Desde el comienzo de los
tiempos el individuo vive en sociedad y por lo tanto actúa o debería de actuar
en consecuencia. A pesar de la evolución, desde hace largo tiempo nos hemos
olvidado de ello.
Un pequeño acto puede desatar el caos. Cual efecto mariposa los pequeños actos cambian a los individuos y las sociedades. Esto al comienzo es casi imperceptible para quienes no gustan de ver más allá de sus narices, sin embargo estos, son los hacedores del desastre final.
A diario este accionar del individuo se manifiesta de diversas maneras como por ejemplo el simple acto de tirar un papel donde no corresponde, no devolver algo encontrado conociendo a su propietario o no devolviendo un favor, entre otros muchos pequeños actos que por más insignificantes que parezcan, no lo son. De esta manera y con el correr del tiempo se puede apreciar como el individuo por imitación, desinterés por los demás (que en definitiva es el desinterés por la integridad propia) u otros tipos de conductas, contagian y de esta manera condenan tanto su propia existencia como la de los demás. No obstante esto se puede revertir modificando conductas, que en principio parecen ser simples banalidades, transformando y mejorando así la sociedad y a los individuos que la componen. Yo no pierdo la fe.
Un pequeño acto puede desatar el caos. Cual efecto mariposa los pequeños actos cambian a los individuos y las sociedades. Esto al comienzo es casi imperceptible para quienes no gustan de ver más allá de sus narices, sin embargo estos, son los hacedores del desastre final.
A diario este accionar del individuo se manifiesta de diversas maneras como por ejemplo el simple acto de tirar un papel donde no corresponde, no devolver algo encontrado conociendo a su propietario o no devolviendo un favor, entre otros muchos pequeños actos que por más insignificantes que parezcan, no lo son. De esta manera y con el correr del tiempo se puede apreciar como el individuo por imitación, desinterés por los demás (que en definitiva es el desinterés por la integridad propia) u otros tipos de conductas, contagian y de esta manera condenan tanto su propia existencia como la de los demás. No obstante esto se puede revertir modificando conductas, que en principio parecen ser simples banalidades, transformando y mejorando así la sociedad y a los individuos que la componen. Yo no pierdo la fe.
12 comentarios:
Segunda vez en el día.
¿que onda con lo de los comentarios?
Seguramente el período
que llamamos etapa adolescente
contradictoria como ninguna
mirando por la tele algún satélite
que está por arrancar para la luna
y acá en la zona, gente en la lona
que a papi y a mami en la diaria
le chupan un huevo
será que es normal, que eso no esta mal.
eso era lo que ponía por segunda vez en el día.
si hacemos caca, somos caca?
para reflexionar.
Fuerte.
Como abrazo de transformer.
anduviste por Duvimioso Terra y Nueva Palmira eh picarón?
Somos lo q comemos....
hacemos lo q somos...
Mal yo, este blog no es para pensar. Prometo que no volverá a suceder.
Ah kurqui, no te pongas así, fue un chascarrillo.
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