Como ando volando, también incluyo parte de esa escena:


No es fácil encontrar una obra maestra del cine completa y subtitulada en YT pero Salada la canchita puede eso y más. Harvey Keitel es el director de cine griego que vuelve a su país para encontrar unos originales de cine mudo olvidados y se topa con sus raíces y el presente de la Europa que dejó atrás hace tiempo. 


6 comentarios:

Diego Floyd dijo...

Harvey Keitel contra todos los que rajen

Andrés Reyes dijo...

Qué lindo es ver la versatilidad del decano. Te habla con una seriedad que emociona, a menos de 24 horas de subirte una nota llena de fotos de changos y bloopers.

Carles dijo...

Anda bien el Harvey, y fagalde? de los sexópatas que mejor escriben de cine.

Cristian Pérez Muñoz dijo...

Angelopoulos fue un grande. A mi, pesar de que tiene momentos poco necesarios, "La Eternidad y un día" me encantó. La vi en Cinemateca 18, en el 2001, en un día bien gris. Sali del cine convencido de que la vida no es otra cosa que una experiencia dolorosa en donde los Albanos están aún peor que nosotros.

Alvaro Fagalde dijo...

Uno juega donde el técnico nos necesite.

johnny tramontina dijo...

"La mirada de Ulises" la vi hace tiempo y aún la tengo en VHS!! Peliculaza!!

La escena del Lenin navegando por el río no tiene nombre.